Aprende todo sobre Pedro Alcántara Herrán Martínez de Zaldúa, un hombre que luchó por la independencia de la Nueva Granada y del Perú.
¿Quién Fue Pedro Alcántara Herrán?
Pedro Alcántara Herrán Martínez de Zaldúa fue hombre dedicado a la vida militar y política, Presidente de la República de la Nueva Granada en 1841.
Pedro Alcántara Herrán Martínez de Zaldúa, nacido en la ciudad de Bogotá el 19 de Octubre del año 1800, hijo de Pedro Antonio Fernández de la Herrán y Ruíz original de Bárcena de Tudón, Montañas de Santander, España, de profesión militar, quien había sido Capitán de Infantería de la guardia de los Virreyes y de María Tadea Martínez de Zaldúa, criolla, nacida en Honda, Honda, Tolima, Colombia.
El nombre de Pedro Alcántara fue puesto por sus padres debido a que eran devotos de San Pedro de Alcántara, y con este hecho cumplían con un acto de fe, acostumbrado en esos tiempos en la región.
Su infancia y Juventud
Pedro Alcántara Herrán perteneció a una familia numerosa, fue el quinto hijo de Pedro Fernández de la Herrán y María Tadea Martínez. De una familia de clase media, tuvo la oportunidad de cursar estudios en el Colegio Mayor de San Bartolomé, de línea católica, fundado en 1604, y con un excelente programa de formación. Esta institución contaba con una gran biblioteca, que permitía el estudio y crecimiento intelectual de sus alumnos.
Pedro Alcántara Herrán de Zaldúa en sus años de estudio pudo obtener las bases de la educación académica con una estricta disciplina, lo que hizo que fuera consistente y tenaz con sus objetivos.
Siempre mostró interés por la vida militar, por eso a corta edad decidió abandonar el Colegio Mayor de San Tolomé e iniciar su formación en este oficio.
Carrera militar
Con tan solo 14 años, pasa a formar parte del ejército patriota en la provincia de Cundinamarca como miembro activo, y a los 16 años ya era alférez ayudante del presidente de las Provincias Unidas, José Fernández Madrid.
También participó en varias luchas entre ellas la Cuchilla del Tambo donde él y muchos patriotas más fueron apresados y condenados a muerte. No obstante, a Pedro Alcántara Herrán Matínez le perdonaron la vida y le fue cambiada la pena y debía, ahora, prestar servicios junto al ejército español.
Este servicio militar lo prestó por un tiempo como soldado del ejército pacificador, donde fue formado en el arte de las armas y posteriormente llegó a tener el grado de Teniente. Posteriormente Pedro Alcántara Herrán se integró al ejército independentista, aprovechando la experiencia de la formación recibida por los españoles.
Su compromiso con la causa a favor de la emancipación era tal que pronto fue ascendido al grado de Capitán, de la mano del mismísimo Antonio José de Sucre, quien luego sería el gran Mariscal de Ayacucho.
Pedro Alcántara Herrán intervino también en las contiendas del sur y en las de Perú, participando en las batallas de Junín, de Bomboná y las de Ayacucho, desempeñándose sobre todo en la última, de manera sobresaliente.
Su destacada participación hizo que le acreditaran una honorable distinción, que le ayudó a darse a conocer en el ámbito militar, como un hombre valiente y responsable. Más adelante estas condecoraciones, bien vistas por la sociedad en general, le serían útil en su proyecto dentro del desarrollo de su carrera política.
Ya para el año 1828, le ascendieron a Brigadier General, y le otorgaron el cargo de Intendente de Cundinamarca, que recibió por sus gran desempeño y por su nivel de responsabilidad, dados por el Libertador Simón Bolívar, en vista de su meritoria actuación. Te invitamos a leer sobre el período de la independencia colombiana.
Ese mismo año Pedro Alcántara Herrán, como Intendente y Comandante General del Departamento de Cundinamarca, actuó desconociendo la Constitución de Cúcuta, y mediante un acto de fuerza, dirigió un golpe de estado, para darle toda la autoridad al Libertador Simón Bolívar quien había sido elegido por el Congreso como Presidente de la República.
En 1830 fue encargado de la cartera de Guerra y Marina aunque poco tiempo después le dieron la responsabilidad de ocupar la Secretaría de la Legación de Colombia en Roma, y debido a este encargo, Herrán tuvo la oportunidad de viajar por localidades del continente europeo, cosa que hizo con cargo a las arcas de su país natal.
Carrera Diplomática
Esta etapa de su vida se inicia en 1830, cuando fue nombrado Secretario de Guerra, en el período en que el General Rafael Urdaneta era presidente en un gobierno de dictadura, y una vez que Santander toma la presidencia Pedro Alcántara Herrán deja la vida militar y se ocupó de otros trabajos. Al tiempo fue designado Gobernador de Cundinamarca, cargo que le dio la experiencia necesaria y la capacidad, para posteriormente, desempeñarse como Secretario de Relaciones Exteriores.
En el año 1836 el presidente Santander le encomienda el resguardo militar del Istmo de Panamá ya que se temía que las fuerzas de la Gran Bretaña, quienes por motivos de riña callejera, habían apresado al agente consular y le iniciaron un proceso disciplinario. Luego en 1837 ocurrió que el Partido Ministerial, compuesto por el Partido Retrógrado y parte del Partido Progresista, respaldaron la candidatura a la presidencia de José Ignacio Márquez, quien era abogado, también educado en el Colegio de San Bartolomé.
Márquez se convirtió en presidente de la Nueva Granada, teniendo que pasar por momentos de dificultad como lo fue la guerra de los Supremos, ocurrida en Pasto por razones religiosas, ya que se había dado la orden de clausurar los conventos menores de esa ciudad.
Para entonces Pedro Alcántara Herrán Martínez participaba en la gestión de José Ignacio Márquez, desempeñando el cargo de Ministro de Guerra. Ante la situación en Pasto, tuvo que frenar el alzamiento que allí ocurría, a la que se añadió José María Obando, desplegándose por todo el territorio.
Presidencia de la Nueva Granada
En ese escenario, a Pedro Alcántara Herrán le fue planteada la candidatura presidencial, que aceptó y representó al Partido Ministerial. Sin embargo, no ganó las elecciones, lo hizo Vicente Azuero quien era el candidato del Partido Progresista.
Pedro Alcántara Herrán no pudo llegar a totalizar los votos requeridos por los centros electorales. El partido Ministerial, quienes para entonces tenían mayoría en el Congreso, lo escogieron para el período de 1841 a 1845, designado Domingo Caycedo como vicepresidente y para el Consejo de Estado a Juan de Dios Aranzazu.
Debido a las revueltas internas del país, Pedro Alcántara Herrán, tuvo que ponerse al mando de la operación al norte, por lo cual cedió, momentáneamente, el mando del país a Juan de Dios Aranzazu, quien ocupó el cargo por poco tiempo.
El vicepresidente de entonces, Domingo Caycedo, ocupó la presidencia hasta el año 1842, cuando le devuelve la presidencia a Pedro Alcántara Herrán. Luego de retomar la presidencia, Pedro Alcántara Herrán, decide enviar una comunicación al Congreso, con el fin de realizar un planteamiento que consideraba de suma importancia.
El mismo consistía en solicitar la reforma de la Constitución de la República de la Nueva Granada, vigente para entonces, que se había promulgado en el año 1832. Esta Constitución no era bien vista por los integrantes del partido Ministerial, al cual había apoyado a Pedro Alcántara Herrán para postularlo a la presidencia, tambíen las élites de la iglesia católica rechazaba la Constitución, porque su contenido era de línea liberal.
El Congreso aprueba la propuesta de el presidente Herrán y se realiza la reforma Constitucional.
La Constitución de la República reformada fue convenientemente redactada por Mariano Ospina Rodríguez quien se desempeñaba en el cargo de Ministro del Interior, y fue promulgada y sancionada por el presidente Pedro Alcántara Herrán el 20 de abril de 1843.
Esta nueva Constitución que fue catalogada por muchos como monárquica por el carácter autoritario que revelaba, le confirió poderes particulares al presidente y cuyas atribuciones eran de carácter permanente, poniéndolo por sobre los otros poderes. Para las provincias, la recién aprobada Constitución, les suprimió la autonomía, condicionó a la educación y eliminó la libertad de prensa, obligándola a suprimir los pensamientos liberales.
Para entonces no se permitía las publicaciones de los libros que siguieran esas ideas, y en cuanto a la religión, le dio mayor relevancia a la iglesia católica, otorgándole privilegios e imponiéndola como exclusiva, es decir, que sólo era la aceptada por el gobierno, por tanto era la que permitían, execrando a cualquier otro culto o religión en la República.
¿Qué hizo?
Pedro Alcántara Herrán Martínez tuvo una gran formación militar, era un hombre disciplinado y con convicciones políticas claras. Fue un hombre aguerrido y dispuesto a mucho por conseguir sus objetivos. Seguidor del Libertador Simón Bolívar, y tras sus órdenes peleó por la guerra de la independencia.
Durante la contienda electoral en Cundinamarca y en su discurso a los hombres de orden, Herrán les decía que había que estar alerta ante la posibilidad de un gobierno indigno, donde la paz no podía ser, ya que los próceres de la independencia habían renunciado a la paz que gozaban porque era incompatible con la libertad y que su espada envainada, estaba pronta para sostener la voluntad soberana del pueblo.
Con esas palabras dejaba ver a un hombre dispuesto a la lucha y determinado a ella para obedecer el precepto de sus compatriotas.
Durante su gobierno, Herrán, propulsó un programa de educación pública básica, aunque no se creó otro tipo de formación, instruyó una nueva planificación, la cual dejó a cargo de Mariano Ospina Rodríguez.
En esta excluyeron todos aquellos arreglos de índole educativo que había propiciado Santander, colocando una educación donde la Iglesia católica tenía gran control. También consintió que regresaran los sacerdotes Jesuítas.
El gobierno de Herrán fue el responsable de la construcción del camino del Quindío que permitió la comunicación entre el Valle del Cauca con las poblaciones de la región de Mariquita. El presidente Pedro Alcántara Herrán, solicitó a un equipo de personas capacitadas a que se organizara un censo nacional con la intención de obtener datos precisos de la población de la Nueva Granada. Puedes leer sobre la Península de la Guajira.
También se preocupó por que todas las legislaciones emanadas en la República Neogranadina estuvieran recopiladas y organizadas, aunque esa tarea ya estaba siendo realizada, por el periodista Lino de Pombo.
Después de la Presidencia
Una vez culminada la presidencia, Pedro Alcántara Herrán fue designado secretario de Guerra por el presidente Mosquera y posteriormente fue ascendido con el cargo de General en Jefe del Ejército.
Con dicho cargo luchó junto a otros ejércitos contra José María Melo en el año 1854, quien habiendo perdido las elecciones, tomó a la fuerza el poder, durando en él un lapso de ocho meses. Finalmente fue derrocado.
Herrán concurrió a diferentes congresos para representar a la provincia del Cauca. Pedro Alcántara Herrán era yerno del entonces presidente Tomás Cipriano de Mosquera, quien lo sucedió en la presidencia.
Mosquera le asignó a Herrán la encomienda de ir a la ciudad de Washington, en calidad de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario para los Estados Unidos. El objetivo principal de este nombramiento era buscar frenar las intenciones de Gran Bretaña de expandirse hacia el istmo de Panamá.
Para lograr este objetivo Herrán tuvo dos planes estos eran:
1.- Reafirmar el tratado denominado Mallarino – Bidlack firmado un año antes en Bogotá por representantes del gobierno estadounidense. Donde entre otras cosas ese país reconocía la propiedad del territorio del Istmo de Panamá como de la Nueva Granada. Lee todo sobre la Región Caribe.
2.- La construcción de un ferrocarril en el Istmo por parte de empresas norteamericanas.
Inmigración Americana
Herrán también tenía en mente la posibilidad de atraer a la Nueva Granada el flujo de emigrantes de Irlanda y de Alemania, que tenían como destino los Estados Unidos, que iban con la expectativa de obtener tierras,y motivados por los medios industriales del país, y que sin embargo muchos de ellos no lograban acoplarse al sistema económico americano.
Herrán vio la oportunidad de atraerlos para el provecho de la república Neogranadina. Para ello solicitó al gobierno en Bogotá el financiamiento para trasladar a las personas. Hizo una gran exposición de motivos.
Dado que la misión que cumplía Herrán en Norteamérica era la de buscar la injerencia de los Estados Unidos en la geopolítica del continente, en particular en la Nueva Granada, con la finalidad de defender los territorios de las políticas de expansión que el imperio británico impulsaba en américa, Pedro Alcántara Herrán, tenía que aplicar la Ley sobre la inmigración de extranjeros.
Esta Ley propiciaba buscar políticas para fomentar empresas de colonización con extranjeros. A esta Ley se le llamaba Plan Ancízar, por el nombre de su redactor Manuel Ancízar Herrán pretendía ser un agente encargado de proteger y estimular la emigración, particularmente norteamericana, hasta la Nueva Granada.
El Plan Ancízar era una propuesta a una Ley de Inmigración donde se establecía la manera como los extranjeros podían ser recibidos en las tierras Neogranadinas, por ejemplo: Los puertos a donde llegarían, los documentos que debían llenar a su llegada, los documentos de las aduana.
También contemplaba, los documentos para la naturalización de los inmigrantes, el financiamiento de los viajes por parte de hacienda pública, el otorgamiento de los terrenos baldíos y la elaboración de mapas para determinar la parte del territorio que sería cedida a los colonos.
En cambio Pedro Alcántara Herrán le dio otra connotación, ya que para él era más significativo la construcción de un modelo para incentivar a los extranjeros, seducirlos y atraerlos a la Nueva Granada.
El buscaba cómo hacer para captar la atención de los extranjeros y llevarlos a puertos Neogranadinos. Entre otras cosas, destacaba los rasgos morales de los emigrantes, la cantidad de ellos, los lugares de procedencia, los medios de transporte, su financiamiento.
También un listado de empresarios con los cuales negociar, y una cantidad de información muy bien especificada de aspectos que generaran expectativas para generar riquezas.
Otra diferencia entre el Plan Ancízar y lo que esperaba lograr Pedro Alcántara Herrán, era que el primero proponía una inmigración paulatina, de a poco, para organizar e ir observando su progreso, pero Herrán por el contrario, esperaba se hiciera un traslado de una gran cantidad de familias.
Para el agente público de Washington, mientras más personas llegaran a territorios colombianos, más rápido sería la recuperación del capital invertido. Los rendimientos también serían más elevados, según él, cuando los colonos se asentaran y descubrieran las riquezas y los elementos de comercio que existían en el territorio Neogranadino.
También explicaba Herrán, que mientras más personas llegaran en un mismo transporte, el gasto sería menor que trasladar pequeños grupos en distintas ocasiones. Para el ex presidente, este acto sería la obra de la regeneración moral e industrial de la Nueva Granada.
Para el diplomático era importante que llegaran los colonos en grupos, porque de esa manera se sentirían más a gusto en el proceso de adaptación a los espacios en las nuevas tierras. Esa inmigración representaría la llegada de médicos, farmaceutas, y otros profesionales e industriales con sus instrumentos, que serviría de ejemplo y de escuela al pueblo Neogranadino.
Luego destacaba las ventajas desde el punto de vista de la política, ya que Herrán pensaba que los americanos civilizados que llegarían a Nueva Granada, le darían un estatus superior a su territorio ante los países vecinos y ante la mirada del mundo.
También esto permitiría asegurar la posesión y dominio de las tierras, ya que entonces se presentaban continuos inconvenientes limítrofes. Al encontrarse personas de Irlanda y Estados Unidos en territorios de la Guajira, Bocas del Toro y Darién, era garantía de disuasión de la expansión de la Gran Bretaña.
Al haber estas colonias en localidades como Guanacas, se frenaría cualquier intento de insurrección de los pueblos del sur.
Otro aspecto visualizado por Herrán era ocupar tierras que estaban en disputa con Venezuela. También se le daría a los colonos la tarea de fundar empresas que el gobierno de España no fundó y que por medios propios el gobierno de la Nueva Granada no haría.
Herrán en sus memorias sobre la emigración, continuamente argumenta que el pueblo de Nueva Granada no era de crear industrias, sus comentarios tenían siempre un fondo con pensamientos morales y raciales.
Su premisa era que los norteamericanos eran las personas más convenientes para colonizar las tierras baldías de la Nueva Granada porque sus empresarios eran los mejores aliados porque tenían un estímulo moral y gusto por el trabajo, que no lo veía en los europeos.
Herrán se esforzaba por aminorar cualquier pensamiento de que los Estados Unidos pudiera apropiarse del territorio Neogranadino y justificaba los actos que acontecían en México con el territorio de Texas ocupado ahora por los norteamericanos.
El expresidente Herrán trata de manera racista de persuadir que se permita la inmigración de asiáticos a la región. Esto en contradicción con el Plan Ancízar que estaba abierto a recibir personas de Europa, Asia y de Norteamérica.
Para llevar a cabo este proceso, Herrán, proponía que el gobierno de la Nueva Granada contratara a empresarios de colonización que se encargarían del traslado de los colonos, de su instalación y de todo lo que implicaba el ejercicio de trabajos de explotación de las riquezas.
Al tiempo, cuando los colonos estuvieran ya en sus funciones, estables en la Nueva Granada, el gobierno tomaría el control de entrega de los terrenos baldíos y de ubicarlos en varias zonas del país.
También proponía que se financiara a las empresas de emigración con un préstamo que se podría amortizar a futuro con las rentas de los colonos, pero mientras estos comenzaran a obtener ingresos y les llegara la bonanza, el gobierno Neogranadino pagaría intereses con fondos del Tesoro nacional.
Pedro Alcántara Herrán pensaba que el territorio que era de mayor interés para las empresas de emigración era el Istmo de Panamá, ya que estaba al tanto de cuán atractivo era el paso hacia el pacífico.
Los empresarios norteamericanos, según Herrán, estarían dispuestos a formar una gran colonia en el istmo de Panamá porque de allí podrían facilitar las comunicaciones interoceánicas. Por último Pedro Alcántara Herrán, quiso promocionar a la Nueva Granada en territorios extranjeros.
Él veía conveniente realizar publicaciones en varios idiomas, donde se hicieran descripciones del territorio, informar sobre los principios jurídicos, Leyes de la Nueva Granada, derechos y garantías de los inmigrantes.
Otros aspectos a los que se debía dar publicidad en otros países, eran las estadísticas, las noticias, los estilos de vida en la región, el clima, aspectos favorables y posibles inconvenientes que pudieran encontrar los futuros colonos. Te invitamos a leer sobre los recursos naturales de Colombia.
Aspectos Geográficos
Este proyecto presentado por el ex presidente sobre la emigración, deja ver la forma de entender el territorio de la Nueva Granada por un hombre que representaba a la clase política conservadora. Para los Neogranadinos los aspectos geográficos eran de vital importancia ya que se buscaba la transformación del territorio.
Los hombres letrados y las eminencias, tenían sendos conocimientos de la geografía, por tanto el entendimiento de ésta formaba parte de las élites y de las mentes progresistas. Por esto cuando el ex presidente Herrán redactó el documento donde exponía el proyecto de emigración de los norteamericanos, fue con el fin único de explotar zonas geográficas de la Nueva Granada que se encontraban sin uso.
Sacar provecho de los recursos de la geografía, poblar las fronteras, dar a conocer las posibilidades de crecimiento que ofrecía el territorio, eran metas significativas para Herrán.
Herrán y Mosquera
Tomás Cipriano de Mosquera fue el presidente sucesor de Herrán. En la política, inicialmente, ambos eran integrantes del partido conservador. En la vida personal les unía algo más. La hija de Tomás Cipriano Mosquera, fruto de su primer matrimonio con Mariana Arboleda Arroyo, fue consorte de Pedro Alcántara Herrán.
De nombre Amalia Concepción Gertrudis Mosquera Arboleda fue primera dama de la República de la Nueva Granada, al igual que lo fue, posteriormente y por cuatro períodos, su madre.
Después de dejar la presidencia Herrán fue asignado por Mosquera para una misión en norteamérica, y ésta fue presentada ante las autoridades de la Nueva Granada. El proyecto de Herrán con respecto a los inmigrantes norteamericanos era muy ambicioso y requería de la inversión de grandes fondos por parte del tesoro neogranadino.
Herrán y su suegro, el presidente Tomás Cipriano Mosquera, tuvieron muchas diferencias, las cuales motivaron su destitución a su cargo de diplomático que ejercía frente el gobierno de los Estados Unidos, y también le fue dada su baja del ejército Neogranadino.
El decide para entonces formar parte de las filas del partido conservador, cuando el presidente Mosquera junto a los liberales, comenzó la lucha en contra de Mariano Ospina Rodríguez en los años 1860 a 1862 en la Guerra civil.
Años más tarde, el presidente Mosquera le devolvió el grado militar a Herrán.
Herrán también ejerció cargos diplomáticos encomendados por Guatemala y El Salvador. Herrán fue un hombre visionario que tenía amplias expectativas para el territorio de la Nueva Granada y para el territorio hispano americano, a quienes siempre defendió de la injerencia de los europeos.
Para Herrán hablaba de los Neogranadinos como gente capaz que pueden contar con sus propias cualidades para enfrentar posibles amenazas o invasiones, esto haciendo alusión a las hazañas de los ejércitos colombianos bajo el mando de Simón Bolívar.
En el año 1872 Pedro Alcántara Herrán, fallece a la edad de 72 años. Para ese momento aún se encontraba activo y se desempeñaba como senador en representación del Estado Soberano de Antioquia en Bogotá.
alfonso herran quintero
excelente sistesis de un estadista ejemplar, gobernante eficaz y diplomatico visionario