Descubre todo sobre Eugenio Espejo, destacado personaje de la historia de Ecuador, que tuvo protagonismo como profesor, abogado, periodista y médico.
Biografía de Eugenio Espejo
Eugenio de Santa Cruz y Espejo nació en Quito el 21 de febrero del año 1747, hijo de Luis Chuzing y María Catalina Aldás. Su padre era un indígena que gracias al sacerdote Luis Benítez de la Torre, aprendió a leer y a escribir, aunque de forma oculta, ya que en ese momento no era aceptado socialmente que un indígena supiera hacer tales cosas.
Para entonces, aquellos indígenas que habían aceptado ser bautizados y catequizados, les cambiaban sus apellidos, de allí surge el de su progenitor. Por su parte su madre, según algunos autores fue una mujer nacida en Quito, mestiza, no obstante hay otros historiadores que indican que ella era de origen español.
Infancia y juventud
Eugenio Espejo tuvo una infancia humilde, junto a sus tres hermanos. Fue educado en casa por sus progenitores y posteriormente fue llevado a un recinto católico para personas de bajos recursos, donde obtuvo la educación básica primaria.
Durante su infancia acudía con frecuencia al Hospital Real de la Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, debido a que su padre laboraba en ese lugar, y fue entonces cuando pudo darse cuenta de la fragilidad de las personas enfermas y se interesó en ayudarlas y comienza a sentir la vocación por la medicina, ya que era una vía para asistir a los demás.
En la segunda fase de sus estudios, los cursó en colegios de clase aristocrática de la sociedad ecuatoriana, en el Colegio San Luis, que era gerenciado por los sacerdotes jesuitas. Allí fue delegado de curso en distintas ocasiones, graduándose de bachiller en el año 1762 y maestro en filosofía.
Fue un joven muy dedicado al estudio y a la lectura, siendo su principal interés el bienestar de las personas. Su preocupación por los más vulnerables le llevó a cursar estudios de medicina, y se graduó con tan solo veinte años. Estos estudios de medicina los realizó en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. Te invitamos a leer todo sobre las culturas del Ecuador.
El siglo XVIII fue conocido como el de las luces, debido a que la ciencia avanzó enormemente durante sus años y Eugenio Espejo formó parte de estos tiempos importantes para los avances en medicina que han ayudado tanto a la humanidad. Espejo fue encargado del estudio contra la epidemia de la viruela.
Tres años luego de su nombramiento en medicina, Eugenio Espejo se recibió en la carrera de Derecho Civil y Canónico ya que Espejo era un hombre de principios y se dedicó a cultivar sus conocimientos sobre áreas en las que pudiera prestar toda su atención al prójimo.
Sus ideales eran la igualdad y la libertad, por ello fue una figura de gran importancia en la historia. Tuvo gran influencia a los revolucionarios de su época, a través de escritos y de divulgar sus creencias. Su postura contra las injusticias fue preponderante y por ello es recordado.
La Sociedad
Para el momento histórico en el que vivió el médico, periodista, filósofo y profesor Eugenio Espejo, la sociedad estaba marcada por una serie de acontecimientos, normas y costumbres que influyeron en su forma de pensar y de ver la vida. Algunas de estas eran aceptadas por el escritor y médico, pero otras tantas le resultaban chocantes e injustas por lo que luchó a través de sus medios para buscar cambiar el pensamiento de la sociedad.
Para la época se dieron expediciones a distintos lugares de América, de ahí la visita de Alexander Von Humboldt, científico de gran relevancia, a territorios que actualmente pertenecen a Ecuador, el cual hizo gran reconocimiento a las región.
Era común el intercambio de productos, sobre todo de textiles, con otras regiones. Intercambios que estaban manejados por la Real Audiencia de Quito. También surgió el desarrollo arquitectónico y artístico en la sociedad quiteña, de modo que fue cambiando a un aspecto europeo con dominación español.
La sociedad estaba demarcada por clases y la iglesia tenía un protagonismo algo menor al que tuvo durante la conquista. La ciencia por su parte cobró importancia y comenzó el desarrollo de esta importante tarea de investigación.
En el aspecto cultural, se fundaron grandes bibliotecas y la educación fue tomando mayor importancia en la sociedad. La pintura y la escultura también fueron fomentadas en las escuelas de arte del mundo y su influencia llegó a Quito durante este período.
Se creó la Sociedad Patriótica de amigos del País y el periódico Primicias de la Cultura de Quito, donde Eugenio Espejo tuvo gran protagonismo. El periódico tuvo gran impacto en la sociedad conservadora, sobre todo por su crítica y su tono satírico. Eugenio Espejo estuvo rodeado de un medio en auge pero al mismo tiempo tradicionalista, con el que tuvo que lidiar y a través de sus conocimientos y de sus virtudes, buscar cambiar. Puedes leer todo sobre las etnias del Ecuador.
Como Médico
Eugenio Espejo se graduó de doctor en medicina en el año 1767. Para esa época la discriminación racial era evidente, por lo que para algunos grupos sociales era distinto a lo habitual un médico de origen indígena. Aunque Espejo era una persona destacada en sus estudios le fue impuesta una prueba de conocimiento de anatomía en latín y la superó de manera sobresaliente.
Una vez culminados todas las exigencias hizo las prácticas en los hospitales por espacio de doce meses y concluido este lapso fue declarado preparado para atender y curar a los enfermos. La medicina tuvo en el doctor Eugenio Espejo un precursor en el área de la investigación, ya que se dedicó al análisis de la microbiología y se formó para sus investigaciones a través de lecturas de escritos de medicina que se realizaban en otros lugares del exterior. La
En esa época era común ejercer la medicina de manera experimental donde los conocimientos de los indígenas sobre las plantas y otros elementos de la naturaleza eran también aplicados para la curación de los pacientes.
El doctor Espejo buscó superarse en tiempos donde la sociedad era claramente excluyente, pero a pesar de eso no dejó de lado sus sueños de ser útil a la humanidad y de servir sobre todo a los desposeídos, sobre todo en el ámbito de la salud, ya que éste era un sector vulnerable y que a su criterio necesitaba dedicación y especialización.
Finalmente después de tantos esfuerzos, sus metódicas investigaciones fueron vistas por la comunidad de la medicina a nivel internacional. Esta se interesó en los avances científicos de este insigne doctor y sus adelantos fueron publicados en literaturas de todo el mundo.
Para el año 1785, en la ciudad de Quito comienzan a evidenciarse una cantidad de personas enfermas con fiebre y erupciones en el cuerpo, lo que parecía ser un brote de viruela. Luego de reunirse la comunidad médica de la localidad y enviando un informe a las autoridades, el doctor Espejo es designado por la corona como el médico encargado del estudio del virus que afectaba a la sociedad Quiteña.
Durante la investigación sobre el virus de la viruela, el doctor Eugenio Espejo pudo darse cuenta que la enfermedad se propagaba en aquellos lugares donde la gente acudía y se aglomeraba, de esta manera se transmitía y se difundía, no así en lugares donde las personas se mantenían aisladas como era el caso de las monjas del convento.
La epidemia fue controlada y las personas fueron sanadas, lo que fue un gran éxito para el doctor Espejo y le dio reconocimiento, no sólo en la sociedad de Quito, sino también de los especialistas en medicina de otros lugares del mundo. También dio con los medios preventivos de la enfermedad, por eso expuso sobre la higiene social e higiene pública que eran determinantes para combatir y erradicar el virus.
Luego de observaciones, análisis, y muchas investigaciones, Eugenio Espejo publica un libro llamado “Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas”, dejando el resultado de sus estudios para el conocimiento de todos. Recibió felicitaciones de la comunidad médica del exterior. Te invitamos a ver el artículo sobre el Patrimonio cultural del Ecuador.
Como Periodista
Eugenio Espejo es catalogado como un gran exponente de la cultura de latinoamérica. Sus valores humanos y su gran virtud para el ejercicio del periodismo hicieron que difundiera un conjunto de conocimientos y costumbres del pueblo indígena y de la sociedad colonial. Su pensamiento siempre tuvo ideas libertarias. Y fue en 1750 cuando llega a Quito la primera imprenta y con ella la difusión de la letras. La comunicación era manejada por la iglesia a manos de los jesuítas.
Para Eugenio Espejo ejercer el periodismo era abrir los ojos al mundo, era educar, defender con justicia a quienes así lo necesitaban, a la orientación de los hombres y mujeres de su sociedad, era enfrentar de alguna manera a las autoridades virreinales ante sus atropellos. Por esto en el año 1792, Espejo funda el periódico Primicias de la Cultura de Quito, donde se expresó con limitaciones y con el que tuvo múltiples inconvenientes por la presión de la corona española.
Sin embargo este acto fue el inicio del periodismo ecuatoriano que fue un contraste para una sociedad acostumbrada a conocer las noticias en las plazas o en lugares como la iglesia. Este rotativo tan solo circuló con siete ediciones pero fueron tan contundentes que incomodó a las autoridades, al punto que Espejo fue apresado por transmitir sus ideas, acusado de tener una postura revolucionaria.
Indican algunos autores, que Espejo fue víctima de discriminaciones y descalificaciones por su origen, sus lectores, en su mayoría criollos que habían sido educados y conocían de lecturas, tuvieron opiniones a favor y contrarias a las del autor.
Eugenio Espejo fue crítico del sistema de salud, a la medicina empírica colonial, y escribió El Nuevo Luciano, un libro donde hizo frente a muchos académicos y denunció actos de corrupción, lo que provocó polémicas y culminó con la detención del escritor.
Hay que destacar que por sus denuncias en sus escritos, Espejo fue demandado y llevado ante las autoridades por algo que se puede considerar un conflicto personal. No obstante ante las críticas de Espejo del cobro de impuestos a los indígenas a los cuales se les negaba el trabajo, también se convirtió en un juicio político.
De acuerdo a la versión de historiadores, la unión de estos dos aspectos, sumados a hostilidad de los jueces hacia el periodista, hizo que el juicio no fuera del todo imparcial, por lo que resultó apresado y luego de enfermar muere.
El periodista Eugenio Espejo se caracterizó por tener un estilo irónico, crítico y hasta satírico, que no calaba bien debido a la sociedad conservadora y discriminante que dominaba en ese momento. Espejo también fue nombrado administrador de la biblioteca pública de Quito, cargo que llevó con mucha satisfacción debido al gran interés del autor por la lectura y su deseo de transmitir el conocimiento a la sociedad se vio, en parte cumplido, por las enseñanzas de los textos.
Obras
Las obras de este autor tenían como finalidad buscar la solución de las necesidades de los más desposeídos. Se adentró en los asuntos sociales y políticos de su época, muchos de sus planteamientos para las soluciones eran contrarios a las costumbres.
Se preocupó por exponer las necesidades de la población a un sistema sanitario más competente y de crear hábitos de higiene para una sociedad más saludable y evitar los contagios, sobre todo lo referido al virus de la viruela.
En sus obras también difundió la necesidad y el derecho a la educación y a la igualdad. También hizo referencia al respeto por la mujer y a sus libertades. Por último fue un precursor y prócer de la independencia, infundiendo ideas e inspirando a los revolucionarios de la época.
Libros – Bibliografía
Eugenio Espejo tuvo una producción literaria bastante variada, pues los temas tratados podían ser de ciencia, de política, sociales, económicos, educativos o literarios. En sus escritos fue conocido por los seudónimos Apestegui, Perochena y Don Javier de Cía.
Su obra El Nuevo Luciano de Quito, Eugenio Espejo hace duras críticas a la sociedad quiteña, a la educación y cultura de la época. Marcado por la sátira y por un texto duro en su contenido, esta obra le dio difusión al trabajo de periodista del célebre ecuatoriano.
Otro de sus escritos más controversiales fue El retrato de la Golilla, se refirió a controversias y críticas a la Corona y a los enviados de éste a las colonias de su localidad. También escribió:
Discurso, en donde expuso temas sobre la sociedad patriótica en su región. En el año 1780 publicó una obra llamada Porcio Cantón o Memorias para la impugnación del nuevo Luciano de Quito, también escribió Cartas Teológicas; siete años más tarde redactó la obra Cartas riobambenses; en el año 1792 fue expuesto su escrito denominado Memorias sobre el corte de quinas y también se conoció sobre el Voto de un ministro togado de la Audiencia de Quito.
Aportes
Eugenio Espejo fue un hombre realmente versátil, ya que pudo adaptarse a diferentes funciones que le eran de mucho interés, sobre todo por sentirse útil a la sociedad y en particular para ayudar a los más necesitados y vulnerables.
Espejo fue un hombre culto, intelectual y crítico, por eso no dudó en prepararse para cumplir funciones como médico, profesor, filósofo, abogado y periodista. Fue uno de los hombres más controversiales y a la vez importantes de Quito. También es importante acotar, que Espejo fue encargado de administrar la biblioteca pública de Quito y durante ese lapso se encargó de dar difusión cultura, dedicándose a ello sólo con la ilusión de ilustrar a mucha gente, sin percibir ningún pago por eso.
Médicos
En el ámbito de la medicina, este doctor realizó investigaciones sobre las diferentes epidemias que azotaban a las personas en su región. Era común en aquella época saber de personas que se contagiaban con solo salir a caminar por las calles de Quito. Por esto se dedicó a analizar y revisar los datos, dando como resultado que el contagio era por el contacto de una persona enferma con otra sana.
Estos contactos eran en los distintos eventos cotidianos y sociales de la ciudad, tales como asistir a las iglesias, al mercado, o una simple conversación en la plaza. Pudo observar y detallar que en los lugares cerrados y donde las personas se mantenían aisladas no circulaban las epidemias.
De esta manera, el análisis arrojó que los virus estaban hechos por microorganismos que se transmiten de la manera antes explicada y que eran generados por los malos hábitos de higiene pública y social, determinando además las formas de evitarlos.
Con la culminación de sus estudios, Espejo hizo una publicación denominada Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas, allí expuso las causas y efectos de la falta de higiene en la ciudad, la necesidad de mejoramiento profesional de los médicos y religiosos que laboraban en los hospitales de Quito, a fin de combatir las epidemias.
Es importante destacar que otros científicos siguieron su investigación, y actualmente se reconoce como la base de muchos estudios realizados en épocas más recientes. El investigador de las ciencias, Louis Pasteur hizo lo propio, con respecto a las virosis y los agentes contaminantes o microorganismos.
Periodista
Como comunicador, Espejo fue crítico, denunciante de las injusticias ante la sociedad y auspiciante de la libertad y de la emancipación de España, aunque con las limitaciones que la sociedad influyente y dominante le imponía.
Tal como se ha dicho a lo largo de este artículo, Eugenio Espejo tenía un estilo de escritura duro, directo, denunciante de hechos injustos, y eso le trajo consecuencias. Por un lado, fue admirado por tener el ímpetu para hacer tales denuncias, pero por otro lado le resultaba molesto a las autoridades y a las personas comprometidas en sus comentarios. Espejo se enfocó en buscar mejoras a la sociedad que estaba afectada por la esclavitud, la rigurosidad de la religión, las costumbres llegadas de europa y la pobreza.
Ante ese escenario se fue convirtiendo en uno de los pioneros en empujar los ideales independentistas, que buscaba el trato equitativo entre las razas y la defensa y amparo de las mujeres.
Las autoridades coloniales no vieron bien el pensamiento de Eugenio Espejo, y por ello surgieron polémicas y conflictos. Estas autoridades veían en Espejo un hombre agitador, al que era conveniente alejar. Por esta razón le fue solicitado se retirara al Perú a llevar sus conocimientos en medicina.
No obstante, Espejo se quedó en Ecuador, en la localidad de Riobamba, donde se dedicó a defender a los indígenas de los atropellos que recibían de los representantes de la corona, y de la sociedad pudiente.
Su hermana Manuela
Manuela de la Santa cruz y Espejo, hermana de Eugenio Espejo, seis años menor. Tuvo gran afinidad con Eugenio, ya que solía acompañarlo en sus jornadas de atención a los enfermos, sobre todo cuando surgió la epidemia de fiebre amarilla. Con este acto, Manuela solía sentir la necesidad de ayudar a los más necesitados. Se dice, que Manuela es el símbolo de abnegación y de la enfermería en el Ecuador. Te invitamos a ver el artículo sobre las tradiciones del Ecuador.
Manuela se encargó de atender a su familia en los momentos de problemas de salud, en especial a su hermano Juan Pablo a quien cuidó con esmero. Ella recibió enseñanzas en el área de salud por el doctor Lorenzo Heister, aunque no fue una educación formal, aprendió mucho sobre el tema.
Manuela fue activa en las actividades revolucionarias, sobre todo en defensa de la mujer. Ella fue una célebre colaboradora del diario dirigido por su hermano Eugenio, bajo el seudónimo Erophilia. Esta mujer fue mensajera de los conspiradores, expuso su vida por la causa. Se encargó de los aspectos legales cuando su hermano Eugenio estuvo preso, a fin de ayudarlo a salir.
Poemas
Eugenio Espejo tuvo expresiones que dejaron ver sus sentimientos y su postura ante la vida, y además han servido de inspiración a poetas. También este personaje de la historia, ha sido enaltecido por escritores, críticos y poetas del mundo. Algunas de las expresiones de este autor son:
– “La ciudad no consiste en las casas, los pórticos, ni las plazas públicas: los hombres son los que la forman”.
– “La razón es una antorcha que alumbra todo ser espiritual, que da coloridos e ilumina a las operaciones del alma”
– “Hablemos con el idioma de la escritura santa: vivimos en la más grosera ignorancia y la miseria más deplorable”.
– “Hay en el corazón humano ciertas semillas de probidad que el bien público las desarrolla, el amor a la patria las fertiliza, y las hace fructificar la ocasión de coyuntura de mirar por su adelantamiento y felicidad”.
– “Por acaso se oye proferir a algunos como un oráculo misterioso la siguiente proposición: El bien común prefiere al particular. Pero en la práctica nada se ve tan comúnmente sino que el interés del público es sacrificado al interés del individuo”.
– ” Es propio de un espíritu fuerte profundizar los asuntos que trata, y no dejarse sorprender por las apariencias”.
– “Siempre será el motivo de las admiraciones del mundo, y el de sus perennes bendiciones al cielo, ver que una pluma sea el intérprete fidelísimo de los pensamientos más escondidos de un hombre”.
En la web hemos podido encontrar poemas dedicados al médico, escritor y profesor Ecuatoriano. A continuación un poema de Gabriel Lincango Palacios:
Santo precursor de la libertad
de mil Américas que el rey ha heredado
primicias de cultura y lealtad
al pueblo mártir has entregado
Efímero fue el día a galopante
el yugo le impidió luz en sus hijos
a quienes enseñaste un brillante
horizonte a tus pueblos regocijos
Extraña aurora de república
en el letargo fallido de agosto
acongojado en mar de cáustica
Mejía y Cañizares ¡Que alto costo!
Al alboreo dichoso el Luciano
vierte de ilustre pensar al inculto
fúnebres son los gritos del profano
al despertar el ingenio del culto
Solo el erudito de la retórica
pudo haber imaginado el final
en la corona al timbal de la estoica
el montaraz celebra la laical
Rogase el héroe de tan fatídica
al grito el clamor de sus sollozos
en el frío calabozo mundifica
la estirpe de Aragón y Castilla a esbozos
Al amparo de la cruz anhelaste
luz, libertad, gloria y felicidad
a Bolívar y Sucre la heredaste
con honor defendieron la verdad
Muerte de Eugenio Espejo
Luego de un largo ir y venir ante las autoridades, Espejo fue liberado después de ser acusado de ser un conspirador, ya que en las Cruces de Quito se encontraron unos estandartes o banderas que decían: “Al amparo de la cruz, sed libres, conseguid la gloria y la felicidad”. A Eugenio Espejo se le atribuyó tal acto.
Tras su encarcelamiento, este célebre autor, comienza a perder su buen estado de salud, algunos autores señalan que se enfermó de disentería, que es una enfermedad bacteriana en al colon y que de no ser tratada se convierte en mortal. Otros señalan que fue de tuberculosis que también es letal. Aún cuando ya se encontraba en libertad, Espejo no resiste a los embates de su enfermedad y fallece el 27 de diciembre del año 1795, a los 48 años.