Descubre todo sobre la organización económica de los incas, basada en actividades que con una extraordinaria tecnología lograron desarrollar cultivos y ganadería en una geografía accidentada.
¿Qué es una Organización Económica?
Es cuando una sociedad articula las formas de crear y realizar actividades para que produzcan riquezas. Este esfuerzo en común implica la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios dirigidos a personas en particular o a la sociedad en su conjunto.
La organización económica de una sociedad tiene la particularidad de que los miembros que componen la misma son los proponentes de las actividades a desarrollar para generar ese beneficio esperado.
En la misma medida que se van cubriendo las expectativas con esas actividades, de manera natural o a través de estudios especializados, se van generando otras. La misma dinámica de producción de bienes o servicios, va a estimular la creación y desarrollo de nuevas tareas que generen beneficios a la sociedad.
Las organizaciones que generan economías, requieren de esfuerzo físico, mental, conocimientos, estudio de técnicos, y muchos otros factores para su crecimiento.
El Imperio Inca
El imperio inca, fue el conducido por los indígenas que habitaron las montañas de los andes, en américa del sur en tiempos prehispánicos.
Se iniciaron en la Cuenca de Cuzco, al sureste del actual Perú, y debido a su avanzada cultura, se convirtieron en el más grande imperio de esta región sureña.
Desde esta localidad del Perú, se fueron extendiendo hacia la zona norte en las cercanías de Pasto en Colombia, norte de Ecuador, hasta el centro de Chile, abarcando territorios de los actuales Bolivia y Argentina, y desde la zona montañosa de los andes a las costas.
Esta área territorial fue muy amplia, de algo más de 3.000.000 de kilómetros de posesión y una amplia zona costera que supera los 4500 Km.
A su territorio se le denominó Tahuantinsuyu formado por cuatro regiones llamadas suyos:
-Collasuyo, en la zona sureste, también llamada la zona de la llama.
-Chinchaysuyo, en el noroeste, denominado región del tigrillo.
-Antisuyo, en el noreste, es la región del jaguar.
-Contisuyo al oeste, esta era la región del cóndor.
Hablaban en lenguaje quechua general y su desarrollo y crecimiento fue durante el siglo XV y XVI. Fueron liderados en sus orígenes por Pachacútec, quien hizo grandes cambios de su reino, limitado a Cuzco, convirtiéndolo en un gran imperio. El Inca era considerado un enviado de los dioses, y ejercía una monarquía absoluta y de tendencia teocrática.
Contaban dentro de su organización social, con la presencia de personalidades que tenían ciertas facultades, y que eran determinantes para el orden las decisiones a tomar. Una de estas figuras eran los Tucuyricuy.
Estos eran los encargados del orden en las comunidades y de velar por el cumplimiento de las leyes. Su nombre en lengua quechua, significa el que todo lo ve y el que todo lo oye. Eran de completa confianza del Inca y debido a las informaciones que ellos llevaban a este, se tomaban decisiones, como por ejemplo, aplicación de penalizaciones.
En cuanto a la posesión de tierras, en este imperio, todas pertenecían a tres figuras: al sol, al Inca y por último al Estado. Su distribución era de manera que cada persona que formaba parte del imperio tenía derecho a poseer un espacio para trabajarlo.
Los habitantes del sexo masculino, tenía la particularidad de que al nacer ya eran poseedores de un topo (tupu) que correspondía a una parcela de 2700 metros que les serviría para desarrollar cultivos o criar ganado en su vida productiva.
En cuanto a las mujeres recibían menor cantidad, es decir, la mitad de un topo. Ninguno de ellos podían ceder estos espacios para la venta, ni tampoco eran heredables ya que eran pertenencia del Estado, y una vez que su cuidador fallecía, entonces le asignaban esas tierras a otro nuevo habitante.
El imperio inca, a pesar de su gran extensión y de desarrollo rápido, no existió más allá de un siglo. Con su expansión fueron adoptando las diferentes culturas de los pueblos que se incorporaban al imperio. Sin embargo les imponían su forma de vida y sus leyes a los nuevos habitantes del imperio. Puedes leer sobre los incas del Perú.
La unificación de criterios en las estructuras sociales y entre los habitantes de distintas regiones que formaban parte del imperio inca, así como el intercambio de conocimientos, hizo de esta región de sudamérica un lugar enriquecido en cultura y una gran civilización que conservó su Estado independiente por mayor tiempo, luego de la conquista de estas tierras por parte de los europeos españoles.
Organización socio – económica de los Incas
La sociedad Inca estaba compuesta por jerarcas, que se regían por el poder de su líder que era el Inca. Después de éste, le seguían los nobles, a quienes los españoles les denominaron los orejones porque tenían grandes ornamentos en las orejas que les desfiguraba su forma.
No obstante estos ornamentos eran necesarios que los llevasen puesto ya que de esta manera eran diferenciados por los habitantes de las distintas comunidades, como los segundos después del Inca.
Después de los nobles, los siguientes en esta cadena jerárquica, estaban los runas o mitimaes. Estos eran habitantes comunes, que no representaban autoridad alguna, por el contrario, solían recibir órdenes y realizar tareas obligatorias en las mitas.
Por último se encontraban los yanaconas (en quechua Yanakuna) cuyas obligaciones eran las de servir, ser auxiliares distintas en tareas. Como dato curioso, este término yanacona es actualmente usado en algunos países a las personas traidoras, haciendo referencia a la supuesta traición de estos a las etnias del imperio inca, con los españoles.
¿Cuál es?
El pueblo inca fue aquel guiado por Pachacútec para que fueran conquistadores. Cada pueblo conquistado fue absorbido y puesto bajo las órdenes de la autoridad del Inca, y en cuya estructura la religión fue de gran importancia, y se manifestó con rituales y costumbres que eran propias de este imperio.
Crearon mecanismos para unificar y armonizar las diferencias culturales. Una de ellas fue la del Runa Simi, también conocido como el quechua, el cual tomaron como el idioma de los habitantes de estos territorios que formarían parte del Imperio Inca.
En general eran tolerantes con aquellas culturas de los pueblos que pasaban a formar parte del imperio, pero eran vigilantes del cumplimiento de las leyes y de a poco fueron acoplándose para constituir este dominio.
En cuanto a las autoridades incas, estas recibían de los ancianos su orientación y consejos. Los nobles o llamados también los orejones, tenían la responsabilidad de administrar al imperio.
Para los indígenas que habitaban el territorio del imperio, su líder tenía cualidades que estaban por encima de cualquier persona común, era un ser extraordinario, por lo que a sus criterios, lo hacían apto para gobernar al pueblo.
Los clanes estaban formados por un número de personas emparentadas, las cuales eran gobernadas por los jefes, quienes por lo general, eran los ancianos de la tribu.
El Estado tenía participación en los asuntos económicos como por ejemplo la agricultura, asignando los períodos de cultivo y los productos a cultivar. La agricultura y la ganadería eran sus principales fuentes de la economía.
La población
También el Estado era responsable de determinar en qué lugar estarían los individuos en la sociedad, por ejemplo: fue el Estado el que colocó parámetros para determinar hasta qué edad un niño recién nacido se podía considerar un bebé, así como asignar la tarea de su educación a una persona determinada.
Para los niños de más de 5 años pero menores de 9, estaba previsto que su educación inicial era por parte de sus padres, y ésta consistía en la enseñanza de labores sencillas.
En el caso de los jóvenes de 10 hasta los 18 años tendrían labores con los rebaños, así mismo serían los encargados de llevar los mensajes.
Las muchachas de esas mismas edades, se tendrían que avocar a la recolección en las plantaciones de materia prima para los textiles así como de las flores, para ser llevadas a aquellos que realizaban artesanías.
Si dentro de la comunidad algún niño se había quedado huérfano, entonces estos niños eran llevados al cuidado de mujeres con experiencia en la crianza, que pudieran ofrecer los mejores cuidados al menor.
Las personas enfermas sólo podían vincularse a otras en su misma condición, esto con el fin de salvaguardar la salud de las tribus.
Las edades propicias para el matrimonio eran a más tardar los 25 años en el caso de los hombres pero la mujer se consideraba casadera máximo hasta los 30 años.
Si una mujer se había quedado soltera o en estado de viudez, su trabajo debía ser la de tejer o de servir a las familias de los orejones.
Las personas con discapacidades físicas serían una especie de bufones de los nobles y del inca.
La edad de la población, considerada la más productiva para la economía de la sociedad incaica, era desde los 25 hasta los 30 años. Es por esto que se le asignaban los trabajos de más rendimiento y utilidad para el encumbramiento del Estado.
Las personas de esas edades no tenían ningún nivel jerárquico, eran sólo ciudadanos comunes, que cumplían con el pago de impuestos, la siembra de sus suelos, formaban parte de los ejércitos y ayudaban en la construcción de edificaciones que tenían como fin actos religiosos o de interés para la sociedad en general.
Otras personas productivas se encargaban de la extracción de los minerales, como los de oro y de plata, que eran utilizados de manera extraordinaria, por los orfebres para la elaboración de figuras, ornamentos para los de mayor jerarquía, y también distintos elementos para la vida de los habitantes del imperio.
Los ancianos
Los adultos, llamados puris, eran continuamente supervisados por los funcionarios encargados por el Inca. Estos eran vigilados para controlar sus actividades, desde muy jóvenes hasta la edad de 50 años.
Ya entrada la vejez, eran respetados, pero si estaban con buen estado de salud, debían colaborar en los quehaceres de la sociedad, como por ejemplo en el campo y en el desarrollo de las actividades en los hogares de los nobles.
Cuando los habitantes de la comunidad incaica, cumplía los 80 años, el Estado se hacía cargo de su protección y asistencia en general al igual que aquellos que se encontraban incapacitados para el trabajo.
En general
El pueblo era dirigido por los nobles, hasta en la forma de sus vestimentas. Se mantenían siguiendo instrucciones constantemente, ya que tenían la seguridad de estar resguardados y amparados por el Estado, incluyendo la etapa de su ancianidad.
Este pueblo veía la moralidad como un asunto serio. El buen uso del tiempo y el cumplimiento del deber eran la base de la producción para la sociedad. No era aceptado el incumplimiento de las tareas, por lo que era causante de castigo.
Eran estrictos en el cumplimiento de sus leyes, ya que el incumplimiento de estas podría acarrear incluso la pena de muerte.
Las penalizaciones o sentencias del imperio inca, eran muy severas. Entre tantas de sus prisiones existía una, adyacente a Cuzco, era la parte interna de una cueva y por dentro contenía numerosas piedras con puntas que podían causar heridas.
En esos recintos, de por sí peligrosos por su estructura, fríos por la falta de sol, además del gélido clima de la región, eran encerrados fieras peligrosísimas para que el que incurriera en faltas graves lo encarcelaban allí, prácticamente sin posibilidades de sobrevivir.
Antes de todo, le era permitido al acusado, que declarara con el fin de aclarar su situación y de demostrar, de ser posible, su inocencia. Si esto era así, debía presentar testigos que dieran testimonio del argumento de la defensa del acusado.
En caso contrario, para su condena, primero se acudía al juicio de Dios. Luego de pasar por una cantidad de pruebas, si los dioses se manifestaban en defensa del prisionero, entonces debía ser dejado en libertad y declararlo inocente.
La base de la sociedad estaba constituida por el pueblo, pero la dirigencia estaba a cargo de los nobles, y por supuesto del jefe mayor del imperio. En algunos casos también participaban los familiares del jefe soberano.
Los Nobles
En el caso de los nobles, tenían trabajos de administración y control de los bienes de la sociedad, más su desempeño no eran trabajos pesados. Por el contrario tenían grandes privilegios, y estaban exentos del pago de tributos que recaudaba el imperio. Los habitantes comunes pagaban los impuestos con parte de su cosecha o con el cumplimiento de trabajos sociales.
Los nobles llevaban una vida cómoda y generalmente laboraban en cargos en donde ejercían el rol de jefes, aunque también eso implicaba más responsabilidades ante el inca.
De acuerdo a su preparación, a su liderazgo podían comandar altas funciones dentro del ejército y también dentro del culto.
El Sumo Sacerdote
El Sumo Sacerdote llamado por los españoles el Vila Oma, tenía como labor, establecer cómo se realizarían los culto, y la de conducir las actividades de los indígenas que tenían la obligación de participar en ellos.
Este sacerdote era por lo general, un pariente del soberano, quien lo nombraba para que cumpliera esa función de por vida. Tenía influencias dentro del Estado y su designación era de gran importancia dentro de la estructura social incaica.
La organización económica de los incas
La organización económica incaica fue muy adelantada, su desarrollo fue uno de los aspectos que permitió crear un gran imperio.
La economía estaba principalmente procurada con la agricultura, ya que el intercambio de estos productos entre las distintas comunidades del imperio fortalecían la economía.
Es de hacer notar que los pagos de impuesto también estaban basados en estos productos agrícolas, que cada familia cultivaba y que representaba un aporte al imperio, que se traducía en protección y seguridad.
La Agricultura
Las familias tenían asignadas unas parcelas para su cultivo, las cuales eran de mayor tamaño si la familia era numerosa. Las cosechas recolectadas en dichas parcelas eran principalmente para su consumo y para cumplir las obligaciones con las autoridades del imperio.
Las tierras eran trabajadas de manera comunitaria, esto quiere decir que se ayudaban mutuamente, y se complementaban unos a otros con los distintos tipos de productos cultivados.
Los principales productos cultivados eran la papa y el maíz, también ingerían carnes de llama y otros animales propios de la región. El cultivo de la papa era muy diverso, se dice que en los andes, cultivaron más de 150 clases, que variaban en color, tamaño, en su forma y hasta en su sabor.
A fin de alimentar a su numerosa población, en particular su gran ejército, conservaban la papa de una forma particular, ya que de no hacerlo, ésta se descompondría y se perdería la cosecha. Para ello colocaban la papa al sol y la secaban de manera que se deshidratara. Posteriormente, al momento de ingerirlas, eran puestas en agua, para obtener de nuevo una papa hidratada.
Este producto desarrollado particularmente en las montañas de los andes, es hasta hoy en día uno de los principales elementos de la comida de millones de personas en el mundo.
Los inca también desarrollaron el cultivo del frijol, del zapallo, ají, la quinoa y variadas frutas.
El sistema de cultivo de los incas fue innovador ya que no tenían la posibilidad de sembrar en terrenos cien por ciento planos.
La zona montañosa de los andes les hizo aprovechar las laderas con un sistema de terrazas formadas de muros elaborados con las piedras y dentro de este, le colocaban tierra y aplanar ese espacio, el cual aprovecharían para sembrar.
Uno de los cultivos que desarrollaron los inca, fue el del algodón. Este fue de suma importancia para la economía del imperio, debido a que se constituyó un elemento importante para la confección de la vestimenta, junto con la lana obtenida de los animales.
El algodón fue muy utilizado y comercializado por la necesidad del pueblo andino de cubrirse de las bajas temperaturas que la altura de los andes les ofrecía.
También el cultivo de la coca fue importante para este pueblo, ya que le dieron uso no solo para preparaciones en bebidas, sino para rituales que relacionaban al hombre con la naturaleza.
Era igualmente utilizado para fines medicinales y para inducir el trance durante actos ceremoniales.De ahí su destacada valoración en los intercambios de bienes entre las etnias pertenecientes al imperio inca.
Cultivo en los andenes
Este pueblo indígena tuvo grandes necesidades de encontrar la forma de mejorar sus cultivos y de buscar aprovechar al máximo los espacios y sus suelos. La geografía accidentada de su hábitat, además del frío clima los empujaron a buscar soluciones para desarrollar la agricultura. Te invitamos a leer sobre la agricultura en Perú.
Hacerle frente a esta situación era necesario ya que la manera de conseguir alimentos y mantenerse en su localidad, era construir los muros para fabricar los andenes.
Este manejo del terreno fue muy importante para el gobierno de lo incas. Requirió de muchas personas para su construcción, que las autoridades del imperio no dudaron en poner al servicio de la misma.
Estos andenes consistían en las terrazas contentivas de tierra fértil y útil para el cultivo en las zonas inclinadas de los andes. Constituyeron algunos canales que permitían el riego a los diferentes niveles de las terrazas. Ese sistema aprovechaba el agua de las lluvias que evitaba la erosión del suelo.
Estos andenes se usaban para sembrar maíz y diversos productos de mayor consumo en la dieta de los indígenas. En algunos casos eran utilizados estos espacios para lavar la sal mineral. Puedes leer sobre cómo sembrar maíz.
La Ganadería
En la zona de los andes de los tiempos prehispánicos, la ganadería de auquénidos como la alpaca y la llama, fueron de gran importancia para la economía. Los indígenas domesticaron a estos animales y los utilizaron en las diversas formas de producción. Criaron a estos animales en buen número, de ellos obtenían lana para las vestimentas.
También eran importantes para el traslado de mercancías y para usar su fuerza en algunos trabajos agrícolas.
Otras especies de animales fueron usados, sin embargo no fueron domesticados, tal es el caso de la vicuña o del guanaco. La vicuña eran cazada con el fin de retirarle el pelo y usarlo para diversas elaboraciones textiles y artesanales, luego de ser esquiladas eran liberadas para mantener a estas especies para usar su pelaje en una nueva ocasión.
El comercio
El sistema comercial incaico estuvo compuesto de intercambio de bienes en las diferentes localidades pertenecientes al imperio inca, y de los criterios de unificación de términos en cuanto a las diferencias entre las distintas culturas.
Establecieron caminos que permitían la comunicación entre los distintos poblados del imperio. De ahí la facilidad para hacer llegar los diferentes productos de un lugar a otro. Un ejemplo de esto era la distribución de los productos del mar desde la costa hasta las zonas montañosas de los andes. Algunos de estos eran peces, cangrejos, moluscos y elementos para hacer artesanías de alto valor para las autoridades indígenas como lo era el mullu.
Muchos de estos caminos estaban hechos de piedra, lo que permitía traslado más sencillo de la mercancía desde los andes a las costas y a otras regiones. En las costas era posible recibir los productos agrícolas cosechados en las montañas. Así mismo el intercambio de artesanías era parte del comercio.
Estos intercambios eran factores determinantes para el surtimiento de las poblaciones con bienes que cubrían sus necesidades, dándoles la oportunidad de variar su alimentación y de enriquecer su cultura con objetos recibidos de otras comunidades.
Formas de Trabajo
El estado tenía un sistema de trabajo denominado la Mita, en el que participaban muchos indígenas con el fin de trabajar en diversas construcciones como: caminos, templos, puentes, en las minas, etc., lo hacían por tiempos o turnos.
Los hombres casados ya en edades de más de 18 años y hasta los 50 años, podían formar parte de algunos servicios que se consideraban especiales. Estos consistían en ser músicos, danzar, o participar en el cortejo que llevaba la silla del inca cuando se desplazaba por sus predios.
Otra forma de trabajo era la minka, que se trataba de realizar tareas para el ayllu, que consistía en un trabajo social gratuito que se llevaba a cabo por turnos, en el que el Estado obtenía beneficios.
Muchas de las familias del imperio colaboraban cuando estos trabajos se ejecutaban. Algunos llevaban sus herramientas para contribuir al trabajo, otros aportaban las comidas o las bebidas.
Familias enteras, en ocasiones realizaban trabajos específicos, por ejemplo en la construcción de canales de riego, o ayudando al cuidado de los ancianos o a los discapacitados.
Cuando era solicitada la colaboración de la comunidad a través del trabajo de la minka, nadie se negaba a participar, porque de hacerlo, corría el riesgo de ser expulsado y de perder las tierras asignadas para el cultivo.
Por último el Ayni era una forma de trabajo que requería la participación de los miembros de la familia, para ayudar a otra que en un momento dado requería de la colaboración de otros para , por ejemplo, construir una casa o durante la cosecha, o en cualquier trabajo.
Esto se hacía con la condición de que en un futuro la familia a la que se ayudó, pueda retribuir a la que prestó ayuda, cuando esta última requiera de asistencias.
Cabe destacar que aún en la actualidad esta forma de trabajo se pone en práctica, en algunas comunidades indígenas del campo peruano.