Aprende todo sobre Abdón Calderón, insigne figura de la batalla de emancipación del Ecuador, oriundo de Cuenca, el 30 julio de 1804, y fallece el 7 de junio de 1822 en la población de Quito, a raíz de varias heridas y de hemorragias en el combate.
Abdón Calderón Garaycoa es considerado como un héroe de la guerra de Independencia del territorio ecuatoriano, nacido el 30 de julio de 1804 en la ciudad de Cuenca. Su muerte se produjo el 7 de junio de 1822 en la ciudad de Quito, producto de heridas que había tenido en las numerosas batallas que había participado. Su bautizo se dio el 31 de julio de 1804 en Cuenca. (Ver artículo: Cuenca)
Su padre era Francisco Calderón, quien era originario de Cuba y cumplía el cargo de Contador de las Cajas Reales y funcionario del gobierno colonial en Cuenca. Y su madre era Manuela de Jesús de Guraycoa y Llaguno, originaria de Guayaquil, mujer que formaba parte de las familias más importantes del puerto.
Biografía de Abdón Calderón
A principios del siglo XIX, más específico el 30 de julio de 1804, nace Abdón Calderón, justo en esa fecha la Iglesia Católica ovaciona el día de San Abdón, y gracias a esto se le bautizo con este nombre un día después de que nació, por el Dr. Mariano Isidro Crespo, cura Rector de la Iglesia Parroquial, actualmente Catedral de Cuenca. Los padrinos y testigos de este bautizo el Dr. Mauricio Salazar, Pablo Torres y Manuel Montúfar.
Abdón Calderón surgió de un barrio que se localizaba al Suroeste del templo de San Alfonso, encrucijada entre las calles que hoy en día se llaman calle Bolívar y calle presidente Borrero.
La familia Calderón Garaycoa, creció escuchando las historias atroces agresiones y humillaciones que cometían hacia su padre los hombres que conquistaban América y eran originarios de España, por esta razón los hijos Abdón y Francisco, tuvieron presente en todo momento que cuando llegara la hora, atacarían a su enemigo común para derrocarlos y así lo concretaron.
Su padre llevaba una carrera militar, haciendo que el joven Abdón Calderón quisiera seguir su ejemplo, así aportando a la causa que su progenitor se había propuesto antes de su fallecimiento, pero Abdón tuvo mucha más relevancia para la causa independentista que su propio padre, teniendo una participación notable, que hasta recibió el nombre del niño héroe.
La muerte de su padre fue muy sanguinaria, hecho que fue ejecutado de una vil forma por el coronel Sámano, que a su vez ejercía el elevado puesto de Virrey, pudo haber tenido grandes repercusiones en la mente del joven Abdón Calderón. Este hecho lo obligó a madurar prematuramente, gracias a las circunstancias y la reflexión.
Anteriormente, el joven Abdón Calderón cuando inicio su vida militar el 09 de octubre de 1820, no era conocido como el “Héroe Niño” pero aun así a su corta edad logro destacar rápidamente por su gran participación en todas las Juntas que se realizaban a causa de la importante transformación política.
En ese entonces Abdón Calderón cumplía 16 años de edad, pero poseía una destacada educación, un talento envidiable, un carácter fuerte, perseverancia de mártir y buena persecución de lo que sus contrincantes planeaban. Por estas excepcionales características, los conjurados octubrinos, quienes eran Olmedo, Vivero y Villamil, le otorgaron todos los proyectos destinados para la emancipación de Guayaquil.
Calderón tenía en su poder todos los secretos que los acercaba a la revolución, gracias a que pertenecía al círculo familiar que se encargaba de preparar y llevar a cabo los movimientos independentistas.
Dentro de los caudillos más importantes se hallaban varios de sus tíos de sangre y políticos, además de su madre y hermanas, como también otros familiares y amigos. Las Juntas Preparatorias eran realizadas en la propiedad de su tía Ana Garaycoa, quien se había casado con José Villamil.
Los conjurados se caracterizaban por buscar cualquier tipo de excusa para reunirse con la finalidad de realizar todos los preparativos para poder alcanzar su objetivo. En estas reuniones se hallaba esperando su momento Abdón Calderón, aguardando el momento de luchar por la libertad de su nación.
Acompañó a León Febres Cordero cuando este tomó el Cuartel de Reserva, que estaba comandado por el Capitán Antonio Farfán y el teniente Hilario Álvarez, sin embargo, prácticamente todo el ejército se encontraba en contra. Esta fue una de sus hazañas más relevantes y el comienzo de su éxito. A Abdón Calderón se le condecoró con el grado de Subteniente, gracias a su destacado trabajo en el acontecimiento ocurrido, y con este grado se introdujo al Ejército de Operaciones.
Leyenda
En el territorio ecuatoriano existe una leyenda que relata un suceso ocurrido en la batalla de Pichincha. Este relato narra que el 24 de mayo de 1822, durante esta batalla tan importante para la liberación del Ecuador, apareció un joven de apenas 15 años de edad para enfrentarse a las fuerzas españolas y lograr la independencia de su nación.
La leyenda dice que este joven subió la montaña de Pichincha, llevando la bandera del Ecuador para colocarla en la punta más alta de esta y así obtener la independencia. Pero de repente un cañonazo le dio en su pierna derecha, cosa que no le impidió seguir su paso. Luego sonó otro cañonazo que le voló el brazo izquierdo, y aun así el muchacho siguió su camino. Sonó un tercer cañonazo que le mutilo la pierna izquierda y el siguiente le quito su brazo derecho.
Nada de esto lo detuvo y siguió con su cometido, subiendo con la bandera en la boca hasta llegar a lo más alto y una vez ahí grito:
¡VIVA EL ECUADOR!
Obras
Abdón Calderón no fue un célebre escritor con reconocidas obras a nivel mundial, pero tuvo un papel muy importante en la liberación del país suramericano, siendo conocido como héroe para muchos. Expresó en varias ocasiones sus ideales y opiniones que tiempo después se convirtieron en frases célebres de su persona y se escribieron numerosos poemas en su honor.
Frases
Abdón Calderón fue un hombre inspirador que proporcionó palabras de aliento y reflexión en sus allegados, convirtiéndolo en un ecuatoriano admirable. Entre sus frases más recordadas podemos encontrar:
“El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad”.
“El caer no ha de quitar la gloria del haber subido”.
“Quien daña el saber, homicida es de sí mismo”.
“Es parentesco sin sangre una amistad verdadera”.
Poemas
En honor al joven Abdón Calderón se escribieron gran variedad de poemas para destacar su grandeza y valentía, que lo llevo a ser una figura importante para la historia del país ecuatoriano.
Uno de los tantos poemas lo escribió Jorge Sánchez Mendieta en el año 2008, donde relata la gran hazaña realizada por Abdón Calderón en la batalla de Pichincha, pero con la bonita particularidad de que las primeras letras de cada línea forman el nombre del gran héroe ecuatoriano.
Logros y participación
Abdón Calderón tuvo gran participación en distintas batallas y reuniones a pesar de solo ser un niño. Entre sus combates más destacados están los siguientes:
Camino Real
Ya tomado el Ejercito Realista que se asentaba en la ciudad de Guayaquil y que posteriormente tomo el nombre de Ejército la Patria, Abdón Calderón se alisto para formar parte junto a un Batallón de Infantería, que se conformaba principalmente de civiles comunes, que se conocieron como “Voluntarios de la Patria”, siguiendo las órdenes del teniente Coronel Ignacio Alcázar, y así el joven Abdón inicio su servicio militar como Subteniente de un grupo del batallón.
En esos momentos, la Junta de Guayaquil se encontraba discutiendo sobre la ocupación de la capital de la Presidencia, así que se le dio la tarea a Luis Urdaneta de comandar una división expedicionaria, que le darían el nombre de División Protectora de Quito” para que se encaminara al interior. Las fuerzas partieron desde Ambato hasta Babahoyo, pero al enterarse que la plaza se encontraba dominada por los patriotas, decidieron detenerse en Camino Real, que queda entre Sabaneta y Guaranda.
Las fuerzas revolucionarias realizaron tres intentos hasta que al fin pudieron desbandar y derrotar a las fuerzas realistas. En este combate se puede destacar el talento que poseía el Joven Abdón Calderón para batallar y de este modo Urdaneta le pidió a la Junta de Guayaquil que le elevaran el cargo de teniente.
Primer Huachi
En el momento que estaba en proceso la revolución octubrina, Mariscal Melchor Aymerich se encontraba a cargo interinamente de la Presidencia de Quito, así que intento hacer frente a las tropas revolucionarias. Lideró el Escuadrón de Caballería “Dragones de Granada” junto a tropas de infantería que se hallaban en Quito y Riobamba, para ir a Ambato y aguardar para sorprender a los vencedores en el Camino real. (Ver artículo: Quito)
La estrategia de Urdaneta de esperar a las tropas enemigas en campo abierto fue una decisión errada, ya que el 22 de noviembre de 1820, sus tropas combatieron contra las realistas en el Huachi y después de una dura y sangrienta batalla, se declararon derrotados las fuerzas patriotas. De manera milagrosa Abdón Calderón logro escapar y se marchó a pie, sin nada que comer o beber hasta Babahoyo.
Tanizagua
Debido a la derrota sufrida en el Huachi, las tropas se separan del liderato de Urdaneta y su segundo comandante le otorgó el mando de los Ejércitos Revolucionarios al General Chileno Toribio Luzuriaga.
A principios de diciembre del año de 1820, ya estaba en Babahoyo comandando el Ejército. Los realistas estaban comandados por el cura de Guaranda, Francisco Benavides y el Comandante Piedra, que esparcían sus tropas en Guaranda, Pungala y Guanujo, aunque las fuerzas de Gonzales se dirigieron a Riobamba, mientras los revolucionarios se asentaron en Guanujo, que se encontraban comandados por el Coronel José García, nacido en Tucumán Argentina. Además, Abdón Calderón era uno de sus tenientes y se encontraba preparado para batallar nuevamente.
El 3 de enero de 1821, se realiza el enfrentamiento entre realistas y revolucionarios en Tanizagua. La Compañía de Abdón Calderón prefiere morirse antes de rendirse, batallando cuerpo a cuerpo contra las fuerzas realistas. Calderon logra salir con vida de ese campo de fuego, pero el Coronel García es capturado, para luego fusilarlo, degollarlo y colocar su cabeza en el Puente del río Machángara en Quito, para así advertir a los que colaboren con las fuerzas revolucionarias. Calderón vuelve a pasar lista en Babahoyo.
Babahoyo
Debido al invierno, los patriotas lograron defenderse, ganando tiempo para preparar su próximo ataque, sin mencionar que poseían la ayuda y protección de Colombia que les aporto al General Mires y a Antonio José de Sucre, para sumar a la causa el 06 de mayo de 1821.
El 15 de mayo de 1821, Antonio José de Sucre comando los Ejércitos patriotas que se hallaban en Samborondón y Babahoyo. Posteriormente López y el Capitán Ramón Ollague traicionaron a su causa y tomaron Guayaquil luego de conquistar las flotas, que solo se encontraba defendido por un pequeño cuerpo de Cívicos, además de tomar también la División a su mando.
El 17 de julio de ese mismo año, Ollague decidió dar un golpe que fue defendido con éxito a la fuerte resistencia de los Cívicos y López no pudo conseguir la segunda parte de lo planificado que era ir contra Samborondón, debido a que lo detuvieron unos oficiales de corta edad comandaban la División, llamados Francisco de Paula Lavayen, Ciriaco Robles y Abdón Calderón.
Los tres oficiales se trasladaron en canoa desde Babahoyo hasta Samborondón luego de descubrir las lamentables intenciones de López, así que fueron a avisar a Sucre para regresar con un gran ejército que se seria liderado por el comandante Federico Rasch y el comandante Cayetano Cestaris, para de este modo lograron la división defeccionada en el lugar que denominaban “Palo Negro”, retornando las fuerzas revolucionarias parte de los que habían apoyado a López, este que pudo alcanzar a Riobamba con un pequeño número de hombres.
Yaguachi
Luego de que las tropas revolucionarias se encontraran libre de traidores, Sucre se asentó en Babahoyo para enfrentar a Melchor Aymerich que partía de Riobamba. El ejército que lidera Sucre en Guayaquil no fue derrotado en Babahoyo debido a una destacada intervención de un patriota de Cuenca, llamado Miguel de Pino y Jijón. Gonzales tenía que enfrentar a Sucre por el Sur, mientras que Aymerich atacaba por el norte, obligando a que las tropas revolucionarias se rindieran o murieran.
El cuencano Miguel de Pino se dio cuenta de las intenciones de González de atacar por el sur y fue rápidamente a comunicárselo a Sucre. Cuando llego, ya las tropas revolucionarias de Sucre estaban en batalla en Palo Largo, y al Sucre enterarse ordenó a sus tropas dirigirse a Yaguachi, mandando a Cestaris a hacer frente al enemigo por Cone.
El 18 de agosto del año de 1821, Cestaris capturó a las tropas enemigas que buscaban sorprender y se las llevó al cuartel general, para luego ir a enfrentar a González en el lugar que se conocía como Cone. Las tropas que comandaban Sucre se denominaban “Santander” que correspondía al batallón colombiano, “Libertadores” que era el batallen guayaquileño y los “Dragones” que eran de Cestaris. El Mayor Félix Soler comandaba el batallón de “Libertadores” donde se encontraba Abdón Calderón como oficial.
Cuando se encontraban en Cone, a horas muy temprana, las tropas de González comenzaban a descomponerse y Miles atacó por los flancos mientras Sucre no lograba desplegarse a tiempo.
González solo podía salvarse si lograba avanzar y desplegarse, pero justo cuando daba inicio a su plan, llega el batallón de los “Libertadores” para enfrentarlos, arremetiendo contra las fuerzas realistas, encerrados por el fuego de Mires por todos lados, para así contener el ejército realista y sentir la respiración de los patriotas a sus espaldas, haciendo que cedieran en todos sus puntos y declarando así la victoria en su totalidad del gran Mariscal Sucre.
Hubo aproximadamente 150 muertes, más de 60 hombres resultaron heridos y se encarcelaron unos aproximados 600 enemigos, entre ellos destaca el segundo Jefe de Ejército, comandante Francisco Eugenio Tamariz. Pudieron obtener de aquella batalla unos 819 fusiles y muchas municiones, además de otros objetos de guerra. En Yaguachi, el teniente Abdón Calderón consiguió su primera victoria.
Segundo Huachi
Sucre siguió con su camino para liberar todo el territorio y llevo a sus enemigos a Riobamba, sin importar que los realistas eran el doble que ellos. En Guaranda, el General Juan Illingworth se destacó en Quito junto a una división revolucionaria y acompaño al Ejército de Sucre hacia la misma dirección, pero por otro camino. Aymerich descubrió las intenciones de los patriotas y regreso a Ambato, para desplegarse en las extensas llanuras de Huachi. Ordenó al Coronel Morales liderar las tropas y aguardar ahí hasta el 12 de septiembre de 1821.
Repitieron la equivocación de Urdaneta, enfrentándose así a la infantería contra la caballería en un espacio abierto. Sucre le había cedido la batalla a Mires, quien se había llenado de gloria en Yaguachi. La infantería de las fuerzas realistas se encontraba resguardada entre los árboles, mientras que las fuerzas patriotas se desplazaban por campo abierto, con la fusilería enemiga asechando para luego sacar la caballería realista al campo de batalla.
Se armó una carnicería inimaginable, hubo más de mil muertos por parte de las fuerzas realistas, siendo más que los patriotas. El segundo Huachi correspondió un papel muy importante dentro de la gloria de la causa independentista, a pesar de la gran cantidad de pérdidas. Aproximadamente 800 patriotas resultaron muertos o heridos y un poco menos de 50 fueron capturados, entre ellos se hallaba Mires, además de perder todo el armamento y municiones que se poseía.
Otra vez caía derrotado el joven Abdón Calderón, que regreso a Babahoyo acompañado de un pequeño grupo que pudo conseguir y así ir después a Guayaquil. Pasado un año de tanto temor y sobresalto, angustia y zozobra que estuvieron en la vida del joven cuencano en las numerosas batallas, tuvo el placer de abrazar una vez más a Doña Manuela. (Ver artículo: Guayaquil)
Guayaquil-Cuenca
Después de Camino Real, Primer Huachi, Tanizagua, Yaguachi y Segundo Huachi, nada tuvo la capacidad de acabarlos, sin embargo, en el Segundo Huachi había pasado menos de una hora desde que el general Antonio Morales reconoció la totalidad de la derrota, sin esconder absolutamente nada, en el momento que ya estaban inscritos y alistados más de 700 hombres para la reconstrucción del Ejército.
En poco tiempo reunieron más de 1500 hombres, entre los que se encontraba el batallón “Paya”, quienes habían salido de Colombia, comandado por el comandante Leal. Con la finalidad de aumentar el tamaño de su ejército, Sucre se contactó con San Martín para que le enviará el Batallón colombiano “Numancia” que se hallaba en Perú. Este selecto grupo era de los más efectivos que existía y por esto Sucre ofreció un batallón peruano y otro argentino que se ubicaban en Piura y estaban comandados por el General Andrés de Santa Cruz.
Luego se reunieron Sucre y Santa Cruz en Zaraguro, para planear sus movimientos sincronizadamente. Las fuerzas de Colombia que estaban conformadas por el “Albión”, “Paya”, “Dragones” y compañías sueltas del “Libertadores” y “Tiradores”, que se habían destruido en Huachi y que se habían reconstruido por los voluntarios de Guayaquil. De estas compañías se construyó el reconocido “Yaguachi”, donde se encontraba el teniente Abdón Calderón.
El 23 de enero de 1822, el ejército colombiano salió de Guayaquil a Machala, para luego pasar por Pasaje el 27 de enero y finalmente llegar a Júlug el 5 de febrero, lugar en el que los “Dragones” comandados por el Coronel Diego Ibarra, se destacaron en el valle de Yunguilla. El 9 de febrero de ese mismo año se encontraron en Zaraguro con los soldados del “Piura” y del “Trujillo”. El Coronel Urdaneta estaba más atrás como jefe de vanguardia. El 14 de febrero llegaron a Santa Cruz para reunirse con las demás fuerzas y cumplir la primera parte de la campaña.
En Cuenca se hallaba el Coronel Carlos Tolrá, que estaba de parte de la causa realista, que se estableció ahí con 500 hombres por órdenes de Aymerich y con un Escuadrón de aproximadamente 200 caballos que había enviado González. Tolrá partió a Girón con más de mil hombres, por un engaño que había sufrido y que tuvo que pagar al retroceder cuando Sucre se hallaba en Oña. De este modo salió de Cuenca para establecerse en Tarqui, que se hallaba a la mitad de Girón y Oña.
El 21 de febrero del año 1822, las tropas del Libertador llegaron Cuenca. En ese momento Abdón volvió a sentirse en casa, después de desplazarse a pie como un ejemplar Oficial de Infantería.
La Batalla de Pichincha y su posterior muerte
La Batalla de Pichincha fue de las más importantes de la nación ecuatoriana y donde Abdón Calderón destacó como una leyenda, además de ser la batalla donde murió. (Ver artículo: La Batalla de Pichincha)
Lo que el joven realizó en aquella batalla el 24 de mayo de 1822 ha sido contado de generación en generación, elevando sus hazañas como un héroe de la patria, convirtiéndose en un mito que en la antigüedad era narrada en las escuelas primarias ecuatorianas, exagerando sus cualidades y dándole poderes sobrehumanos, debido a que fue mutilado por cañonazos pero aun así el joven seguía su camino a la cima de la montaña con la bandera del Ecuador.
Esta historia surgió de una leyenda escrita los primeros años del siglo XX por Manuel J. Calle, que relato en su obra “Leyendas del tiempo heroico”, utilizando los documentos ya escritos y llevándolos a hipérboles, creo un personaje muy heroico en la figura del joven Abdón Calderón. Sin importar que la narración contenía gran cantidad de hipérboles, este este escrito fue considerado como hecho histórico para muchos pobladores ecuatorianos.
Pero lo que en realidad pasó fue que Abdón Calderón si recibió varios golpes, pero de balas, y permaneció inmóvil en la línea de fuego, dando palabras de aliento a todo el ejército revolucionario y alzando la bandera de Quito. Luego de finalizar la fuerte batalla lo llevaron a la ciudad de Quito para tratarlo, pero terminó muriendo luego de dos semanas, el 7 de junio de 1822.
Antonio José de Sucre reconoció la memorable participación del joven cuencano en la Batalla de Pichincha y expreso el 28 de mayo de 1822 en un escrito el importante papel que jugó el teniente Abdón Calderón que con fuerza, valentía y gallardía siguió en la batalla a pesar de recibir cuatro balazos. Destacando que tenía altas probabilidades de morir, pero su valentía seria recordada por el Gobierno de la República y que compensaría a la familia del honorable joven.
En el momento que el Libertador Simón Bolívar entro a la ciudad de Quito y escucho lo que había ocurrido, ascendió a Abdón Calderón al grado de Capitán y solicito que lo que se le pagaría seria recibido por su madre. El grupo del Batallón Yaguachi, que era el grupo que comandaba el joven cuencano y cada vez que se les preguntaba por su Capitán respondían que: “Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones”.
En los grupos de caballería del Ejército del Ecuador, recuerdan en todo momento cuando se realizan los cambios de guardia semanal con el grito “Capitán Abdón Calderón” para luego proseguir con sus labores normalmente teniendo siempre en cuenta el patriotismo de este gran joven.
Danna
Muy buena la información
Danna
Muy buena la información