Aprende todo sobre la Revolución Agrícola de forma sencilla en este artículo. Se trata de la fase de la historia donde el hombre comienza a desarrollar las actividades agrícolas como medio de subsistencia.
Revolución Agrícola del periodo neolítico
El ser humano para vivir necesita cubrir necesidades específicas, principalmente la alimentación. A través de la historia se ha podido observar las diferentes etapas de evolución del hombre y de las formas como se ha procurado el sustento.
La Revolución Agrícola formó parte de una de las grandes transformaciones en el estilo de vida del ser humano y permitió dar los primeros pasos en materia agrícola y evolucionar hasta lo que hoy en día es.
Debido a que el hombre posee una mente ingeniosa, ha encontrado en los inconvenientes una motivación para pensar y reflexionar, aprender y crecer. Esto hizo que el hombre en época del neolítico, encontrase soluciones a la posibilidad de alimentarse durante las inclemencias del clima que le impedía salir a cazar y pastorear, y a superar las dificultades ante estas situaciones adversas, a través de la agricultura.
Definición
La revolución agrícola fueron aquellas transformaciones que el hombre hizo a partir del período neolítico, para lograr formas de conseguir alimentos, surgiendo así la agricultura.
El período neolítico fue un acontecimiento profundo que traza la culminación de la etapa de la depredación como parte de la vida del ser humano y los comienzos de la agricultura y la ganadería. Fue durante ese período que el hombre pasó de la vida nómada al sedentarismo.
Resumen
Hace miles de años, la forma de vida de las personas que moraban determinados territorios geográficos empezó a cambiar completamente. Las actividades realizadas como la depredación, y la caza, así como la recolección de frutos, fueron sufriendo transformaciones lentas pero progresivas por otras actividades diferentes de naturaleza productiva, como por ejemplo el cultivo de la tierra y cosecha de sus frutos, así como la domesticación de animales.
De esta forma, los seres humanos fueron dejando a un lado la vida nómada y poco a poco pasaron a aprovechar los recursos que el medio les ofrecía, abandonado la vida errante y la economía de subsistencia para asentarse en lugares de su conveniencia, iniciando así el sedentarismo.
Estas transformaciones fueron consecuencia de los cambios provocados por la última glaciación y las variaciones climáticas que ésta ocasionó. En ese tiempo las costas quedaron inundadas y el aumento de la temperatura en el planeta fue drástica provocando el deshielo, y con éste grandes zonas cubiertas de agua.
Estos cambios climáticos hicieron que los hombres se movilizaran hacia otros lugares, bajando de las montañas hacia las zonas bajas con el fin de buscar otros animales para la caza. El hombre se vio en la necesidad de progresar ante esos escenarios.
En ese momento de la historia el hombre comienza a domesticar a los animales como perros, cabras y ovejas y a la propagación de plantas que le dieran frutos, lo que le permitió obtener alimentos para mantenerse. El cultivo y su cosecha, así como el almacenamiento de frutos, raíces, plantas con semillas, cereales, le dio la oportunidad de subsistir y obtener excedentes.
El sedentarismo surge porque el hombre decide no continuar una vida nómada, sino que buscó establecerse en una región. El cultivo sembrado en la tierra hizo que el hombre no tuviera que ir a otras localidades a buscar su sustento.
El obtener su alimento de forma más segura hizo que tuviera tiempo para desarrollar otras actividades como el trabajo de creación de herramientas para la agricultura, la elaboración de la cerámica, trabajar con los derivados de la ganadería y la agricultura para la alimentación de las personas.
De este último punto se debe decir que el hombre abandonó la alimentación directa de las plantas para desarrollar formas de almacenamiento de sus productos y para moler las semillas e ir desarrollando nuevas formas de alimentarse.
Todos estos procesos se fueron dando poco a poco. De la producción agrícola y ganadera, el hombre obtuvo excedentes que sirvieron para intercambiar con otras comunidades, surgiendo entonces la comercialización.
Es importante decir que el intercambio comercial surgido, hizo que el hombre tuviera contacto no solo desde el punto de vista comercial sino también cultural, religioso y social.
El manejo y administración de los cultivos y de la ganadería fue creando los estratos sociales de las comunidades. Este periodo neolítico transcurre en lugares diferentes y en épocas distintas, cada cambio se realizó progresivamente y llevó un proceso de adaptación en cada etapa de producción.
Características de la Revolución Agrícola
La revolución agrícola del periodo neolítico se caracteriza por muchos aspectos, los más relevantes son:
1.-Según algunos historiadores, esta revolución se originó en el Creciente Fértil, que se ubica desde el valle del Nilo, hasta Mesopotamia. Debido a el cambio climático se ubicó en esa región, que fue donde tuvieron la oportunidad de encontrar tierra seca y el hombre pudo plantar y reproducir las misma y la cría de los animales. Dada a la afluencia del Río Tigris y del Éufrates se pudo desarrollar la ganadería y la agricultura. Desde este lugar el neolítico se inició y se dispersó.
2.-Las siembras de plantas de cereales fue muy importante, particularmente el cultivo del centeno, el trigo y la cebada, que se daba en la zona dónde se originó la agricultura en el creciente fértil. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta, si estas especies de plantas pertenecían a los primeros cultivos.
También plantaciones de legumbres, frutas y algunas raíces se remontan a la antigüedad. Se sabe, igualmente, que estos primeros pobladores produjeron algunos fermentos con los que elaboraban bebidas, y el uso de levaduras, para realizar el pan. Los lácteos, también fueron transformados y utilizados en la alimentación de las personas.
3.-En el periodo neolítico, se sabe que el hombre domesticó primeramente a la cabra, pero uno de los animales en formar parte de la comunidad del hombre fue el perro. También, de manera posterior, fue domesticado el ganado bovino y ovino, formando parte del desarrollo agropecuario que se mantiene hasta nuestros días. Por otra parte, los camellos y los caballos fueron domesticados en diferentes regiones, sirviendo estos para el transporte en los intercambios de las cosechas.
Las transformaciones culturales, sociales y económicas de esta etapa de la historia, sucedió de a poco. La utilización de animales para la obtención de alimentos tanto del agro como para el consumo mismo fue cobrando importancia desde los primeros tiempos.
Entre los animales mamíferos que ocuparon un lugar en la ganadería, el principal fue el cerdo. Las aves de corral y las aves rapaces también fueron de importancia en su consumo. Existen registros sobre de uso de insectos, como por ejemplo los gusanos que los ingerían en sus dietas y también comenzaron la formación de la seda a partir de ellos, así como el desarrollo de la apicultura, aprovechando el trabajo de las abejas.
4.-Se han obtenido de importantes investigaciones, piezas de vestimentas fabricadas con lino y lana, lo que hace ver que estas poblaciones tenían conocimiento sobre la cría de animales y el cultivo. En este período se desarrollaron los telares, que consistían en rústicas máquinas que eran utilizadas para formar telas.
5.-Se sabe que se trabajó la piedra, reduciendola hasta formar una gama de herramientas para el trabajo, que muchas de éstas ya se usaban en el periodo paleolítico con otros materiales. El uso de las herramientas fue de gran importancia para la labranza de la tierra y facilitar el cultivo ya en proporciones mayores.
6.-En el siglo VII milenio a.C, en Anatolia, se sabe que se cocinaba a fuego y que utilizaban un contenedor para preparar alimentos denominado espacio vacío. Pero el desarrollo de los implementos en cerámica y uso extendido de los mismos, fue durante el neolítico, y en particular en la revolución agrícola fue importante para el almacenamiento de semillas, el traslado de ellas, la recolección del agua, la cocción de alimentos, entre muchos otros usos.
7.-El hombre pudo socializar y conocer otras comunidades a través del pastoreo o también denominado la trashumancia, lo que hizo que se establecieran relaciones comerciales, culturales e intercambio de ideas y fortalecimiento social.
8.-En el neolítico hubo un aumento de la tasa poblacional con relación al paleolítico, así los grupos sociales se dividían entre los que trabajaban la labranza de la tierra, los que recogían las cosechas, los trabajaban puliendo las piedras, los recolectores, los artesanos que trabajan las cerámica y usaban los telares, que generalmente eran mujeres, los que se dedicaban a construir viviendas y los que tenían a su cargo el cuidado del ganado.
Una característica particular de este período es que mediante el trabajo organizado de todas las tareas, se generaron los excedentes, antes mencionados, lo que hizo posible el comercio a través del intercambio de bienes, a lo que posteriormente se le conoció como el trueque.
9.-La agricultura jugó un papel importante durante este tiempo, dado que poco a poco la relación del hombre con el campo se tornó de manera especial, considerando a la tierra como la Diosa Madre y junto a la fertilidad representaban el ciclo de la vida misma y de la muerte.
10.-El fenómeno de la distribución de la tierra y convertirla en propiedad privada fue producto también de la agricultura. En virtud de que el trabajo de los agricultores necesitaba de dedicación con esfuerzo, que por lógica requería de ubicar al hombre en los cultivos por bastante tiempo y resguardarlo con celo, esto hacía que lo delimitara en su espacio para futuras cosechas, lo que generó la propiedad de la tierra.
Causas y Consecuencias
La revolución agrícola evidentemente fue un suceso histórico que marcó a todas las civilizaciones de modo positivo, y que ha sido vital para el estilo de vida que se lleva hoy en día, pero ¿cuáles fueron las causas que le dieron origen?
No fue un proceso rápido, llevó miles de años establecer un sistema de cultivo que permitiera la subsistencia de una población, y por supuesto no se puede mencionar causas concretas que generaran este proceso histórico, pero sí se puede hablar de factores que indirectamente influyeron en el origen de lo que hoy en día se conoce como “revolución agrícola”.
Uno de estos factores fue la comprensión de los ciclos de la naturaleza. Se conoce como el principio de la prehistoria el período de tiempo en el que aparecieron los primeros homínidos (especies vivientes, entre las que se encuentran los humanos en sus diferentes etapas), en ese entonces estos seres vivían de la caza de animales y de la recolección de alimentos, por lo que cuando se agotaban los recursos que los alimentaban y cuando aparecía una época muy fría, tenían que trasladarse a una zona con condiciones más apropiadas, eran pequeñas sociedades “nómadas”.
Con el paso del tiempo y la observación a los ciclos naturales se dieron cuenta de que los procesos que padecían eran similares, y al lograr ver un patrón pudieron entender que era un proceso cíclico y de ese modo podían predecir cuándo sería una época fría, cuándo habría lluvia, cuándo sería una época fría, cuándo se producía más alimento, etc.
Al comprender todos estos procesos lograron establecer civilizaciones asentadas en un solo lugar. Al asentarse comenzaron a realizar lo que se puede llamar “ensayo y error de formas de cultivo”. Es decir, probaron cultivar las semillas de algunos de los frutos que consumían, sobre todo de bayas.
Obteniendo resultados muy buenos comenzaron a experimentar con otras semillas y granos, y para su sorpresa se dieron cuenta de que ellos mismos (los seres humanos) podían intervenir de forma positiva en los procesos de la naturaleza que les daban alimentos.
Otro factor muy importante fue “el trabajo de la piedra”. Como se sabe, en el período Mesolítico (que fue un período de transición muy importante) la piedra era trabajada de manera muy rudimentaria, era tallada, lo que ayudaba al hombre en el momento de la caza, pero al entrar en el período Neolítico (que significa “piedra nueva”, año 6500 a. de J.C.) la piedra era trabajada de otro modo, ahora era pulida, lo que favoreció mucho al hombre y facilitó la tarea de la caza.
Ahora se tenía control de los cultivos y se cazaba con mayor facilidad, se descubrió que las carnes podían ser conservadas de un modo muy sencillo, con sal. Todo esto les permitía tener alimento durante todo el año.
Esto trajo consigo muchas consecuencias positivas para el hombre. Al tener un control alimenticio de lo que consumían se podían dar el lujo de especializarse en diversas áreas, es decir, como tenían más libertad, pues su alimento estaba relativamente “asegurado”, ahora podían realizar estructuras más confortables de vivienda, protegerse contra los depredadores, mejorar su vestimenta, sembrar su alimento a mayor escala, etc.
La mayor consecuencia fue la notable mejora en la calidad de vida de las personas, incluso el hombre comenzó a vivir por más tiempo.
Una consecuencia muy importante de este proceso histórico es el surgimiento del comercio. Al existir un exceso de alimento cultivado, se podía almacenar la comida y también se podía canjear con otras civilizaciones, de modo que los productos que se producían en un lugar podían ser consumidos en otro y viceversa.
Una consecuencia que trajo consigo el establecimiento de una población en un lugar es que ahora se podía domesticar algunos animales, como era el caso de los caballos, los jabalíes, las cabras, los conejos, etc. Con ellos podían trasladarse, trasladar alimentos, consumirlos u obtener sus derivados (como la leche de la cabra, por ejemplo) para alimentarse.
Revolución Agrícola en Inglaterra
En el siglo XIII se generó una revolución agrícola que consistía en el cultivo con la utilización de nuevas herramientas para el arado de la tierra, dejando de lado el arado romano. También se comenzó a usar el molino para extraer el agua y la aplicación de la sucesión de cultivos conocida como la rotación trienal.
Para entonces, la tierra para el cultivo era dividida se dividía en dos partes. Una parte desarrollaba el cultivo del trigo, la segunda parte del área se dejaba reposar, es decir no se cultivaba allí, para que se recuperara.
Cuando surge la revolución se pensó en dividir la tierra ya no en dos partes, sino en tres. Esta división se hizo con el objeto de plantar el trigo de diferentes estaciones en las dos terceras partes de la parcela, tomando parte de lo que antes era la la tierra en reposo y disminuyendo el espacio de ésta que constituía la tercera parcela.
De este modo podían obtener un cultivo más amplio y por supuesto una cosecha de mayor magnitud, lo que les ayudaba a generar más excedentes que usaban en el trueque y así cubrían sus necesidades alimenticias de un modo más variado.
En Inglaterra, durante el siglo XVIII, los propietarios de las parcelas de terrenos dedicados al cultivo tenían una mayor visión con relación a la explotación de la tierra y su interés principalmente era fomentar productividad de las mismas.
Dado que la comercialización les generaba estatus y una mejor posición económica y social, se instauró un sistema de acciones y de pago a través de la banca, lo que acrecentó el deseo del hombre de aumentar sus ingresos así como la productividad de sus tierras, creando nuevas técnicas como la división de la tierra en cuatro partes o rotación cuatrienal, es decir, dividiendo la tierra, esta vez, en cuatro partes.
En ese período de tiempo, cobraron gran importancia la privatización de los terrenos, incluyendo las aguas que en ellos había, como los lagos o ríos, que antes habían sido de uso común.
La privatización de esos terrenos disminuía la posibilidad de adquisición de los mismos por parte de los campesinos pequeños, además se reducía su posibilidad de sacar a su ganado al campo para alimentarlo, puesto que ahora la tierra tenía dueño.
La revolución agrícola de ese siglo, fomentó la creación de nuevos métodos agrícolas con la finalidad de generar un gran beneficio proveniente de las tierras.
A esta revolución debe agradecerse las formas de alimentación de las poblaciones cada vez más crecientes y el aumento del trabajo a los campesinos que servían de mano de obra, aunque el empobrecimiento de éstos fue mayor.
Siglo XVIII
Durante el siglo XVIII hubo un incremento en la densidad de población, lo que fue hizo necesario la producir grandes cantidades para cubrir esa demanda de alimentos. Esto sirvió de motivación para el crecimiento de la economía de Europa.
Por ejemplo: para ilustrar esta situación, está el caso de la población de Inglaterra durante el periodo desde 1750 y 1820, se incrementó en más del cien por ciento, no obstante la agricultura de este país hizo posible de aumentar su producción en la misma medida, de modo que no fue necesario ir en procura de la adquisición de cereales de manos de otros países en importaciones.
Si los ingleses no hubiesen estado capacitados de desarrollar el cultivo de ese modo, no hubiera sido posible el inicio de la revolución industrial de la Gran Bretaña.
Un ejemplo de esto es que exportar artículos elaborados a través de la manufactura, tendría que retribuirse con las importaciones de víveres para la alimentación de la población y no se hubiera desarrollado y acumulado el capital necesario para la creación de las tecnologías que empujaron a la agricultura hacia el progreso.
Al principio, el incremento de la población produjo un interés de llevar el cultivo a tierras nuevas o a explorar los pastos. Fue necesario que, junto a la extensión del cultivo, se hiciera una exploración de los lugares profundamente, es decir, aumentar la producción por cada unidad de superficie de tierra sembrada.
El incremento de los beneficios por superficie cultivada comenzó eliminando de a poco la tierra del barbecho, es decir aquellas tierras que se dejaban sin cultivar, en pausa para que se recuperaran, por unos 3 o 4 años.
Estas formas de cultivo se fueron perfeccionando en Inglaterra durante el siglo XVII, terminando estas experimentaciones en la división de la tierra en cuatro partes, también llamada rotación cuatrienal de Norfolk.
En estas las cosechas de algunas plantas y cereales se podían combinar en las diferentes divisiones del terreno para el cultivo.
En estas rotaciones del cultivo se agregaban también cosechas destinadas a la alimentación de los animales, como el ganado. Esto fue trascendental porque permitió el crecimiento de los rebaños, aún cuando se habían reducido los pastos para la alimentación de los animales en el campo porque ahora estos eran propiedad privada. Esto hizo que se tuviera una mayores existencias de abono de origen animal para el uso en el cultivo.
El sistema de siembra alternando los cultivos formó parte de una excelente asociación entre las siembras y la ganadería, que apartó del hombre la inseguridad de si era mejor desarrollar el campo o la ganadería.
Ya para esta época los propietarios de las tierras las resguardaban con cercos y de esta manera protegían a su propiedad de personas extrañas y a la vez mantenían en encierro al ganado de su posesión y además no era posible que pudieran entrar en su propiedad el ganado ajeno.
La profundización de las propiedades privadas delimitadas en la Inglaterra del siglo XVIII procuró así al florecimiento de la agricultura británica, aunque tuvo sus consecuencia negativas para los pequeños campesinos, a los que, primeramente, se vio sin acceso de los pastos con los que hasta ese momento tenían en uso para la alimentación de sus animales, y por otra, se les dificultaba delimitar sus propias tierras y desarrollarlas al ritmo de las otras debido a que esto era costoso y no tenían recursos para realizar unos gastos considerables.
Por último estas transformaciones en las siembras fueron de la mano de la incorporación de cultivos de nuevas especies de plantas, primordialmente raíces y tubérculos, como la papa y el rábano.
En cuanto a la papa no fue muy aceptada en sus primeras cosechas. Los campesinos pensaban que este producto era venenoso y que podría causarles muchas enfermedades como la lepra o algún otro virus grave.
Pero dado lo costoso de los cereales, a partir de este período, comenzaron a probarla y a darle el consumo en grandes cantidades.
Esto pasó más que todo en los sitios donde habían varias industrias en Inglaterra. En otras zonas donde solamente se cultivaba la papa desencadenó, durante el siglo XIX, una gran herencia de hambre que despobló a Irlanda.
Revolución Industrial
Todos los escenarios que antes se plantearon con relación a la agricultura, también tuvo una gran repercusión en la industrialización dejando a un lado los trabajos manuales para incorporar las maquinarias y de los trabajos artesanos a las grandes fábricas.
Fue un período de cambios constantes y de transformaciones no solo en el ámbito económico y laboral sino también social.
La primera Revolución
La primera revolución industrial empezó en Inglaterra en 1760, y fue creciendo por los cien años posteriores, y se fue dispersando hacia muchos de los países de Europa para ese momento, y también a los Estados Unidos de América que estaban recién conformados.
En esta primera revolución industrial, los países involucrados pasaron de una economía pobre soportada únicamente en la agricultura y su comercialización, a una economía de maquinarias, industrial, y masificada. Muchos de ellos pasaron a tener crecimiento sostenido de la riqueza y a la adquisición de maquinarias. Entre las más importantes fueron las de extracción del carbón y las máquinas textiles y maquinaria agrícola.
La segunda revolución
La segunda revolución industrial se ubica en fechas continuas a la primera, y su desarrollo fue más rápido y extenso, incluyendo a Asia.
En este segunda etapa de grandes inventos y surgimiento económico y tecnológico vivido por los seres humanos, hubo sucesos notables que cambiaron las industrias que muchas naciones desarrollaban, y sus sistemas económicos, científicos, educativos, laborales y políticos. Esta etapa también fue conocida como la primera globalización.