El español es el tercer dialecto más hablado en el planeta por la cantidad de hablantes que lo tienen como su idioma principal aun después del chino mandarín y el inglés. Lo hablan como un primer y segundo dialecto en un rango de 450 y 500 millones de individuos.
Origen y evolución
El contexto histórico del dialecto español comienza con el latín vulgar del Imperio Romano. El latín que se hablaba en ese momento era la edad de las variadas lenguas romances hispanos, entre ellos el antiguo castellano, mientras tanto en la medida más prominente, se hablaba distintas lenguas entre ellas conforman el dialecto español.
En Al-Andalus, se hablarán las lenguas romances incluidas en la expresión mozárabe, y también los dialectos de la minoría alóctona (árabe y bereber). En el ínterin, en la zona donde se enmarcan los reinos cristianos, un par de años después del inicio del dominio musulmán, comenzará un avance diferente, en el que surgen algunas modalidades románicas: el catalán, el aragonés, el asturiano-leonés. Y el gallego, no obstante el castellano.
La primera lengua vernácula española comenzó en la zona medieval de Castilla (sur de Cantabria y norte de Burgos), con impactos visigóticos vascos y germánicos. Los escritos más conocidos que se conocen en español son los Glosses emilianenses, que se guardan en el Monasterio de Yuso, San Millán de la Cogolla (La Rioja), una ciudad pensada en el punto focal medieval de la cultura.
Se extendió hacia el sur del promontorio a causa de la Reconquista y los otros reinos españoles a través de unificaciones dinásticas progresivas (asociación con León y Galicia con Fernando III de Castilla, presentación de la línea castellana en la Corona de Aragón con Fernando I de Aragón, eso provocaría la última asociación con los Reyes Católicos. En el siglo XV, en medio del procedimiento de unificación española de sus reinos, Antonio de Nebrija distribuyó su Gramática en Salamanca. (Ver: La Cultura Tairona)
Es el principal tratado de puntuación del dialecto español y, además, el primero de un dialecto profano europeo. El primer dialecto español se infirió luego en varias variaciones regionales que, a pesar de que consideran el tronco fundamental, tienen contrastes de elocución y vocabulario, como ocurre con algún otro dialecto.
A esto debemos incluir el impacto de los dialectos de las poblaciones locales de América, por ejemplo, aymara, náhuatl, guaraní, chibcha, mapudungun, taíno, maya y quechua, que también asumieron compromisos con el diccionario de dialectos, en su regiones de impacto, así como una y otra vez en el vocabulario mundial.
Idioma el español
El español se extendió por toda la tierra en medio de la Edad Media tardía debido al desarrollo del reino cristiano en este período, en la presunta Reconquista. Fue cuando se amplió la fusión y la nivelación semántica entre los lingos de los diversos reinos. Antonio de Nebrija, creador de Grammar, la estructura principal de la oración distribuida en la imprenta de un dialecto europeo de vanguardia.
En el siglo XV, el dialecto regular español había sido presentado en una parte significativa del promontorio ibérico. En 1492, el sevillano Antonio de Nebrija distribuyó su Grammatica en Salamanca, el principal tratado de sintaxis del dialecto español, y además distribuyó «en forma» una lengua europea de vanguardia. El libro principal impreso en español apareció alrededor de 1472.
Se estima que en medio del siglo XVI, el 80% de los españoles se comunicaron en español. En ese momento, el reajuste de las consonantes acababa de comenzar, lo que implicaba la disminución del marco fonémico al ir, debido a la pérdida de la característica de resonancia, seis consonantes. Sibilancias sólo unos pocos confiando en el surtido.
La colonización de América, iniciada en el siglo XVI, extendió el español a la mayor parte del continente americano, obteniendo créditos que aumentaron su vocabulario de dialectos locales como el náhuatl o el quechua, dialectos en los que también tuvo un efecto notable. A raíz de la recuperación de la libertad, los nuevos estados estadounidenses iniciaron procedimientos de unificación semántica que terminaron expandiendo el dialecto español en todo el continente, desde California hasta Tierra del Fuego.
A lo largo de los siglos diecisiete y dieciocho de años, aparecen numerosas publicaciones abiertas y privadas en español. La primaria ve la luz en Madrid en 1661 de la mano de Julian Paredes (Gazeta), y perseguida por varias producciones en Salamanca, León, Granada, Sevilla y Zaragoza.
Fueron seguidos por El Correo de Gerona (1795), Diario de Gerona (1807) y considerablemente antes en comunidades urbanas, además de bilingües como Palma de Mallorca (1778), Vigo o Bilbao. En América, el español se convirtió en el dialecto ordinario en la capacitación, en detrimento de los dialectos generales basados en dialectos indígenas.
Se estima que el español fue conocido alrededor de 1810 por el 33% de los ocupantes de la América española. El dialecto español tuvo, de manera confiable, diversas variaciones que, al mismo tiempo que se relacionan con el tronco latino primario, tienen contrastes en la articulación y el vocabulario, de manera similar a otros dialectos.
A esto debemos incluir el contacto con los dialectos de las poblaciones locales, por ejemplo, aymara, chibcha, guaraní, mapudungun, maya, náhuatl, quechua, taíno y tagalo, entre otros, quienes además se comprometieron con el diccionario de dialecto, en sus territorios de impacto, así como a veces en el vocabulario mundial.
El español o castellano
Según el Diccionario normativo de la Real Academia Española, los nombres en español y castellano son palabras equivalentes y ambas valiosas, un modelo que también incorpora la sartén Diccionario de preguntas hispanas, afirmado por las 22 fundaciones del dialecto español con carácter regularizador.
La Asociación de Academias de la Lengua Española, que une los fundamentos españoles de todas las naciones hispanohablantes, considera que la discusión sobre qué división es más adecuada se conserva y, tolerando la legitimidad estandarizadora de ambas, por el dialecto español y por prescripción, el que se utiliza normalmente en otros dialectos nacionales (español, inglés, hispano, etc.).
Este dialecto también se considera castellano, por ser el nombre de la red semántica que hablaba esta metodología románica en ocasiones medievales: Castilla. Hay alguna discusión que abarca la categoría del dialecto; La expresión en español es moderadamente posterior y no es reconocida por los numerosos bilingües del Estado español, ya que comprenden que el español incorpora los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, dialectos que se consideran oficiales dentro del dominio de sus redes particulares de autogobierno.
Son estos oradores bilingües quienes proponen volver a la división más experimentada que tenía el dialecto, el castellano comprendido como «dialecto de Castilla». En las naciones hispanoamericanas, este grupo se ha salvado y no presentan problemas extraordinarios al entender los términos español y español como palabras equivalentes.
En los informes principales después del establecimiento de la Real Academia Española, sus individuos utilizaron la división de dialectos españoles por asunción. Quien ha concentrado mejor esta espinosa pregunta ha sido Amado Alonso en un libro llamado español, hispano, dialecto nacional.
Volviendo a este dialecto, el castellano habla de una llegada a las fuentes y quién sabe si no sería ofrecerles satisfacción a los creadores iberoamericanos que dedicaron tanto esfuerzo y estudio, como Andrés Bello, J. Cuervo o Argentina Mabel Manacorda de Rossetti. Rechazar la expresión española representaría el problema de percibir el carácter oficial de un dialecto que ha estado tan abierto a reconocer los impactos y las resistencias que se han sumado a su condición.
Entonces, nuevamente, los dos españoles tienen el privilegio de nombrar su dialecto en español, y además los argentinos, venezolanos, mexicanos o panameños, para describirlo como argentino, venezolano, mexicano o panameño, para dar algunos ejemplos de precedentes.
Lo que podría significar el paso inicial para la discontinuidad de un dialecto, que por el número de hablantes ocupa el tercer lugar entre los dialectos del mundo. En España también se habla catalán y gallego, dialectos de tronco románico, y vasco, de dudosa causa. Sergio Zamora B. Guadalajara, Jalisco, México 1999.
Español en América
La expresión «español de América» hace referencia, por lo tanto, a la disposición de los conquistadores coloquiales que se hablan en el territorio estadounidense. Algunos creadores como José Moreno de Alba (1988) quieren utilizar la articulación «español en América» para aludir a la realidad semántica estadounidense.
La diferencia en la palabra relacional no es insignificante y asume una posición razonable para la solidaridad mundial del español como un dialecto que, comenzando aquí desde el punto de vista, debería ser comprendido como una disposición de surtidos diatópicos de un dialecto similar. Como lo certifica Manuel Alvar (1996), hay algo más que un español de España y un español de América, pero una lengua y numerosos hablantes. (También puedes ver: Trajes típicos de México)
Desde ese momento en adelante, a pesar del hecho de que la propensión a atestiguar la solidaridad etimológica y social que existe en los dos lados del Atlántico es obvia, la mayoría de los especialistas en idiomas saben acerca del peligro inerte de que las distinciones disminuyen. Humberto López Morales (1996: 19-20), por ejemplo, ha llamado la atención sobre algunos elementos etimológicos y no fonéticos que, desde el primer punto de partida de la victoria, apoyan esta inclinación hacia la separación, por ejemplo:
- Las diferentes raíces regionales de los colonizadores.
- La variedad decente de dialectos nativos.
- La segregación de los núcleos básicos.
- La no asistencia de los enfoques de nivelación dialectal.
En la época de avanzar hacia la investigación del español en América en medio del período provincial, obviamente, es esencial saber cuál es el español que tocó la base en América, independientemente de si era un dialecto unitario y cómo avanzó en el nuevo Sin embargo, en la medida en que el dialecto es indistinguible de las personas que lo hablan y de sus condiciones sociales, y que importa, de manera significativa, otra información decisiva que debe relacionarse con la raíz social de los pioneros, su causa local, su número, sus ocupaciones, su transporte regional o su nivel social.
Esta disposición de factores semánticos y sociales, junto con la investigación de fuentes narrativas compuestas abiertas y privadas, es lo que se está utilizando hoy en día para reflexionar sobre el desarrollo del español en América. Toda esta información estadística que hemos especificado recientemente ha venido a afirmar la importancia del compromiso andaluz con el español de América y de los procedimientos de nivelación semántica que se produjeron a partir de las instantáneas principales del éxito.
Desde la perspectiva semántica, el andalucismo se apoya, en un nivel muy básico, en los aspectos más destacados de la fonética, una gran parte de ellos no seleccionados de la lengua andaluza sino más bien regular hacia las lenguas del sur, y léxico, con la unión de numerosas voces provinciales a la región. Una morfosintáctica posterior incluye, la utilización generalizada de «usted» está también conectada al grabado sevillano del español en América.
Español latino
Podríamos convencernos a nosotros mismos de que es un término perfectamente impecable, que las palabras avanzan y cambian de significado, y latín no significa ninguna de las diez implicaciones que aparecen en el léxico de la RAE, y que debemos reconocerlo, que el latín no lo hace. Que significa latino, si no estadounidense, y americano nunca más implica americano, sino más bien sueño. En cualquier caso, no interesa esta utilización del descriptor latino.
Este patrón incluso se convierte al español, hasta tal punto que los hispanoamericanos se llaman a sí mismos latinos, en lugar de americanos. Hasta tal punto que incluso en España numerosos españoles llaman latinoamericanos a hispanoamericanos. Son propensiones pre-diseñadas, y terrible, aunque tal vez oficialmente implacable.
Ante la posibilidad de que Hispanoamérica fuera la superpotencia, los hispanoamericanos serían llamados estadounidenses, casi igual que eso, y los clientes serían anglosajones, lo que, además, sería un buen augurio, ya que casi toda la masa está aglomerada por Hispanoamericanos.
No se debería decir español latino, ya que es un cliché, sería mejor español americano. En ese punto viene otra pregunta: ¿Qué es el español americano? ¿Hablan chileno y cubano el hispano? No. Las cosas son lo que son, ahora que te has aislado, ¿por qué razón no incorporas un español para cada nación? La bondad, obviamente, es un método para recopilar variaciones etimológicas con atributos específicos bajo un término similar y en ese sentido el español latino involucra a todo aquel que hispano hablante y que no es de España.
Hablantes
Persona que habla, particularmente la persona que habla un dialecto específico o es pronunciante de él. El tono exclamatorio nos permite presentar la forma gramatical que más le interesa al hablante; Hay un gran número de hispanohablantes en el planeta.
Los supuestos hablantes del legado español son una especie de bilingüe que han sido presentados a su idioma nativo durante bastante tiempo, sin embargo, a menudo se quedan cortos con respecto a las importantes habilidades etimológicas y la capacidad informativa de un hablante local para desarrollarse y vivir en una Dominio social en el que el dialecto predominante es el inglés.
Este artículo ofrece un resumen de la adquisición de español por parte de oradores y legados y un examen de los errores de la creación compuesta de un hablante de español como dialecto adquirido en el nivel morfosintáctico, con el objetivo final de demostrar a los mismos las excentricidades del Mejora fonética de estos hablantes y regiones de intercesión educativa.
Español meridional
A pesar de que el sur de España es excepcionalmente diferente, estas lenguas comparten algunas cualidades que son básicas para cada una de ellas. Además, en verdad, estos surtidos se enmarcaron aproximadamente entre los siglos trece y diecisiete, un período en el que el castellano medieval experimentó notables correcciones fonológicas, con el objetivo de que una gran cantidad de los aspectos destacados del español se extendieran a todo el sur de Castilla o su amplia mayoría.
Mientras que los resaltados guardados son más sucesivos en el norte de España. Los surtidos del sur están conectados, en general, con el español hablado en las zonas litorales de América Latina y presentan cualidades básicas, a pesar de que cambian en su significado y aumento.
El andaluz
El territorio espacial de los andaluces reúne una disposición de dialectos extremadamente cambiados que, a causa del avance crónico del sur de la masa terrestre, contiene una riqueza tremenda en cuanto a vocabulario. En la utilización en curso del arcaísmos parlantes andaluces (escarpín: «calcetín») y las expresiones del dialecto mozárabe (cauchil), las expresiones del dialecto vagabundo (churumbel), parecen articulaciones normales del territorio (nanay), forman nuevas palabras ( malaje) y hay un número más notable de arabismos (melaza) que en los surtidos norteños de castellano.
La extremeña
Cuenta con destacados regularmente con el norte de castellano, andaluz y leonés. Sus aspectos fonéticos más esenciales son el anhelo resumido de la última palabra y del fonema / x /, el yeismo y la perplejidad de r y l hacia el final de la sílaba. En cualquier caso, la normalidad más excepcional para Extremadura es, sin lugar a dudas, la inclinación en el vocabulario para la adición de minutos – ino / – ina.
El murciano
Debido a su historia y circunstancia geológica, Murcia imparte atributos regulares a los andaluces, aragoneses y, además, a los catalanes. Entre sus cualidades fonéticas emerge el tono, el deseo y la pérdida de la última palabra, el anhelo del fonema / x / y la utilización de los diminutivos – ico / a, – iquio / a. En algunas regiones costeras hay seseo. Ver también: Cultura Olmeca
El canario
El discurso de las Islas Canarias recibe los impactos de las variedades andaluzas y españolas de América. Como marcas destacadas de fonética, se debe hacer referencia al seseo, el objetivo de los – sy el fonema / x / y la utilización del pronombre para suplantarte. En el vocabulario descubrimos andalucismos, americanismos y guanchismos (palabras del dialecto local, como gofio, que asigna un tipo de harina)
Español actual
El español es actualmente un dialecto con calidad gigantesca. Es el dialecto oficial del Reino de España y las naciones americanas que lo acompañan: México, en América del Norte. Cuba y la República Dominicana en el Caribe. Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá en América Central. Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile.
Sin ser un dialecto oficial, se habla en Puerto Rico, una condición relacionada con los Estados Unidos y en los Estados Unidos es el segundo dialecto más hablado, con aproximadamente 40 millones de personas. También descubrimos restos del dialecto español en el antiguo protectorado marroquí (Tetuán y Tánger); en las Islas Filipinas, a pesar de que ha sido acorralado por los ingleses presentados por los estadounidenses, después de la guerra pionera de 1898 y se ha mantenido como el dialecto natural de algunas familias informadas.
En el antiguo asentamiento español, Guinea Ecuatorial; y además descubrimos el ladino, o, en otras palabras, los judíos sefardíes que sufrieron la expulsión en la temporada de los Reyes Católicos y que salvaron su dialecto, asegurados en los empleos del siglo XVI, como una vejez, junto con la clave de su casas en España El ladino se puede encontrar en el grupo de personas hebreas de Marruecos, Turquía, Estados Unidos y en el territorio actual de Israel, donde hay dos producciones diarias en este dialecto.
Instituto Cervantes es la organización del expreso en español que espera avanzar en el aprendizaje de nuestro dialecto en el planeta. Hay 67 centros en el planeta con acción increíble tanto educativa como social. El español es uno de los increíbles dialectos actuales, su área alcanza casi el 10% de los hablantes por número de hablantes.
El español se encuentra entre los cuatro dialectos más hablados en el mundo. En términos relativos, el grado de utilización del español es de alrededor del 5% de la población total. Las cifras en curso analizan un número estimado de 359 millones de hispanohablantes en países donde se trata de un dialecto oficial o nacional. Ante la posibilidad de que agreguemos a ese número los 40.5 millones de hablantes de español en las naciones donde nuestro dialecto no es el dialecto oficial o nacional.
Español y sus variedades
El español no es certificable en un dialecto uniforme, sin embargo presenta diversas formas regionales. Desde un punto de vista, la charla del norte, en un nivel muy básico castellano, que se extendió por los territorios que habían involucrado en el pasado a los antiguos dialectos leonesa y aragonés.
Aragonés
El aragonés con reflejos castellanos se mantiene hacia el este superior de Huesca y en la Ribagorza. De las marcas destacadas del discurso aragonés son: La estaca e, yo, perdida en español, se ha mantenido articulada como ch: chelar por ¡helar! En el norte de Huesca, el diptonguá aparece donde el español tiene: buano, ¡bueno!; cuallu, ¡collar!. En los precedentes anexos se hablan diferentes atributos de los aragoneses, que se mantienen en varios cursos en estas discusiones: feito, ¡done! liapre, conejo, animo, ayuda! Fuego llamame.
Astur-leonés
El dialecto asturiano se deriva del antiguo dialecto asturiano-leonés, que desde el siglo más reciente se llama Bable, que agrupa diferentes dialectos cercanos: en las lenguas orientales, un deseo se manifiesta en palabras que tenían en latín un principio: hola, ¡niño! Hacer Los lingos focales son los mínimos pasados. Su marca destacada es el plural femenino en – es: casa / cases, ¡casas!
Las lenguas de occidente son las más vivas. Mantienen los diptongos ei y ou (cantei, cantou). El ll está articulado con un sonido que se parece en cierta medida a ts («vatse», valley!). Mantienen el f-latín subyacente que ha perdido el castellano: farina, fiyo.
El sur de España ha recibido, cuando se dice todo, arreglos más desarrollados que el del norte. Todos los dialectos del sur comparten ciertos aspectos destacados, entre los cuales emergen dos: El desenrollado de la articulación de – s y – z en la posición de sílaba definida, lo que provoca diversos tipos de elocución: anhelo (avihpa); la absorción a la consonante acompañante (avippa); o la desgracia (avipa). La perplejidad de – r y l en la circunstancia de la última sílaba: cuelpo, mujel, peol. (Este articulo también te puede interesar: Monumentos Españoles)
El territorio andaluz es el más separado de los dialectos del sur y el que demuestra un sentimiento más notable de autocertificación. Tiene sus propias características de porción, por ejemplo, seseo y drawl, y la pérdida de d-d intervocálica.
Excepto por una franja situada hacia el norte de Andalucía, en los restos de la región no se reconocen los sonidos que se hablan mediante los métodos s, c y z (seseo y ceceo). Posteriormente, articulan una casa similar y persiguen. La pérdida de – d-intervocalic no está limitada a las terminaciones de participio, y se puede escuchar en graná, ¡granada! o asaúra, ¡asadura! En la comunidad andaluza podemos reconocer dos extensas comarcas.
En la zona occidental (Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga y Córdoba) también se succiona la h subyacente de las palabras que tenían una f subyacente. Por otra parte, la utilización de (lo que haces o lo haces) se favorece sobre ti. Oriental es la apertura experimentada por las vocales perseguidas por una última sílaba s, que se ha perdido: de esta manera, la dificultad auditiva se articula sordo; y pesos, peso.
La etapa inicial del español canario y estadounidense es andaluza, con el objetivo de que las palabras canarias participen en los aspectos más destacados del sur de España. El significado que tuvo Sevilla en la extensión del Atlántico influye en que se muestre en las Islas Canarias una gran cantidad de atributos que se consideran Sevilla, por ejemplo, seseo o la forma en que lo hace.
El archipiélago canario se ha completado como un intercambio entre el español americano y el peninsular. Esa es la razón por la que los americanismos se han infiltrado más inequívocamente que en la Península, como ha ocurrido, por ejemplo, con la papa, y el transporte, o transporte urbano, etc.
Junto a los aspectos más destacados que imparte a los andaluces o los tomados del español americano, el canario ofrece numerosas peculiaridades, por ejemplo, las articulaciones distintivas que se dan al ch, tan únicas en relación con el español, y, lo más importante, un vocabulario de Es propio, donde se manifiesta aún más obviamente su excentricidad.