Aprende todo sobre Juan Montalvo, Juan María Montalvo Fiallos fue un articulista y literato ecuatoriano, su raciocinio socialdemócrata estuvo altamente acentuado por el anticlericalismo y la contra parte a los primeros mandatarios Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintimilla.
¿Quién fue Juan Montalvo?
Juan Montalvo fue un conocido escritor de ensayos y novelas, nacido en la República del Ecuador, en la ciudad de Ambato, el 13 de abril del año 1832. Tenía una ideología liberal que lo llevo a ser reconocido en todo el país y en especial al anticlericalismo y siendo una fuerte oposición a los gobiernos de Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintimilla.
Tiempo después de la publicación que lanzo la revista Cosmopolita, publicación que hacia una dura crítica al presidente Gabriel García Moreno, Juan Montalvo realizo un viaje al país colombiano, donde termino de escribir lo que quedaba de su obra. Entre los libros más destacados escritos por Montalvo se encuentra “Las Catalinas”, siendo difundida en la década de 1880.
Entre la gran cantidad de ensayos escritos por este celebre ecuatoriano se pueden destacar “los Siete Tratados”, publicado en el año de 1882, y “Geometría Moral” de sus más importantes ensayos publicado en el año de 1902. Además realizó una secuela del famoso Don Quijote de la Mancha, a la que tituló “Capítulos que se le olvidaron a Cervantes”. Falleció en la ciudad de París y sus restos fueron embalsamados, siendo expuestos en un mausoleo en Ambato.
Biografía
El padre de Juan Montalvo era Marcos Montalvo, quien era el hijo de un inmigrante proveniente de Andalucía. Marcos era un negociante ambulante, es decir, no tenía su propio local. Este hombre conoció a Doña Josefina Fiallos Villacrés en una ciudad cercana a Ambato, con quien contrajo matrimonio en el año de 1811. Luego de unos años, los esposos se mudaron a Ambato, donde se instalaron y tuvieron una familia. Juan era el menor de todos los hermanos hombres y esto le dio muy consentimiento y cuidado de parte de sus padres.
Juan tenía 7 hermanos de los cuales 3 eran varones y 4 hembras, sus nombres eran Francisco, Francisco Javier, Mariano, Alegría, Rosa, Juana e Isabel. Sus primeros años de infancia los vivió en su casa y también en una quinta que quedaba cerca llamada Ficoa. A la edad de 7 años empezó a ir a la escuela, que era una edificación humilde de un único piso, con problemas administrativos y de mantenimiento.
Años más tarde, cuando Juan tenía 11 años de edad, su hermano mayor Francisco lo arrestaron y encarcelaron por estar en contra públicamente al dictador Juan José Flores, además lo desterraron del país ecuatoriano. Se dice que ese suceso que le paso a su hermano, dejo una lesión moral en la mente de Juan, haciéndolo odiar todo lo que tenga que ver con la dictadura.
Montalvo lo nombraron Adjunto Civil a la legación ecuatoriana en Roma en el año de 1857, bajo el mandato de Francisco Robles, y al mismo tiempo Francisco Salazar lo nombraron secretario a la legación ecuatoriana en Roma.
Su hermano Francisco que se hallaba en Perú por su destierro, vuelve a su tierra en el año de 1845, quien acompaño a Juan a Quito para terminar sus estudios. Francisco y Javier Francisco fueron que influenciaron a Juan a orientarse por las letras, siendo mentores muy importantes durante su época de estudiante.
Durante los años de 1846 hasta 1848, comenzó su educación de gramática latina en el colegio universitario de San Fernando. Luego continuo los estudios universitarios de filosofía en San Luis, donde tuvo el título de maestro, y tiempo más tarde estudió Derecho en la Universidad de Quito, aunque no tenía motivación para ser abogado, sino porque era la profesión que menos le disgustaba de las tres que existía en ese entonces.
En su estancia en Quito conoció a Julio Zaldumbide, quien fue muy cercano a Juan durante su encaminamiento político por su condición de poeta y político liberal. En la Casa de Julio se reunía con varios practicantes de letras, que posteriormente se convirtieron en reconocidos escritores, tales como Agustín Yerovi, José Modesto Espinosa y Miguel Riofrío. Todos estos hombres al reunirse conversaban sobre los importantes autores románticos de Europa.
Primer viaje a Europa
Por su condición de emigrante, ocupó un cargo de Adjunto Civil a la legación ecuatoriana en Italia, bajo el mandato de Francisco Robles. Su nombramiento se dio debido a la influencia de su hermano mayor Francisco Javier.
Tiempo después Montalvo viajo a Francia, aunque el lugar donde debía ejercer sus funciones como adjunto civil era la ciudad de Roma, él se estableció en Paris por medio año, pero sus causas no eran por decisión propia. En París llego a conocer a Don Pedro Moncayo, quien ayudo en gran medida a Juan es sus conocimientos, además de conocer a Lamartine y Proudhon.
Desde el año 1858, Juan Montalvo se mantuvo en contacto por medio de escritos con su hermano Francisco Javier, quien dirigía el semanario quiteño La Democracia, para la culminación de su publicación. Estas correspondencias formaron parte muy especial en la revista que años después salio con el nombre de El Cosmopolita, que no fueron del agrado de algunos ecuatorianos.
Retorno al Ecuador y exilio
Su regreso al país ecuatoriano fue causado no solo por la mala gestión del gobierno y el descontento político, sino además por la artritis que este contrajo y molestaba de gran manera. En su llegada en el año de 1859, Ecuador estaba al mando del presidente Gabriel García Moreno. De las primeras acciones que este tomo al pisar suelo ecuatoriano fue escribirle una carta llena de críticas y amenazas al presidente García, que no fue de mucha molestia para este. Terminando el año de 1861, realizó algunos escritos a la revista El Iris de Quito.
A mediados del año 1865, Juan Montalvo conoció a maría Adelaida Guzmán, con quien tuvo gran agrado que los llevo a casarse el 17 de octubre de 1868 en Ambato.
El 3 de enero de 1866, fue publicado El Cosmopolita, que se caracterizaba por ser una revista político-literario con un edición en Quito de unas cuarenta páginas, luego del primer periodo presidencial de García Moreno. Estos aparecieron hasta el año 1869, y tuvo un fuerte enfrentamiento con José Modesto Espinoza.
Dos años después de la publicación de El Cosmopolita, editó el Precursor del Cosmopolita, continuando sus trabajos al siguiente año escribiéndose con Eloy Alfaro, para luego entrar nuevamente en polémica contra Juan León Mera, realizando dos publicaciones que lo atacaban, que eran El Masonismo Negro y Mailar Sobre las Ruinas.
Posteriormente el presidente García Moreno publico la “Carta Negra” en el año de 1869, haciendo que Montalva huyera para resguardar su vida. Fue a la embajada de Colombia, donde recibió su pasaporte para dejar el país y huyo inmediatamente el 17 de enero de 1869 a Ipiales acompañado de otros dos exiliados, quienes eran Mariano Mestanza y Manuel Semblantes. (Ver artículo: La Carta Negra)
Años más tarde en 1877, Montalvo resulto electo como diputado representando a la provincia de Esmeraldas, aunque no se presentó jamás en las Cámaras. Luego de unos años volvió a Ipiales, donde se estableció de una manera muy preocupada, temiendo por su vida. Tiempo después, realizo un viaje a Panamá, con el propósito de hacer público su ensayo de Las Catilinarias. Cuando volvió a Ipiales empezó a realizar acciones con la intención de sacudir a la población para dar inicio a movilizaciones armadas en contra el gobierno de Veintemilla. (Ver artículo: Provincia de Esmeralda)
Abandono nuevamente Ipiales en el año de 1881 para trasladarse a Barbacoas, donde se estableció por unos 12 días aproximadamente, para luego viajar a Tumaco y de allí a Panamá, donde se asentó por un largo tiempo. En ese momento, su relación matrimonial se había roto debido al estilo de vida que tenía Montalvo, además de que este se desentendió de sus obligaciones familiares.
Eloy Alfaro le notificó que su viaje a Europa ya no permitía dudas, así que viajó acompañado de José Miguel Macay, quien era su socio financiero y quien lo ayudó de forma económica y a supervisar la edición de sus folletos. Al final Juan Montalvo se fue a parís con la intención de editar su libro los Siete tratados.
Tercer viaje a Europa
Se sentía orgulloso de su trabajo hecho con Los Siete Tratados, deseando que su publicación fuera de la manera más deslumbrante posible. Sin embargo no pudo reunir los recursos necesarios para tal proyecto, hasta que consiguió el patrocinio de José Joaquín.
Luego de ser publicado Los Siete Tratados, Juan Montalvo obtuvo gran fama y reconocimiento por parte de críticos de Europa, pero solo en las culturas de habla hispana o los hablantes hispanos que se hallaban en París.
Por esta razón, Juan Montalvo aceleró la promoción de Los siete Tratados por todo el territorio español. El director del diario El Globo y Emilio Catelar recibieron estos escritos los últimos días de mayo.
El 23 de octubre de 1882 muere María Adelaida, quien era su esposa, haciendo que Montalvo guardara muy poco tiempo de luto porque ese mismo año empezó su amorío con la francesa Augustine-Catherine Contoux, quien lo acompaño hasta su muerte. Montalvo tuvo un hijo con la francesa en 1886.
Entusiasmado por alcanzar un alto reconocimiento en España, viajó de inmediato a la ciudad de Madrid el 2 de junio de 1883. Ahí se estableció en el que se consideraba el mejor hotel de Madrid, llamado el Hotel París, que se encontraba en la Puerta del Sol. (Ver artículo: Historia de España)
Aunque no todo fue elogios para Montalvo, debido a que los Siete Tratados no fue del agrado para los simpatizantes de la Iglesia en el Ecuador, quienes mostraron su disgusto por la obra.
El 19 de febrero de 1884 los Siete Tratados fueron condenados por el arzobispo de Quito, quien se mostró por medio de una carta pastoral. Inmediatamente Juan dio una respuesta al clero a través de su libro Mercurial Eclesiástica, realizado de una manera muy fuerte e improvisada, aludiendo muchos ataques al arzobispo y a la Iglesia. Esto causo la furia del Arzobispo que se trasladó a Roma para hablar con el Papa y lograr que se prohibiera su lectura, tiempo después los Siete Tratados formaron parte del Índice de libros Prohibidos por el Papa León XIII.
En 1886, Juan Montalvo comenzó a publicar su libro El Espectador, obra que se conformaba por 3 volúmenes, que tenían 45 ensayos distribuidos entre ellos. Volvió al territorio francés, lego de que sus intenciones por volver a Ecuador hayan fallado, quedándose ahí por un tiempo más.
Dos años más tarde, Antonio Flores, quien precedía la nación ecuatoriana, le otorgó el puesto de Cónsul en Burdeos pero Juan rechazó la propuesta. Ese mismo año en su estancia en París, su salud empezó a decaer de una forma muy fuerte a causa del clima, haciendo que contrajera neumonía.
Obras
El ecuatoriano Juan Montalvo realizo una gran cantidad de ensayos que lo llevaron a ser ampliamente reconocido a nivel nacional e internacional, convirtiendo varios de esos ensayos en libros que fueron publicados y leídos por gran parte de la población del Ecuador. Su pensamiento liberal fue expresado de una manera muy aceptada por sus lectores y lo llevaron a ser un personaje muy influyente en la nación ecuatoriana. Entre sus obras se pueden destacar frases, ensayos y libros que se pueden apreciar próximamente.
Libros
Juan Montalvo escribió una gran cantidad de libros inspirados a sus pensamientos liberales y a sus grandes influencias europeas y entre de las obras que se destacan están:
- Capítulos que se le olvidaron a Cervantes
- El Cosmopolita
- El Regenerador
- Las Catilinarias
- Siete tratados
Los siete tratados
Esta obra es de sus más reconocidas y elogiadas en el ámbito filosófico, haciéndolo recibir gran cantidad de halagos tanto en territorio americano como en territorio europeo. Este libro fue elaborado entre los años 1873 y 1875 cuando Montalvo se encontraba en Ipiales, debido a que en ese momento se hallaba mandando en el territorio ecuatoriano Gabriel García Moreno, con quien tenía un arduo enfrentamiento por sus ideologías, que reprimió cualquier tipo de oposición. Su primera publicación se dio en París en el año 1882, el primer volumen y en 1883 el segundo.
Los siete tratados contienen gran cantidad de citas históricas, parábolas y ejemplos, que dificultan el entendimiento del lector. Esto causa que los lectores suelan perder el interés por esta serie de ensayos, además por la dispersión de sabiduría que plasma el escritor y por sus divagaciones que no son siempre del agrado del lector.
Sus volúmenes se encuentran divididos por partes en donde se puede apreciar en el primero “De la nobleza”, “de la belleza en el género humano” y “Replica a un sofista seudocatólico; mientras que en el segundo volumen se aprecia “Del genio”, “Los héroes de la emancipación hispanoamericana”, “Los banquetes de los filósofos” y “El buscapié”, siendo este el prólogo de su también famosa novela “Capítulos que se le olvidaron a Cervantes”
Las Catilinarias
Juan Montalvo escribió y publicó las Catilinarias en la época entre 1880 y 1882 en su país natal Ecuador. Esta obra consta de 12 ensayos que tienen el propósito de criticar fuertemente la dictadura del general Ignacio de Veintemilla, que se encontraba en el poder ecuatoriano desde 1876.
En todos los ensayos que comprende esta obra, se van derrochando fuertes y despiadadas criticas al dictador Veintemilla, que es etiquetado de inculto y bárbaro. En estos ensayos también realiza una descripción general de la sociedad ecuatoriana, igualmente criticando a demás políticos y personajes religiosos.
Además se pueden apreciar gran cantidad de referencias a la comunidad europea durante su periodo en esta región por su paso por territorio francés y español. Aun así se hacen citas de obras literarias y de episodios de la mitología para seguir con las críticas al dictador Veintemilla. (Ver artículo: Cultura Francesa)
Ensayos
Juan Montalvo fue muy reconocido por sus ensayos y novelas publicadas para el público lector. Aquí se pueden apreciar algunas de las más famosas obras realizadas por el ecuatoriano Montalvo con una pequeña reseña para entender su contenido.
Los capítulos que se le olvidaron a Cervantes
Los Capítulos que se le olvidaron a Cervantes no tienen solo la intención de mostrar una clase de moralidad, ni un lujo de material lingüístico de lo más característico, sino quiere dar a conocer un pedazo de la vida del autor. Para la elaboración de esta obra utilizo dos herramientas esenciales, que eran el lenguaje depurado y el sentido del humor muy al estilo del Quijote.
Juan Montalvo quiso reproducir a Cervantes con el conocimiento de que iba a redactar aventuras nuevas de un ya renombrado Quijote. Ya después de un tiempo el personaje principal de Cervantes ha dejado de ser un simple personaje de una novela para pasar a ser una imagen general de una sociedad y de un nuevo enfoque frente a la vida. Disolviendo su forma de ser de héroe de novela, sus habilidades y sus atributos lo llevaron a formar parte de un personaje idóneo, haciendo que Don Quijote se transformara en El Quijote.
Esta figura del Quijote e diferencia del real gracias a la exageración de las características literarias y las hazañas de las aventuras que son el origen el sentido del humor de Juan Montalvo.
En la adaptación del Quijote de Montalvo, es considerada de forma admirable, sobresaliendo por su talento innato, que causa su gran ingenio. Este hombre supo sacar la mejor cara de la obra de Cervantes, llevando su punto humorístico a su máximo expresión. Se considera que nadie más pudo relatar las nuevas aventuras del Caballero que Juan Montalvo.
El Cosmopolita
La obra de Montalvo, El Cosmopolita, pasa por tres etapas que son muy enlazadas con su contenido.
Los tres primeros tomos sale luego del primer periodo presidencial de Gabriel García Moreno, en el periodo de enero a mayo del año de 1866; el tomo cuatro, se considera el más alejado de los sucesos que estaban pasando, siendo editado luego de 14 meses de silencio, el 7 de agosto de 1867; por último se encuentran los 5 últimos tomos, que salieron a la luz en el periodo entre noviembre de 1868 y enero de 1869, con la intención en sus escritos de que García Moreno no volviera a asumir la presidencia.
Aunque, esta revista no es un testimonio muy concreto del enfrentamiento que tuvo Juan Montalva y García Moreno. En el Cosmopolita también se menciona temas sobre España, América, Ecuador, Cuba, Bolivia, entre otros temas de interés. Esta se denomina como una obra de interés universal ya que trata temas en todos los estilos.
Frases
Juan Montalvo obtuvo gran fama gracias a sus palabras en contra de los presidentes Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintimilla, criticando fuertemente sus gobiernos y expresaba frases que fueron muy aceptada por sus seguidores, de las cuales se destacan las siguientes:
“De la sangre ha salido muchas veces la hermosa libertad risueña y fulgurante”
“Desgraciado del pueblo donde los jóvenes son humildes con el tirano, donde los estudiantes no hacen temblar al mundo”
“Economía no es avaricia, antes bien, es virtud el guardar para los tiempos calamitosos, aun cuando no sea sino en consideración a los herederos”
“El acierto está en la moderación; y fuera de ella no hay felicidad de ninguna clase.”
Poemas
Existieron muchos poemas inspirados por los trabajos que realizó el ensayista y novelista ecuatoriano, Juan Montalvo, que son recitados mayormente en las instituciones de la República del Ecuador. Este primer poema es de un autor anónimo que escribió estos versos para el disfrute y conocimiento de la cultura ecuatoriana y recita de esta manera:
Formar la niñez ambateña,
tu misión Liceo será,
hogar donde me enseñas
el valor de la verdad.
Llevo tu saber en mis manos
y de Montalvo, !libertad!
de mis compañeros la amistad,
de los maestros el ideal.
Quiero tu canto llevar
con orgullo al Ecuador,
ser tu fruto y elevar
tu bandera con amor.
Este otro poema es de igual manera inspirado por el ensayista, siendo escrito por el guayaquileño Arroyo del Río en el año 1938 y versa así:
El Genio, en tu razón, prendió una tea,
fue el Dolor, para tu alma, un acicate;
el rasgo de tu pluma, era el combate,
la vibración de tu alma, era la idea,
Mente que forja, voluntad que crea,
cerebro que arde, corazón que late,
ariete formidable a cuyo embate,
la roca del prejuicio se cuartea.
Ni una huella de sombra, ni un desmayo
de luz. Para escribir sobre la altura
de los siglos, tu nombre y tus afanes,
presta su pluma refulgente el rayo,
el celaje purísimo, su albura,
y su tinta de fuego, los volcanes !
Muerte
Luego de que Montalvo se enfermara sus síntomas fueron cada vez peor, haciendo que este decayera y tuviera una apariencia desagradable. Duró así un extenso tiempo en el que fue visitado constantemente por Agustín L. Yerovi y Clemente Ballén.
Montalva fue atendido por varios médicos que en su inicio no se enteraron de la neumonía que este había padecido y que lo molestaba, haciendo que empeorara y evolucionara a un derrame pleural, según el estudio del médico León Labeé, que lo trato durante un tiempo y logro mejorarlo, pero no logro parar sus intensos padecimientos.
En el momento que el médico Labbeé se enteró, luego de un examen del líquido pleural, se mostró que se presentó un delicado foco de derrame, ordenando una operación de emergencia inmediatamente, operación muy complicada de la que Juan Montalvo accedió a practicar.
En el momento en el que se iba a iniciar la operación y el médico le iba a aplicar la anestesia a Montalvo, este lo detuvo y le dijo: “En ninguna ocasión de mi vida he perdido la conciencia de mis actos. No tema, doctor, que me mueva. Operará usted como si su cuchilla no produjera dolor”
Esta acción fue muy criticada tanto por los que conocieron el hecho como los que estuvieron presentes en la escena, debido a que nadie en el mundo puede soportar este sufrimiento sin anestesia, además Montalvo le practicaron también una operación de apostemas en la garganta. Una vez acabada la operación, el cirujano le notificó que el foco de la infección había alcanzado a afectar otros sitios del organismo, y que no había manera de dejar abierta la herida para que pudiera drenarse el líquido purulento. Dicha herida se mantuvo abierta hasta su fallecimiento.
Cada vez las condiciones de Juan eran peores y él consiente de eso, por eso el 15 de enero de 1889 decidió decirle al doctor Agustín L. Yerovi, sus últimos deseos, de los que se destacaba el deseo de ser enterrado en París. Al siguiente día empezó a agonizar y el 17 de enero le ordenó a su ama de llaves que le pusiera su traje negro con frac y también le pidió que comprara unos claveles para su ataúd. Estas se definieron como sus últimas palabras.
El gobierno del Ecuador cubrió los gastos del funeral en la Iglesia de San Francisco Sales. En los tiempos del régimen liberal se mandó a regresar su cuerpo embalsamado al territorio guayaquileño, para luego enterrarlo en el cementerio de Guayaquil el 12 de julio de 1889, permaneciendo en ese lugar por unos 42 años. Fue trasladado a Ambato dos días después de su desentierro y ha permanecido ahí hasta nuestros días.