El comercio de mercancías es vital para que la economía funcione. En la actualidad el comercio entre diferentes países nos parece algo muy normal, pero en la antigüedad era muy complicado el intercambio de bienes. Ya que los medios de transporte no eran veloces como en la actualidad y las rutas comerciales más famosas de la antigüedad también solían ser difíciles de transitar.
Aún así nuestros antepasados no se rendían y se dedicaban a viajar y comerciar para obtener beneficios, a través de rutas específicas de comercio y transporte que podían facilitar las comunicaciones.
Muchas de dichas rutas se mantienen activas el día de hoy. Y han sido mantenidas por los diferentes países que las conforman para que la comunicación vía terrestre se mantenga. Tanto para el turismo, como para los negocios comerciales y mucho más.
Rutas comerciales que hicieron historia
En la antigüedad las rutas comerciales se abrieron gracias a personas que no tenían miedo a nada. Conocidos como exploradores, quienes muchas veces hacían largos y arriesgados viajes por su cuenta y otras veces con importantes patrocinantes. Se lanzaban a lo desconocido y lograban establecer nuevas y mejores rutas comerciales.
Entre las más importantes de la historia se encuentran:
La ruta comercial de la seda
Es sin duda una de las rutas más importantes y conocidas. Principalmente por conectar a Asia con Europa en un recorrido de más de 5.000 kilómetros. Se le conoce como ruta de la seda debido a que era este el material más solicitado por la aristocracia europea y solo en China se conocía el secreto de la elaboración de tan prestigiosa tela. Pero también en esta ruta se transportaban otros materiales como el marfil, la lana, el lino, piedras preciosas, vidrio, porcelana y mucho más.
Rutas comerciales musulmanes
Se trataba de rutas caravaneras donde los camellos eran los animales encargados de llevar las cargas. Las caravanas por lo general eran conformadas con más de 5.000 camellos. Lo que significaba que las rutas y caravanas estaban muy bien protegidas y dirigidas, cumpliendo estrictos reglamentos. Estas caravanas transportaban pimienta, hierro, coral, especias y esclavos cuando esta práctica era permitida.
La ruta comercial del incienso
Otra de las rutas comerciales más famosas de la antigüedad fue la ruta del incienso. Conocida aproximadamente desde el siglo III a.C e iba desde Egipto e India y atravesaba toda Arabia para así llegar hasta Europa utilizando el Mar Mediterráneo.
Además de transportar incienso, comerciaban con pieles, oro, especias, ébano, mirra, sedas, entre otras. El recorrido era de 2.400 kilómetros y duraba aproximadamente seis meses. En donde contaban con sitios de descanso obligatorios para reponer víveres. Esta ruta desapareció en el siglo II d. C.
Otras rutas comerciales famosas de la antigüedad
La ruta comercial de las especias
Esta ruta destaca en el siglo XV al compartir una ruta entre países como Sri Lanka, Indonesia, Malasia, Ghana, India, Egipto e Iraq llevando las especies de oriente hasta Europa y el resto del mundo. Las especias más importantes que atravesaban esta ruta eran los clavos de olor, la canela, el jengibre, nuez moscada y pimienta. Eran especias muy costosas ya que no solo brindaban un excelente sabor a las comidas. Sino que también algunas eran utilizadas como ingredientes en la elaboración de medicinas.
La ruta comercial triangular
Esta ruta unía a Europa, África y América desde el siglo XVI y estuvo bajo el control de varios países con el paso del tiempo, como Portugal, España, Holanda e Inglaterra. En esta ruta se comerciaban diversos objetos, alimentos y piedras y minerales preciosos. Pero es mucho más conocida por ser la ruta que comerciaba esclavos desde África a Europa y América.
Historia de las rutas comerciales antiguas
Las rutas comerciales antiguas han desempeñado un papel fundamental en la interconexión de civilizaciones y en el desarrollo del comercio a lo largo de la historia. Estas vías de intercambio de mercancías no solo facilitaron el flujo de bienes, sino que también promovieron el intercambio cultural y el contacto entre distintas regiones del mundo, marcando así un hito en la historia de las rutas comerciales.
La apertura y conservación de estas rutas ayudó en gran manera al crecimiento de la economía a nivel mundial y algunas de ellas son consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.