Aprende todo sobre José Joaquín de Olmedo, abogado, político y poeta, uno de las personalidades con gran relevancia e intervención en la efemérides ecuatoriana, su imagen resalto en la época de la emancipación.
¿Quién fue José Joaquín de Olmedo?
Fue un guayaquileño nacido el 5 de marzo de 1780, siendo un importante personaje de la República del ecuador, por su dedicado desempeño al derecho, la política y la poesía. Su participación fue muy significativa para la República del Ecuador.
Durante el periodo colonial de España en territorio ecuatoriano, Olmedo tuvo gran relevancia como orador en las Cortes de Cádiz, con el objetivo de conseguir la abolición de las mitas. Pero cabe mencionar que con el fracaso del ejército de Napoleón en la conquista de la península ibérica, y además el regreso del rey Fernando VII al mando, se diluyeron las cortes para luego ir en búsqueda de los diputados y capturarlos, y entre esos diputados estaba José Olmedo, que se encontró prófugo durante poco tiempo.
Olmedo regreso a Guayaquil y comenzó los preparativos para la independencia de Guayaquil acompañado de otros personajes importantes que compartían la idea de emancipación, concretada el 9 de octubre de 1820.
Tiempo del después de firmar el Acta de Independencia, José Joaquín de Olmedo obtuvo el cargo de presidente de la Provincia Libre de Guayaquil y organizo el nacimiento de las tropas de Guayaquil que estuvieron presentes en los enfrentamientos emancipadores en los demás territorios de la antigua Real Audiencia de Quito, con el apoyo de Antonio José de Sucre, con quien realizó un trato de cooperación bélica que reunía el ejército local con el colombiano.
Posteriormente, Olmedo se resguarda en Lima, siendo diputado del 1er Congreso Constituyente del Perú celebrado en el año de 1822. Pero en 1827, fue líder en los movimientos que se realizaron en el Departamento en desacuerdo con las políticas centralistas bolivarianas. José le tenía gran aprecio a la figura del libertador Simón Bolívar y a sus grandes hazañas, al cual le dedicó un poema titulado “Victoria de Junín” también conocido como “Canto a Bolívar”.
Definido el nacimiento del Estado de Ecuador en el año 1830, José Joaquín de Olmedo ocupo el cargo de primer vicepresidente de la nación ecuatoriana, en el primer periodo presidencial de Juan José Flores.
Luego de que Flores cumpliera 15 años al mando del Ecuador, apoyando parte de su gobierno en la represión, José Joaquín de Olmedo inició la Revolución Marcista, acompañado de Roca y Noboa el 6 de marzo de 1845, terminando en el momento que el General Flores finalmente se rindió, para después formar un triunvirato que concluyo con la creación de la IV Constitución y la elección de Roca como presidente constitucional. Olmedo ocupó varios cargos relacionados al gobierno hasta el día de su muerte en el año de 1847. (Ver artículo: Vicente Ramón Roca)
Biografía de José Joaquín de Olmedo
José Joaquín de Olmedo nació en una familia de clase alta sin muchas preocupaciones en la ciudad de Guayaquil el 5 de marzo de 1780. Su padre era el capitán Miguel Agustín de Olmedo y si madre era la dama Ana Francisca Maruri.
Miguel de Olmedo era de origen español, nacido en la Villa de Mijas, cercano a Málaga. En 1756 el capitán de Olmedo partió a Panamá pedido por su tío Cristóbal Troyano de león, quien también tenía el rango de capitán y comandaba la Artillería de Tierra Firme en ese territorio.
Se quedó en Panamá durante 4 años, para luego irse a Guayaquil y ocupar la responsabilidad de tesorero y comisario de guerra para la expedición al Marañón. Posteriormente, en la misma ciudad de Guayaquil, ocupo el cargo de oficial de fortín de San Carlos, además de dedicarse a comercializar, convirtiéndose en el patrón de la fragua “San Isidro” y la fragua “San Fermín”.
En Guayaquil conoció y se casó con Ana Francisca de Maruri y Salvarría, que pertenecía a la nobleza vasca que se hallaba en la cuenca del Guayas. De este matrimonio nacieron dos hijos llamados José Joaquín y Magdalena.
Estudios
José Joaquín de Olmedo realizó sus estudios primarios en la ciudad donde nació, para luego ir a estudiar a la ciudad de Quito a la edad de 9 años para seguir en el seminario San Luis, sin embargo luego fue mandado al Convictorio de San Fernando, bajo la Orden de Predicadores, en ese lugar adquirió grandes conocimientos acerca de latinidad y gramática castellana.
En el Convictorio de San Fernando, Olmedo llego a conocer y establecer una cariñosa amistad con José Mejía Lequerica, además de ser educado por un gran maestro llamado Eugenio de Santa Cruz y Espejo, quién estímulo a ambos alumnos a los estudios.
Luego de un tiempo, José Joaquín de Olmedo volvió a la ciudad de Guayaquil en 1792, pero sus padres lo mandaron a Lima dos años después para que estuviera bajo el cargo del doctor José de Silva y Olave, quien era el chantre de la Catedral de Lima y era también el vicerrector del Real Convictorio de San Carlos, donde Olmedo realizó sus estudios de filosofía y matemáticas. Posteriormente, fue a la Universidad de San Marcos en el año de 1799 y destacó en un evento público de filosofía y matemáticas. Consiguió la cátedra de Filosofía en San Carlos en 1800.
En el año de 1802, realizó una obra escrita llamada Epitalamio, causada por los matrimonios de una pareja que tenía su amistad. Un año después, relató un poema al que tituló como Mi Retrato, que fue enviado a su hermana Magdalena, que se encontraba viviendo en Guayaquil, para que ella colocara al pie un letrero que dijera “Amo cuanto era amable, amó cuanto era bello”. Tiempo después alcanzo el doctorado en Jurisprudencia el 15 de junio de 1805, para dictar Derecho Civil en el colegio de San Carlos.
En 1806, consiguió el doctorado en Derecho Civil y Canónico, donde escribió dos poemas, uno titulado Matemáticas y el otro titulado Loa al Virrey. Posteriormente hizo público su obra “En la muerte de Doña María Antonia de Borbón, princesa de Asturias” en el año de 1807.
Luego de 4 años de estudios, logró graduarse de abogado en el año de 1808, para después integrarse al Colegio de Lima y dictar la cátedra de Digesto en San Marcos. En ese momento lo llamaron desde Guayaquil debido a la gravedad de salud que pasaba su padre. El 20 de agosto de ese mismo año, José fue a recibir el encargo de ser el albacea de los bienes que dejo su padre y para velar por la salud de la madre que se encontraba aun en el hogar y con problemas graves de la vista.
Logros políticos
En el año de 1809 cumplió la función de abogado en la Audiencia de Quito. En 1810, concibió a una hija junto a Ramona Ledós, fue al país español con José de Silva y Olave, para luego llegar al país mexicano donde fue nombrado como diputado por Guayaquil a las Cortes de Cádiz en septiembre de ese mismo año. Pasado un tiempo volvió a España donde se unió a las Cortes.
Hizo público su famoso discurso acerca de la abolición de las mitas, ocasionando un gran impacto en sus oyentes a pesar de no ser el mejor realizando discursos, el 12 de agosto de 1812. En ese momento, el diputado Castillo dio comienzo al debato y las Cortes terminaron concluyendo en que se aprobaría la abolición de las mitas. Aquel discurso causa tanto impacto que se repitió en varias ocasiones luego de que Vicente Rocafuerte se lo otorgara a la Imprenta de Londres. Logró que su patrocinador José de Silva y Olave fuera nombrado obispo de la diócesis de Huamanga.
El 20 de agosto de 1808, volvió a Guayaquil, llegando a tiempo para presenciar el fallecimiento de su padre, Miguel Agustín de Olmedo, hombre que admiraba y respetaba muy profundamente.
Fue Secretario de las Cortes de Cádiz y posteriormente integrante y secretario de la Diputación Permanente hasta el año de 1814, que fue el año que Fernando VII disolvió las Cortes, para perseguir y apresar a los diputados que los conformaban, haciendo que José Joaquín de Olmedo de ocultara en Madrid y volviera a la ciudad de Guayaquil en el año de 1816, para encontrar a su madre ya fallecida.
Realizó un viaje a Lima en el año de 1817, para regresar en marzo y contraer matrimonio con la sobrina del obispo Silva y Olave, Rosa de Ycaza y Silva. Dos años después, Olmedo salió a la defensa de Vicente Ramón Roca, quien se encontraba en un juicio por conspirar en contra del cura insurgente de Acapulco.
José Joaquín de Olmedo formó parte del conclave donde se encontraban los partidarios de la secesión del Imperio de España, creada por Don José de Antepara, realizada el 1 de octubre de 1820, en el hogar de Don José de Villamil, reunión que tuvo como excusa la celebración de los quince años de la hija de Don Pedro Morlás, quien también formo parte de la causa de emancipación junto a Escobedo, Lavayen, Vivero, Rivas, Fajardo, Urdaneta, Febres Cordero, entre otros.
Este conclave fue conocido como la “Fragua de Vulcano”, que finalmente tuvo como resultado el juramento de lealtad al desarrollo de la emancipación de todos los que se encontraban es dicha reunión.
Tiempo después de realizarse el conclave, Antepara y Villamil prepararon lo necesario en cuanto a la gestión para aumentar los seguidores a este proceso en las autoridades militares que se encargaban a proteger a la ciudad. Pero estos tuvieron la decisión de colocar en el liderato del proceso independentista a José Joaquín de Olmedo.
Olmedo fue visitado en numerosas ocasiones por Villamil con la intención de que este cargara con el liderato de las tropas independentistas pero Olmedo se negaba porque creía que el liderazgo debía tenerlo alguien con experiencia militar. Sin embargo, certificó su compromiso con el proceso emancipador proponiéndose a apoyar en las causas políticas y diplomáticas luego de lograr la independencia.
El liderazgo de la causa independentistas estuvo a cargo de León de Febres Cordero, continuando posteriormente con una planificación muy agotadora que tenía como meta principal llevar al mínimo las bajas y disminuir la utilización de las armas. El 8 de octubre se dio inicio a la revolución emancipadora tomando la posesión de algunos cuarteles capturados por los amotinados y la detención de las autoridades leales a la Corona Española. La rebelión se amplió hasta el día 9 de octubre.
Presidencia de la Provincia de Guayaquil
El 9 de octubre de 1820, al finalizar la conquista de la ciudad de Guayaquil por parte de los revolucionarios, los líderes de estos movimientos independentistas y demás integrantes de la Fragua de Vulcano, se volvieron a reunir en un Cabildo para llevar a cabo la firma del Acta de Independencia y formar un nuevo gobierno provisional. (ver artículo: Guayaquil)
José Joaquín de Olmedo firmó el acta, para luego ser elegido Jefe Político de la provincia, y a su vez el coronel Gregorio Escobedo era designado Jefe Militar de esta región.
Los grandes exponentes de la provincia de Guayaquil llamaron a una convención donde participaron 57 representantes de la provincia para crear una nueva Constitución, que fue celebrada del 8 al 11 de noviembre del año de 1820, finalizando con la creación, firma y certificación del Reglamento Provisorio de Gobierno, haciendo que José Joaquín de Olmedo fuera elegido como su primer presidente.
El 6 de mayo de 1821, José Joaquín de Olmedo realizó un acuerdo para unirse militarmente con el mariscal Antonio José de Sucre. Las tropas colombianas y la División Protectora de Guayaquil formaron un solo ejército comandado por Sucre, comenzando con la Campaña del Sur que finalizó con el triunfo independentista en la batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822.
Conseguida la independencia de Quito y Cuenca, Olmedo tenía un plan de unirlas con Guayaquil y formar un nuevo Estado. Pero después de que Bolívar llegara a Quito el 16 de junio de 1822, ambos territorios, Quito y Cuenca, se unieron a territorio colombiano.
José Joaquín de Olmedo certificó los deseos de la población guayaquileña de quedarse independientes y se negó a integrar su territorio a la Gran Colombia, lo que causó discusiones diplomáticas con Simón Bolívar, y antes de que se realizara una posible invasión, realizó cartas para San Martín para que sirviera de pacificador en esta disputa.
A mediados de 1822, Simón Bolívar fue a la conquista del territorio guayaquileño junto a más de 2 mil hombres para dar un golpe de estado en contra del gobierno que se encontraba en Guayaquil y declarándose dictador de estas tierras. De nada sirvió que San Martín hubiese llegado porque ya las tropas de Bolívar habían conquistado este territorio.
Autoexilio
A mediados del año 1822, Bolívar hizo un decreto en el que unía la Provincia de Guayaquil a la Gran Colombia. José Joaquín de Olmedo no estaba de acuerdo con esta unión y decidió emigrar al Perú, acompañado de Ximena, Roca y otros hombres partidarios a sus ideas.
Durante el mes de septiembre, fue designado Diputado por el Departamento de Puno y llego a ser integrado a la Comisión otorgada por el Congreso del Perú para que escribiera la primera Constitución del país.
En representación del Congreso, invitó al Libertador Simón Bolívar para que viaje a territorio peruano y apoye a sus tropas por la independencia. Desde ese momento volvió a amistarse con el libertador y cuando llego a enterarse de la victoria de Junín en 1824, escribió su obra el Canto a Bolívar, un poema que al publicarse le dio gran reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Fue nombrado Ministro Plenipotenciario de la Gran Colombia en Inglaterra en el año de 1825. Un año después, durante su estancia en Europa, publicó su famosa obra Canto a Bolívar. En noviembre lo eligieron Miembro Fundador de la Academia Nacional de Colombia y en 1827 volvió a la ciudad de Guayaquil. En 1828, muere su hija Rosa.
Inicios del Estado de Ecuador
Durante la época de 1828 y 1829, fue elegido dos veces para cumplir la función de Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Colombia, sin embargo se negó en ambas ocasiones. En el año de 1830, cumplió el cargo de Prefecto de Guayaquil y en ese mismo año firmo el Acta para unir el territorio guayaquileño a la República de Ecuador. Luego represento Riobamba como diputado de la Convención Nacional, donde fue integrado a la comisión para la redacción de la primera Constitución y posteriormente ser elegido Vicepresidente de la República del Ecuador.
Debido a la ausencia del presidente José Joaquín de Olmedo fue asignado Presidente de la República en febrero. A los pocos meses renunció debido a que tenía que ausentar a Guayaquil, para ocupar de nuevo su cargo de Prefecto del Departamento. En eso anexó las islas de archipiélago de las Galápagos, para luego ir a la ciudad de Bogotá en condición de Comisionado de Limites con la intención de resolver un conflicto con la Nueva Granada a causa de la integración de Pasto, hasta el año de 1833, que siguió estos convenios en Quito. (Ver artículo: Galápagos)
Vicente Rocafuerte lo designó para que discutiera la paz con los representantes del Jefe Supremo, José Félix Valdivieso, en el año de 1833. Posteriormente dos años después, escribió el poema Al General Flores, quien triunfo en Miñarica, para que en ese mismo año fuera elegido diputado por Guayaquil y después ser Presidente de la Convención Nacional que se había reunido en Ambato, en el que se escogió a Vicente Rocafuerte como presidente. En 1836, fue designado comisionado con la intención de mediatizar en los conflictos entre Chile y Perú.
En 1838, Olmedo ocupo el cargo Primer Alcalde de Guayaquil, luego Gobernador interino de la Provincia y comisionado por el Presidente con la intención de cancelar el capital y los intereses del crédito publico con Miguel de Anzoátegui Cossio, deuda que no se terminó de pagar.
Revolución marcista
El 6 de marzo del año de 1845, dio inicio a la Revolución Marcista en contra del gobierno de Flores, José Joaquín de Olmedo fue elegido Presidente del Triunvirato junto a Vicente Ramón Roca y Diego Noboa. En noviembre de ese mismo año, dimitió de este cargo para luego ser propuesto a la presidencia de la República el Ecuador por Vicente Rocafuerte, quien fue vencido por Roca. (Ver artículo: Revolución Marcista)
En el año de 1846, tuvo la misión de regresar los restos de Lámar a territorio guayaquileño junto al general Antonio Elizalde, dedicó un verso Al General Lámar, y realizo un viaje Lima, donde no pudo encontrar mejora a sus dolores de estómago.
Investigaciones realizadas
Las investigaciones realizadas por José Joaquín de Olmedo tuvieron, en su mayoría, la intención de aportar a su territorio y con ideas de liberación. Alcanzó mucha fama debido a que realizaba todo lo que prometía, es decir, volvía realidad sus palabras, además que no temía a enfrentar a quien estuviera en contra de sus ideales. Tuvo un papel muy importante en grandes momentos para la historia del país ecuatoriano y por esta razón es muy conocido.
Obras
En el transcurso de su vida, Olmedo creó una gran cantidad de obras, novelas, cantos, poemas, entre otras categorías acerca de obras literarias. Tuvo muchas obras famosas y reconocidas y entre ellas se destacan Canto a Bolívar; Al General Flores, vencedor en Miñarica; y Alfabeto para un niño. A Olmedo se debe el diseño de la bandera y escudo de Guayaquil, y también compuso la letra para el himno que los representaría.
- En el año de 1808 se encontraba inspirado y realizó el prólogo de la tragedia “El Duque de Viseo de Quintana” y su colección conocida como “El Árbol”, concluida un año después, compuesta por dos partes, una donde se destaca la filosofía y en la otra sin mucha complicación con la que culmina con un poema, que hace parecer que son dos versos diferentes.
- A principios de la década de 1810 se encontraba en territorio mexicano y analizó su poema “Improntu”.
- Los primeros días del año de 1817 realizo un viaje a Lima en el que redactó su obra titulada “A un amigo, don Gaspar Rico…”
- A principios de la década de 1820 escribió “Canción del 9 de octubre” que se considera como el primer himno que poseyó el Ecuador.
- En el año de 1823 realizó la traducción de su obra “Ensayo sobre el hombre de Alexander Pope” editada en 45 páginas, hecha en la ciudad de Lima.
- Dos años más tarde escribió una Marcha, que era un poema referido a “La Libertad”
- Paso un largo tiempo luego de su última obra para que en 1837, escribiera la “Canción del 10 de agosto” que tuvo un papel importante para la conformación del himno nacional de hoy en día.
- Tres años más tarde escribió el poema “En la muerte de mi hermana”.
- En 1843 realizó una edición del escrito “Ocios poéticos” del General Flores.
Desde ese momento en adelante sus obras como cantos y poesías tuvieron un gran impacto, siendo replicadas con gran reconocimiento. En 1848, se publicó un tomo de Obras Poéticas en Valparaíso, esta era una recopilación revisada y corregida por José Joaquín de Olmedo, poco tiempo antes de su fallecimiento.
Poemas
José Joaquín de Olmedo durante su vida realizó una gran cantidad de poemas muy reconocidos por su gran uso de las palabras y con mensajes impactante para sus lectores. Entre los más famosos se destaca el “Canto a Junín” y el poema titulado “En la muerte de mi hermana”.
El poema En la muerte de mi hermana relata el sentimiento que pasaba Olmedo durante el tiempo posterior al fallecimiento de su única hermana. En el poema hace referencia a sus preguntas que realiza a Dios, a quien recurre para lamentar su perdida, reclamándole por haberse llevado a su hermana y buscándole una explicación a su partida.
Canto a Junín
“La victoria de Junín: Canto a Bolívar” se considera el poema más reconocido del nacido en el territorio de Guayaquil, José Joaquín de Olmedo, en el año de 1826. Esta obra fue inspirada en los grandes actos realizados por el Libertador Simón Bolívar. Fue publicada también países europeos como Inglaterra y Francia como en el territorio Latinoamericano. No fue impresa en España.
Esta poesía narra el triunfo que obtuvo el ejército independentista contra las tropas españolas que parecían muy superiores. Este suceso inspiró a los lectores de aquellos tiempos. El poema, elaborado con recursos clásicos, convierte a Bolívar como el más alto exponente de la cultura hispanoamericana.
Frases
José Joaquín de Olmedo jugó un papel muy importante en la formación del país ecuatoriano, siendo parte esencial en su historia, por eso tiene una gran cantidad de frases que se le recuerdan y entre ellas se pueden destacar las que se mencionaran próximamente:
“El gobierno representativo es la voluntad presunta manifestada por los órganos selectos y escogidos por los mismos pueblos, que, proponiendo siempre en las asambleas lo que parece mejor, rara vez se deja de hacer lo bueno”
“Quien no espera vencer, ya está vencido”
“Un buen gobierno es aquel donde buenas leyes hacen felices a buenos ciudadanos.”
“Los hombres hábiles ambicionan convencer, los hombres mediocres o sin talento no aspiran sino mandar.”
Muerte
José Joaquín regresa a la ciudad de Guayaquil para realizar sus funciones de Subdirector de Estudios de Guayas, de manera prematura debido a un constante dolor de estómago y estitiquez por un cáncer que este padecía, haciéndolo fallecer el 19 de febrero de 1847, a tempranas horas de la madrugada, llegando a los 66 años de edad con 11 meses. Sus últimas palabras fueron “He cumplido, no sin gloria, mi destino”
Su funeral fue honrado en todas las ciudades que pertenecían al territorio ecuatoriano y su cuerpo fue enterrado en la Iglesia de San Francisco, cuerpo que posteriormente fue quemado en el Incendio Grande que se ocasionó en el esa iglesia el 5 y 6 de octubre del año de 1896.