Cannabis, trufas mágicas, LSD y otras razones por las que República Checa es el destino ideal para los amantes de las sustancias recreacionales
Trufas mágicas, heroína, peyote, éxtasis y otras sustancias consideradas ilegales en casi todo el mundo, y también en la propia República Checa, son uno de los motivos por los que este país recibe más de 20 millones de visitantes al año según cifras oficiales.
Muchos la conocen como una tierra de la estrella de la Juventus y ganador del Balón de Oro: Pavel NedvÄd; o por ser el hogar de más de 2.000 castillos, entre los que se encuentra el más antiguo del mundo: el castillo de Karlštejn. Otros quizás por ser el país con mayor consumo de litros de cerveza per cápita al año con 143,3.
Pero hoy hablaremos de un aspecto cultural de la República Checa que poco se discute: su postura relajada con respecto a las sustancias recreativas.
Trufas mágicas a la orden del día en la República Checa
Uno de los productos preferidos por los “psiconautas” en este país son las trufas alucinógenas, también conocidas como trufas mágicas. Se trata de setas con alta concentración de Psilocibina y la Psilocina que aseguran un viaje a otras dimensiones. Las microdosis de Atlantis, Mexicana y Utopía figuran entre las formas de administración más populares.
Y son preferidas porque no requieren una pipa, un bong, papel o algún tipo de contenedor. Con solo comer una pequeña porción ya es suficiente para que comience el juego.
Durante años hubo una alta tolerancia a estas trufas mágicas, pues la ley establecía como límite las 40 piezas. Sin embargo, esto cambió en 2013 y ahora el límite es un tanto discrecional pues la ley establece la figura de “una cantidad más grande que pequeña” como el límite máximo.
“Más grande que pequeña”, una norma ambigua
Otras cantidades que la ley normalmente cambió para tipificar como “más grande que pequeña” son:
- Marihuana: 15 g ó 5 plantas
- Hachís: 5 g
- Peyote: 5 plantas
- LSD: 5 tabletas
- Éxtasis: 4 tabletas
- Metanfetamina 2 g
- Heroína: 1,5 g
- Coca: 5 plantas
- Cocaína: 1 g
La cantidad de la posesión es interpretada por los agentes de la ley. De cualquier manera, el uso personal y posesión de esta “cantidad más grande que pequeña” no es considerado como un crimen, sino como un delito que requiere el pago de una multa que apenas supera los 600 €.
Y este es exactamente el motivo por el que la República Checa es ideal para turistas con el interés de probar este tipo de sustancias. Pues la ley es laxa con respecto a las penas, así que se sienten con mayor libertad de probar.
Las sustancias de este tipo no son parte del plan del gobierno para incentivar el turismo, pero seguro estaremos de acuerdo en que los precios son mucho menores que en el resto de Europa (a causa de menores castigos de la ley) influye positivamente en el turismo.
La República Checa es el primer país de la Europa Oriental post-comunista en reducir las penas relativas a las drogas de uso recreacional. Los expertos la consideran como el segundo país más liberal de Europa en ese sentido, solamente por detrás de Portugal.
Y no es poca cosa, pues es común que los países que salen de regímenes dictatoriales conserven posturas rígidas o conservadores frente a este tipo de temas. Pero la República Checa es otro ejemplo de que legalizar las drogas, así sea de facto, no aumenta los registros de consumo.
Así que, en teoría, el cannabis, el LSD, las trufas mágicas y otro tipo de sustancias podrían andar libremente por las calles sin representar un riesgo sanitario para una nación sino todo lo contrario.