La religión de los indígenas venezolanos se basa en presentar una serie de diferentes y variados dioses que se encargan de regir y controlar las cosas que pasan en el entorno natural y espiritual.
Además de esto, los indígenas venezolanos tienen una gran relación de respeto y armonía con los elementos naturales que los rodean siendo evidente la dependencia de los recursos naturales para vivir pero sin una intención de sobre explotación.
Religión de los indígenas venezolanos del pasado.
Aunque en Venezuela, antes de la llegada de los españoles, existía una gran diversidad de aborígenes, los extranjeros se dedicaron a la esclavización y muerte de los nativos para dominarlos, logrando una reducción considerable de su población total.
Por otro lado, la misión evangelizadora que se tomaron los sacerdotes y jesuitas venidos de España para convertir a los indígenas a la religión católica, hizo que la religión de los indígenas venezolanos tuviera muchas lagunas y espacios en blanco, dando lugar a la transculturización en Venezuela.
A esto también se debe anexar el hecho de que las diferentes tribus que habitaban las tierras venezolanas tenían una autonomía una de otra, lo que se traduce a que la religión de los indígenas venezolanos no era general, sino que podía variar según el grupo.
Pero a pesar de estas condiciones poco favorables para el estudio de la religión de los indígenas venezolanos, lo que si se conoce es que eran politeístas, es decir, su creencia religiosa se basaba en una serie de dioses que se encargaban de controlar los diferentes elementos naturales además de ser los creadores de la tierra y el hombre.
Además de esto, la artesanía venezolana y el arte indígena venezolano se encuentra fuertemente ligado a la presencia de deidades.
Deidades de la religión de los indígenas venezolanos.
La religión de los indígenas venezolanos se basa en la mitología de una serie de sentimientos y tradiciones que se remontan a muchos años atrás, representándose los dioses con los elementos naturales.
Entre los principales dioses en los que se basa la religión de los indígenas venezolanos se encuentran:
Tamoryayo.
Este es el Dios creador que se encontraba viviendo en las nubes, según la creencia de los integrantes de la tribu de los Yupka. Se dice que este dios un día bajo a la tierra para cambiar de sitio el firmamento y colocarlo en el lugar donde está ahora.
Luego de esto creo al primer Yupka, pero luego de un tiempo que este anduvo solo el dios Tamoryayo le envió con un pájaro carpintero el mensaje de si quería compañía, a lo que respondió sí.
El pájaro se fue en busca del árbol Manüracha o Caricai, que botaría sangre al ser cortado. El Yupka cortó el árbol en dos y a continuación se convirtieron en dos mujeres. Tomo a una para hacerle cosquillas y con su risa entro su alma al cuerpo. Haciendo lo mismo con la otra, las nombro Yoripa, luego las preño y comenzaron a nacer los Yupka.
Ches.
Este es un dios andino, señor de los cultivos. Esta es la deidad que se invoca cuando se quiere conocer el futuro de una cosecha, al cual se le rendía sacrifico para que el cultivo resultara productivo.
Además de esto, era conocido por el ser el responsable de dar el bien y el castigo, soliendo habitar en los páramos y las lagunas.
Arco.
Es una deidad acuática, teniendo una actitud que podría describirse como dual, pues a la vez que era un creador también era un destructor. Podía curar pero también ocasionar algunas enfermedades.
Se le solía vincular con Ches y los arco iris, además de identificarse como un ave del páramo.
Odosha.
Se le conoce por ser un espíritu maligno, siendo dueño del bosque, del viento, demonio de la montaña y señor del ensueño. Este siempre se encuentra a la espera de clavar una espina en la lengua de aquellos que salen en la noche y no hacen caso de su silbido de advertencia.
Bajo su mando se encuentran unos demonios que se denominan Suamo, que son los dueños de los animales salvajes que comen gente. Todos ellos habitan en las alturas de los tepúes guayaneses.
Kuaimare.
Este era el dios principal de las creencias religiosas de los indígenas venezolanos pertenecientes a la tribu de los Waraos. Su nombre quiere decir “El Feliz que Habita Arriba”.
Es de color negro con cabello largo, de ojos grande, orejas largas, siendo una tan larga que llega a la región oriental y la otra llega a la región occidental. Sus zarcillos brillan tanto como el oro y la plata.
Se viste con una túnica de tela fina que flota en el aire y produce la brisa encargada de agitar el agua de los ríos. Al caminar produce movimientos en la tierra. Además es el creador de los espíritus buenos y malos.
wilker
excelente