De formación militar y proceder rígido, Lucio Gutiérrez representó en un momento a un pueblo desesperanzado al cual amalgamó con promesas de cambio. Pero las realidades del juego político lo envolvieron y no solo falló a sus compromisos populares, sino que su dignidad personal se vio menguada.
Biografía de Lucio Gutiérrez
Lucio Edwin Gutiérrez Borbúa nació en Quito el 23 de marzo de 1957, sus padres Jorge Lucio Gutiérrez Rueda y María Fanny Borbúa Bohórquez, asistente medica que murió en 1986. A pocos días de su nacimiento fue mudado por sus padres a Colombia y posteriormente a Tena, en la región amazónica del Ecuador; allí hizo el nivel primario en la Escuela Santo Domingo Savio, que dirigían los padres Josefinos y el secundario en el Colegio San José.
Al contar 15 años se incorporó al Colegio Militar Eloy Alfaro de Quito. Se instruyó en la Escuela Politécnica del Ejército (Espe) en Quito, en la que se recibió de ingeniero civil y como licenciado en adiestramiento físico, en gerencia y ciencias militares.
Lucio Gutierrez y Ximena Bohorquez
En 1982 se casó con Ximena Bohórquez, la cual conocía desde su infancia ya que tenían un parentesco remoto. Han tenido hasta la fecha dos hijas: Karina y Viviana Gutiérrez Bohórquez
Carrera militar
Finalizada su instrucción en el Colegio Militar, y siguiendo lo establecido por las leyes militares fue remitido a distintos destinos. Fue en 1996 nombrado asistente del presidente Abdalá Bucaram, cuando decidió no seguir las órdenes de Bucaram de proteger al Palacio de Carondelet en los días anteriores a su remoción. Cuando Fabián Alarcón fue designado como presidente constitucional provisional, nombro a Lucio Gutiérrez como su asistente en los primeros días.
Alcanzó el grado de Coronel de Estado Mayor del Ejército de Ecuador. A inicios de 1999 fue designado como fefe del grupo de caballería General Davalos a Cuenca, posición que le permitió exponer escritos al entonces presidente Jamil Mahuad y a su ministro de defensa. A ellos les requirió mejoras económicas y de las condiciones de vida de las familias ecuatorianas, señalando que las Fuerzas Armadas deben colocarse del lado del pueblo, logrando con ello el apoyo de oficiales de mando intermedio.
Para marzo de 1999, el país se sumergió en crisis económica forzando a que el presidente Mahuad dictaminara la inmovilización de los depósitos bancarios y el aumento del precio de la gasolina en un 150%. Ante tal situación, el Coronel Gutiérrez, comandando a una agrupación de oficiales menores y algunos integrantes de la tropa, provocó un alzamiento indígena que ocupó Quito el 21 de enero de 2000 forzando la caída de Mahuad.
Incursión en la Política
Lucio Gutiérrez tras participar en una revuelta indígena y de militares de bajo rango para derrocar al presidente Mahuad, formó un triunvirato con Antonio Vargas, presidente de la Conaie y el Dr. Carlos Solórzano Constantine, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, que no tuvo aceptación internacional ni apoyo nacional.
Cuando intento tomar posesión ese triunvirato, el general Carlos Mendoza quien comandaba al Ejército, ocupó el lugar de Gutiérrez, quién para la época tenía rango de coronel. El ordenamiento constitucional fue repuesto por las Fuerzas Armadas y el vicepresidente, Gustavo Noboa Bejarano, tomó juramento como presidente de la República del Ecuador.
Candidato Lucio Gutiérrez
Lucio Gutiérrez fue llevado preso por golpista y recluido en el Fuerte Militar Atahualpa, donde fue retenido por 120 días hasta que recibió amnistía de parte del Congreso. Una vez en libertad comenzó a conformar un movimiento político al que llamó justamente Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero, constituido en gran medida por sus ex compañeros del ejercito que formaron parte en la defenestración de Mahuad.
Dos años después expuso su propuesta a las elecciones presidenciales del 2002 que lo destinaría a ganar en las dos rondas electorales realizadas el 20 de octubre y el 24 de noviembre de 2002. Allí venció a candidatos que, como el Dr. Rodrigo Borja Cevallos, el Dr. Osvaldo Hurtado Larrea y el Ab. León Roldós Aguilera, habían ejercido anteriormente la Presidencia y la Vicepresidencia de la República, y a su adversario en la segunda vuelta, Álvaro Noboa.
Presidente Constitucional de Ecuador (2003-2005)
Gustavo Noboa llamó a comicios presidenciales para el año 2002, a la cual se presentaron varios personajes políticos como candidatos. Gustavo Noboa llamó a comicios presidenciales para el año 2002, a la cual se presentaron varios personajes políticos como candidatos. Gutiérrez fue electo Presidente de la República en segunda ronda electoral, que se realizó el 24 de noviembre de 2002.
Obras
Apenas victorioso, Lucio Gutiérrez, prometió una gestión pluralista y de acuerdo nacional, con participación de miembros de los movimientos sociales. Dijo que sometería al Congreso proyectos de ley para sacar la política de los tribunales de justicia, formar la cuarta competencia del Estado para comprobación y entrega de cuentas, además de renovar el aparato administrativo.
Gutiérrez formó un equipo gubernamental variado pero contradictorio: el frente de la economía y de la política quedaron en manos de los grupos habituales de la derecha. En contraste, dejo 4 ministerios a Pachakutik, entre ellos los de Relaciones Exteriores y Agricultura, cuyos ministros eran personajes de la intelectualidad indígena. Este equipo tan diverso, no contó con un liderazgo que le diera congruencia, cada ministro laboraba de forma aislada, las juntas de gabinete eran escasas y nada productivas, no obstante, jamás se hicieron rectificaciones.
Repentinamente las diferencias políticas con aquellos que le dieron acceso al poder igualmente se hicieron presentes y las agrupaciones indígenas, comenzaron a forzar al mandatario hasta que el acuerdo se fracturó. Gutiérrez a partir de esta situación frecuentemente procedía a cambiar el gabinete, asignando ministerios a personalidades políticas reconocidas que eran miembros de los partidos políticos tradicionales.
En los meses iniciales de gestión, sus partidarios de izquierda notaron un cambio no esperado. El Presidente viaja a Estados Unidos y expresa públicamente su gran amistad con el país del norte. Adicionalmente cambia las competencias y poderes del Estado para eludir la oposición en el parlamento y realiza un acuerdo con la derecha personificada por el Partido Social Cristiano (PSC), ante la ausencia de apoyo en el Congreso Nacional.
Luego de rubricar una de las Cartas de Intención con el Fondo Monetario Internacional, de manos de su secretario de Economía, Mauricio Pozo, dicho documento se transformó en el programa de gobierno. El presidente intentó proponer la Ley Trole III que supondría cambios en los sectores petrolero, eléctrico y a la seguridad social, para simplificar la intervención de capital privado y aumentar las probabilidades de invertir bonos en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Decretó un incremento en el precio de la gasolina, disparando el alza instantánea del importe de la cesta familiar y el repudio ciudadano al régimen económico exigido. Ante tal situación, el presidente se rodeó de allegados del ejército, designándolos Ministros de Estado, subsecretarios y presidentes de empresas del estado como Petroecuador, Pacifictel, Andinatel, Aduanas, etc.
En el sector político, seis militares inactivos les fueron asignados cargos de Gobernador, en distintas provincias. Igualmente, su familia más próxima, así como la más remota, y también sus relacionados inmediatamente se convirtieron en funcionarios públicos. El caso más representativo es el del cuñado del presidente, Napoleón Villa, quién fue designado director del Fondo de Solidaridad, posición del que fue apartado por el Tribunal Constitucional por nepotismo.
La coyuntura petrolera del país experimentó un severo revés a mediados del 2004 al decidir el Estado ecuatoriano anular o rescindir el contrato con la multinacional petrolera estadounidense OXY. Tres años después el gobierno ecuatoriano dio por perdido el litigio y se alistó a pagar lo sentenciado en julio del 2004 más intereses. Inicialmente se estima que el pago excederá los 153 millones de dólares.
Escándalos de Lucio Gutiérrez
A inicios de octubre de 2003, Gutiérrez se vio en la necesidad de soportar un escándalo que estremeció la organización de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas. El hallazgo de que, por varios años, gran número de armas habrían sido extraídas de los campamentos militares y que podrían haber sido negociadas con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Ante la presión ciudadana, varios bajo sospecha fueron retenidos para ser llevados a la Justicia Militar, pero dicha jurisdicción nunca reveló sus nombres. El Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, en afirmaciones dadas a los medios en esos días sacudió la perspectiva internacional. Señaló que la corrupción de algunos integrantes del Ejercito de Ecuador ha vendido armas a terroristas colombianos operando en oposición a su gobierno, a su país, a la democracia, al gran pueblo ecuatoriano y a su constitución. Los vínculos diplomáticos se rompieron pero meses después todo se solventó de modo satisfactorio.
Las acusaciones de “actuaciones sospechosas verificadas” no terminaban. El Ministro de Desarrollo Humano, Patricio Ortiz, renunció a su mando rodeado de denuncias que lo implicaban en situaciones de precio abultados o negociados en la compra de ciertos materiales asignados como ayuda a los habitantes aborígenes perjudicados por las explosiones del volcán Tungurahua.
A inicios del 2004 la condición social y política no mostraba mejora, y los aborígenes invocaban y proponían de muchas maneras un nuevo alzamiento como el del 21 de enero de 2000. Con fortuna para el gobierno, no obstante, la condición económica de los ecuatorianos no tenía mejoría, tampoco se habría menoscabado, y esto posibilitaba que el pueblo no se levantara.
Gutiérrez estuvo bajo investigación por denuncias de utilizar recursos públicos en auxilio de su camarilla política y de sus candidatos para los comicios ecuatorianos de 2004. Adicionalmente gran número de sus secretarios fueron averiguados por corruptela, en específico los ministerios de Bienestar Social y Vivienda, viéndose en la obligación de cambiar su gabinete con frecuencia.
Ante la duda y bajo amenaza de distintos bandos políticos que le demandaban su renuncia, asistió a varios campamentos militares y policiales para prometer a sus integrantes una importante mejora económica. No consideró entonces que el déficit social era imposible de pagar y que lo estimado para salubridad y educación no alcanzaba ni siquiera para sus menesteres más básicos.
Tratando de ganar de nuevo el apoyo de sus partidarios, compañías como Pacifictel, destituyeron repentinamente más de cien empleados que luego serían reemplazados por integrantes de su camarilla política del Gobierno. A comienzos de noviembre del 2004 y devenido en cabecilla de la oposición política, Febres-Cordero pretendió empezar un veredicto político para deponerlo del cargo.
Destitución de Magistrados de la Corte Nacional y la Pichi Corte
En el 2004 Gutiérrez renovó su plan para sustentar su continuidad política y consistía en realizar coaliciones parlamentarias para ganar el soporte de las facciones populistas. Para obtener el apoyo del PRIAN, dirigido por Álvaro Noboa, pretendió extorsionar al empresario guayaquileño, lo cual se reveló el 20 de enero de 2004.
En esa fecha Carlos Pólit, asistente del Presidente, comunicó que se comenzará una averiguación a Noboa por acusaciones en su contra relativas a los precios de la harina, el cual es uno de los negocios de Álvaro Noboa. Para soportar dicha declaración, en Guayaquil el Presidente insinuó que pondría en prisión al acaparador de la harina.
El Presidente designó como nuevo Secretario de Gobierno a Jaime Damerval Martínez. Algunos días después, una astuta operación política permitió que algunos diputados envueltos en el pleito político alteraran su voto. Las novedosas proposiciones políticas establecidas por Damerval prontamente produjeron gran revuelo dentro de los grupos de oposición, y antes de llegar al primer mes en el Ministerio ya había alcanzado estructurar una superioridad gobiernista.
Esta ventaja se consiguió específicamente debido al apoyo del PRIAN y del PRE. A través de los primeros días de diciembre, el presidente llamó a una junta extraordinaria del Congreso con la intención de sustituir a la Corte Suprema de Justicia. El Congreso, mediante los votos de la superioridad parlamentaria oficialista y contraviniendo evidentes disposiciones de la constitución, removió a los Jueces de la Corte Suprema de Justicia, sustituyéndolos por juristas alineados con los grupos políticos integrantes de esa superioridad parlamentaria.
Allí se incluían a dos jueces sugeridos de forma directa desde Panamá por el expatriado expresidente Abdalá Bucaram. A fines del 2004 el Presidente habría conseguido fortalecer su poder, sustentado por dos dirigentes controvertidos que habían solicitado un alto precio por su apoyo.
Esta situación fue corroborada por el diputado Mario Touma, quien en afirmaciones efectuadas el 5 de enero de 2005, declaro que su partido, el PRE, apoyaría al presidente Gutiérrez si este cumple su oferta de autorizar el regreso del expresidente Bucaram, exilado en Panamá desde su derrocamiento en 1997. En la misma fecha el diputado Omar Quintana Baquerizo, igualmente del PRE, fue electo Presidente del Congreso Nacional.
En los cambios en la Corte Suprema se dispuso a Guillermo Castro Dager como presidente de la misma, jurista y amigo comprobado del exmandatario Bucaram. El acuerdo llamado “Pacto de las Guayaberas” se logró en una reunión de Gutiérrez con Dager en Panamá, donde este actuaría a favor de Bucaram en los dos litigios penales emplazados en su contra por aprovechamiento de capitales públicos en su gestión.
“Pichi-Corte” es el apelativo dado a la nueva Corte, en referencia al apodo de su presidente Castro Dager. Aconteció que la nueva corte desestimó los litigios contra los expresidentes Abdalá Bucaram, Gustavo Noboa y el ex vicepresidente Alberto Dahik, los cuales retornaron del exilio, provocando considerables condenas y revueltas de los ciudadanos.
Era tal la incertidumbre en lo social, político y jurídico que los municipios de las más importantes urbes, en conjunto a las Cámaras de Producción, convocaron a movilizaciones públicas para repudiar las ambiciones totalitarias del Presidente Gutiérrez.
Acusaciones de Autoritarismo y Protestas
Para 2005, Gutiérrez vilipendiaba a los reporteros, desafiaba a sus adversarios y consentía actos destructivos según la acusación del Coronel Patricio Acosta, ex Ministro de Bienestar Social y ex Secretario de la Administración. Este igualmente señalo que Gutiérrez siendo postulante a la Presidencia de la República, se reunió y mantuvo contactos con representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El gobierno pretendió aprobar una ley de comunicación, mediante la cual podría controlar los entes radiofónicos y de telecomunicación. Después de la remoción de los magistrados y la posesión de la Pichi Corte, la oposición política acusaba a Gutiérrez de dictador. Ante ello el presidente se llamó a sí mismo “dictócrata”, generando polémica y repudio por parte de sus adversarios, entes de comunicación y la sociedad civil.
El 26 de enero de 2005, una inmensa marcha preparada por el Alcalde de Guayaquil, Ab. Jaime Nebot, mostró su repulsión al “dictócrata”. Comenzando febrero el Alcalde de Quito, Gral. Paco Moncayo, llamó igualmente a una marcha ciudadana política y popular con la intención de reclamar reformas al gobernante.
El gobierno empezó una vehemente operación de propaganda estimulando la confrontación entre la población a la vez que preparaba para el mismo día 16 de febrero la correspondiente contramarcha. Gutiérrez propuso que la urbe de Quito sea bloqueada por las FF.AA. Algunos días a la postre Cuenca se agregaría a Guayaquil y Quito.
Rebelión de los Forajidos
Las promesas no cumplidas, las incoherencias y el regreso de Abdalá Bucaram, que ratificaba el acuerdo hecho por el mandatario con el político exiliado, agotaron la tolerancia de la ciudadanía, particularmente la de Quito. Debido a que el Presidente los había llamado forajidos sus ciudadanos, desde entonces, comenzaron a ejecutar manifestaciones voluntarias, sin la dirección de ningún dirigente político. El presidente Gutiérrez replicaba convocando con frecuencia contramarchas de sus partidarios que finalizaban en la Plaza de la Independencia.
Teniendo el apoyo de las Fuerzas Armadas, en horas nocturnas del 15 de abril, Gutiérrez decretó el Estado de Emergencia Nacional, dictaminó el cese de funciones de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y dispuso como Zona de Seguridad a la urbe de Quito. Suprimió algunos de los Derechos Civiles como libertad para opinar y expresión del pensamiento, la no violación del domicilio, el derecho a libre tránsito por el país y ser libres para reunirse y asociarse con intenciones pacíficas.
Estas actuaciones generaron consternación en los medios de comunicación, así como en la oposición política, concluyendo que el presidente se reconoció como dictador a causa de su decreto. La Pichi Corte, debido a este dictamen, ceso en sus funciones, desestimando todas sus resoluciones, por ello el expresidente Bucaram retornó a su exilio panameño y el gobierno desperdició su superioridad parlamentaria.
En diversos medios se discutía cuan necesario sería el derrocamiento de Gutiérrez para librarse de una dictadura. Por ello, pasados dos días, fue derogada este decreto, multiplicándose los descontentos públicos y llamados a la dimisión del presidente.
Fin del Camino
El 20 de abril, después de intensificarse las protestas de los ciudadanos de Quito, el alcalde Paco Moncayo decidió bloquear las entradas a la ciudad, imposibilitando el acceso a los buses con partidarios del presidente Gutiérrez. Durante la mañana, las revueltas invadieron el edificio del Ministerio de Bienestar Social, el cual fue derruido y incinerado. Los protestantes señalaron que había forajidos con armas defendiendo al ministerio, quienes fueron detenidos por ellos y después entregados a la Policía.
Las protestas se habían vuelto agresivas, con pillajes en la ciudad que requirieron la presencia del escuadrón anti motines policial a la par que las Fuerzas Armadas colocaron barricadas en el Palacio de Carondelet. Para horas del mediodía los protestantes habían superado la contención de las Fuerzas Armadas, puesto que estas ya no apoyaban al presidente Gutiérrez al igual que la Comandancia Policial.
Ante todo esto, Gutiérrez abandonó Carondelet por los techos y huyó en un helicóptero del Ejército. Un oficial recogió la bandera del Palacio de Carondelet para anunciar que ya no existía gobierno. El Congreso Nacional, ante este caos y concentrado en el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), resolvió la remoción de Lucio Gutiérrez.
Esto se fundamentó en una estipulación de la Constitución que autorizaba al Congreso para destituir al presidente por “abandono del cargo”. Justificando su determinación en que, Gutiérrez, al haber decretado la remoción de los magistrados de la Corte Suprema, había hecho injerencia en otro poder del estado, lo cual es una violación de la Constitución. Se consideró como ruptura del hilo constitucional y esta decisión fue certificada por la Procuraduría General del Estado.
En su lugar, el Vicepresidente Alfredo Palacio le sucedió en la presidencia, tomando posesión en la CIESPAL. Le juramento la entonces vicepresidente del Congreso Nacional Cynthia Viteri en una junta imprevista a la par proseguían las protestas en las afueras del edificio.
Exilio en Brasil
Tras huir del Palacio de Carondelet y luego de haberse emitido una orden para su arresto, Gutierrez experimentó variadas situaciones hasta que se asiló en la Embajada de Brasil en Quito. Antes del amanecer del 24 de abril, cubiertos por la noche y esquivando a los protestantes, un grupo de agentes especiales extrajo a Gutiérrez de la Embajada por la puerta de atrás, trajeado de policía y encubierto con pasamontañas negro y casco.
Un auto le llevo hasta el aeropuerto Sucre y de allí a un aeródromo en Latacunga, donde se encontró con su esposa y su hija menor Viviana. Allí les esperaba un jet de la Fuerza Aérea Brasileña con la autorización de llevarlos directamente a Brasilia. Al mediodía, los Gutiérrez ya se encontraban hospedados en una casa propiedad del Ejército brasileño, en los alrededores de la ciudad.
Retorno al Ecuador y de Nuevo Candidato
Gutiérrez no se pasó mucho tiempo en silencio e intentó una ofensiva política mediante una estrategia que consistía en generar un ambiente de presión nacional e internacional al gobierno de Alfredo Palacio. Para el 14 de octubre, Gutiérrez retornó al país por el aeropuerto de Manta, después de lo cual fue inmediatamente arrestado. El 3 de marzo de 2006 uno de los procesos contra Gutiérrez quedó anulado, y fue prontamente puesto en libertad.
En sus primeros comentarios después del sobreseimiento anunció su determinación de presentarse a las comicios presidenciales del 15 de octubre, candidatura que su partido ya había proclamado el 21 de enero. Debido a nuevas acusaciones en su contra, quedo inhabilitado y no pudo participar en dichas elecciones donde fue sustituido por su hermano Gilmar que apenas alcanzó un 17,4% de los votos.
En enero de 2008 Gutiérrez anunció estar dispuesto a optar otra vez a la Presidencia de la República si se le reponían sus derechos políticos después de dos años de sanción. Fue rehabilitado el 13 de mayo próximo por el máximo tribunal, previa cancelación de una multa de 38.924 dólares. Las elecciones se efectuaron el 26 de abril y Gutiérrez obtuvo el 28,2% de los votos. Participó de nuevo en las elecciones generales de febrero de 2013 quedando en un lejano tercer lugar con apenas un 6,73% de los votos.
Frases de Lucio Gutiérrez
“No aumentaré el precio de la gasolina y los costes de los servicios básicos, debido a que pienso que hay otras opciones que ya he indicado. El pueblo del Ecuador ha padecido mucho y considero que hay que conversar suficientemente del valor de la solidaridad. Voy a ser el Presidente que jamás tomará resoluciones unilaterales, buscaré acuerdos”.
En Carondelet, 7 de noviembre del 2002
“Me lastima en el alma y se me rompe el corazón haber realizado esto (aprobar medidas) pero no tenía opciones, ya que de no hacerlo la desigualdad continuaría”.
Cadena nacional, 19 de enero del 2003
“Las decisiones no se pueden evitar si requerimos enfrentar el estado crítico que nos legó el gobierno previo y porque, además, constituyen parte de lo acordado con el Fondo Monetario Internacional”.
En Quito, 1 de febrero del 2003