María Josefa no es un personaje muy conocido y probablemente muchos no sabían o no saben de su existencia.
La razón por la que se habla de ella hoy en día es porque existe un retrato muy curioso elaborado por Goya, donde se puede observar una curiosa mancha en el rostro, de la cual se sospecha que es cáncer y ha intrigado a muchos espectadores.
María Josefa Carmela: Un poco de su vida
María Josefa nació el 6 de julio de 1744 en el palacio de Gaeta, fue hija de Carlos de Borbón, conocido como Carlos III al acceder al trono de España.
Tal vez para aquella época la vida de la Infanta no fue muy fácil, al parecer su apariencia física no era muy agradable, las facciones de su rostro eran extrañas e irregulares, además se dice que tenía joroba, estas pueden ser algunas de las razones por las que le era difícil contraer matrimonio.
De hecho su hermana menor, María Luisa fue elegida antes que ella para casarse con el Duque de Toscana en 1764.
Pasaron algunos años y no había muchas oportunidades para que María Josefa contrajera matrimonio, fue hasta 1768 cuando María Leszczynska esposa de Luis XV falleció y el rey de Francia consideró desposar a María Josefa.
A pesar de que había un posible candidato para contraer matrimonio, la diferencia de edad era algo significativa, Luis XV tenía 58 y ella 24 años, se comenta que por esta razón no se casaron.
En aquel tiempo casarse era de gran importancia, por lo que el padre había considerado casar a la Infanta con su hermano el Infante Don Luis, pero tampoco se llegó a una conclusión.
María permanece soltera el resto de su vida y al morir su padre en 1788, ella viviría en la corte de su hermano Carlos IV. Su estancia no era muy agradable en aquel lugar, ya que estaba bajo el dominio de su cuñada María Luisa de Parma y ellas dos no tenían una buena relación.
El 21 de abril de 1792 María Josefa decidió ingresar a “La Orden de Damas Nobles de la Reina”, una institución que premiaba a las mujeres nobles por sus cualidades o servicios en España y también recibió la insignia de la Cruz de la Orden Estrellada de parte de la dinastía de Austria.
El retrato misterioso de María Josefa Carmela
Ahora que ya conocemos un poco de su historia es momento de hablar del retrato que ha intrigado a muchas personas.
Existen dos retratos de María Josefa en el Museo del Prado, uno de cuando era joven y otro de su vejez.
El segundo retrato es el que ha hecho que surjan muchas dudas, la Infanta aparece con objetos llamativos que la adornaban, como elementos que había recibido por su labor en la Orden de Damas y un tocado en la cabeza, pero como ya se había mencionado lo más llamativo es una mancha color marrón en su rostro de lado derecho.
No se sabe qué es aquella mancha, pero algunos expertos como dermatólogos e historiadores creen que posiblemente haya sido un melanoma, lo que significa sufrían de cáncer ya que poco después de que fue retratada murió por causas desconocidas.
Otra de las razones por las cuales se puede sospechar de un melanoma, es que Goya era un pintor reconocido por la fidelidad de la realidad en sus pinturas, los que han estudiado de cerca el retrato de la infanta, hablan de que se pueden ver los bordes que sobresalen del supuesto tumor, algo característico de un melanoma lentigo maligno.
Debido a esas características y a que meses después de ser retratada la Infanta muriera es que se especula que aquella mancha haya sido cáncer, sin embargo, no hay información suficiente que dé certeza a estas especulaciones.
Otra teoría
Es válido pensar en otras teorías, también hay expertos que creen que se trata de un lunar postizo hecho de terciopelo, ya que fue muy común que en el siglo XVIII se utilizaran este tipo de artefactos, aunque el momento en que fue pintado el cuadro esos lunares ya no se usaban mucho e incluso ya habían pasado de moda, no se descarta la posibilidad.
Se dice también que en esos parches se aplicaban algunas sustancias medicinales para aliviar dolores de cabeza intensos u otro tipo de malestares.
Existen casos donde los parches han sido confundidos con “queratosis seborreica“, otra razón para no descartar la posibilidad de un lunar postizo.
En fin, ambas teorías son válidas y lo cierto es que no hallaremos una respuesta 100% certera, pero es impresionante como una pintura ha generado tanta intriga y ha hecho que la vida de la Infanta de Borbón salga a la luz a pesar de no ser tan relevante.
Finalmente María Josefa Carmela murió a los 57 años de edad poco después de haber sido retratada con ese misterioso lunar.
Se puede decir que murió en el momento preciso en el palacio de Madrid, ya que después de su muerte su hermano Carlos perdió el trono y se tuvo que marchar al exilio.
El cuerpo de la Infanta fue sepultado en Madrid, en el convento de Santa Teresa el cual era propiedad de las carmelitas, pero debido a la destrucción del lugar por la revolución de 1868, sus restos se trasladaron al Panteón de Infantes del monasterio de San Lorenzo de El Escorial y ahí es donde están sus restos actualmente.