Huayna Capac, onceavo emperador del Imperio Incaico, realizó las campañas que más lo engrandecieron y aun así su reinado marco su ocaso. Sus herederos Huascar y Atahualpa se enfrentaron por su trono, pero la inminente llegada de los conquistadores españoles ya avizoraba un final trágico.
Biografía de Huayna Capac
Huayna Cápac, nació alrededor de 1467, fue el emperador número once del imperio incaico o Tahuantinsuyo. Su nombre se traduce en lengua quechua como «rey joven» (Wayna Qhapaq). Fue Emperador del Cuzco y aunque no está confirmado su sitio de nacimiento, se considera nacido en Cuzco, no obstante, se argumenta que pudo nacer posiblemente en Tomebamba, en la actualidad Cuenca.
Sus padres fueron el Sapa Inca Túpac Yupanqui y la Coya Mama Ocllo. Vio la luz en la época de las excursiones de conquista iniciadas por su padre a través del mandato de Pachacútec. En su época infantil y juvenil fue nombrado como Titu Cusi Huallpa.
Origen
A consecuencia del códice incaico, debió tener reconocimiento como auqui (príncipe) por las panacas (familias reales) del Cuzco para ascender como Sapa Inca (emperador). Para satisfacer este necesario requerimiento, Túpac Yupanqui, quien se encontraba en la toma de Quito, se encaminó con su grupo familiar al Cuzco. Se relata que al retorno de ambos Pachacútec aún con vida fue a recibirlos para ver a su nieto.
Al parecer el joven provocó tan grata impresión al abuelo que por ello éste solicitó que el menor conduzca la carga de la tropa incaica al fuerte de Sacsayhuamán, lo cual era un evento ritual. Se dice que el príncipe realizó tan extraordinaria labor que Pachacútec lo acogió como su favorito y ello consolidó su venidero ensalzamiento como Inca.
Capac Huari habría sido inicialmente designado como heredero de Túpac Yupanqui, pero acabó optando por Huayna Capac ocasionando el enfado de Chuqui Ocllo, madre de Capac Huari. Este evento habría predispuesto a Chuqui Ocllo a darle veneno a Túpac Yupanqui, para luego declarar que éste, estando desahuciado y ya sin memoria habría cambiado de parecer.
Dada la situación, Huaman Achachi, un general leal y hermano de Túpac Yupanqui escondió a Huayna Capac y tras muchas disputas y el fiero reclamo de Mama Ocllo (madre de Huayna Capac) sentenciaron a Chuqui Ocllo y sus secuaces a la pena de muerte. En lo referente al pequeño Capac Huari, dada su inocencia no se le sometió a ningún castigo. No obstante, se lo confinó a un sitio alejado bajo la supervisión de allegados confiables de Huaman Achachi.
Huayna Cápac, ya notorio heredero de Túpac Yupanqui, tuvo como tutor a su tío Apo Huallpaya hasta que llegase a tener la edad requerida. Después Apo Huallpaya sugirió a su hijo para Emperador aduciendo que Huayna Cápac estaba incapacitado para tal posición. Huamán Achachi además se enteró que Apo Huallpaya se había propuesto asesinar al joven monarca. Apo Huallpaya y su hijo fueron condenados a muerte por deslealtad
¿Qué Significa?
El onceavo emperador del Perú se denominó Huayna Cápac, que se traduce como «Mancebo poderoso». Poseía tantas riquezas que producía admiración al mundo, que tuvo montañas de oro y plata, pues como cuentan los cronistas tenía en su palacio esculturas doradas a los reyes que le antecedieron. Todas las alhajas utilizadas en casas de madera, piedra o barro, las poseía este rey en su palacio elaboradas de fino oro.
Aún las piedras para triturar el ají y los batanes donde moler el maíz, todo eran hechos de este amarillo y hermoso metal. El relator presbítero Francisco López de Gómara, Betanzos, el padre José de Acosta (de la Compañía de Jesús) y el maestro fray Rodrigo de Loaisa (Agustino) dicen de este emperador que disponía en la puna un huerto (elaborado a mano) de plantas, flores y hierbas de oro que era un reflejo exacto de los naturales.
Esposa
Paccha Duchicela fue una Princesa de los puruhaes, un grupo de razas que poblaron las actuales regiones de Chimborazo, Bolívar, Tungurahua y parte de Cotopaxi, en Ecuador. Nació cerca de 1485 en el Palacio de Capac Cocha de la ciudad de Cacha. Su denominación se traduce como «la escogida», o igualmente como «bella como la luna, esplendorosa como el sol». Su madre fue Cacha Duchicela, Shyri XV del Reino de Quito
Tras el fallecimiento de su padre quedó como sucesora legal del trono, al que llegó con el nombre de Paccha Duchicela, Shyri XVI. Tras algunos años de combate contra el Tahuantinsuyo, el general Nazacota Puento fue derrotado por el inca Huayna Cápac, quien la llevó como esposa como maniobra política, y de ese modo juntar a todas las naciones del Reino de Quito al Tahuantinsuyo, transformándose entonces en su Emperatriz número 16. Falleció en 1525 en la ciudad de Quito seguramente en uno de los palacios de la denominada segunda capital inca.
Hijos
Con múltiples casamientos y abundantes hijos Huayna Capac generó toda una descendencia noble y guerrera. A pesar de tener un gobierno altamente valorado dos de sus hijos más notorios, Huascar y Atahualpa, se enfrentaron como sucesores por el puesto de último mandatario incaico antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Casado con Cacica Cutur Huacho
- Ñusta Ines Huaylas Yupanqui 1516-1575
Casado con Juana Colque
- Inca Manco Capac Collque 1515
- Inca Cristobal Paullu Inca Colque 1516-1549
- Ñusta Beatriz Huaylas o Capac Coya 1524
- Leonor Coya
- Barbara Coya 1515
- Indigena Auquititu
- Paulo Inkill Topac Inca
- Indigena Paskaq
- Angelica Cuxirimay Ocllo
- Catalina Ussica
Casado con Coya Rahua Ocllo
- XII Inca Huascar 1507-1532
- Indigena Ninan Cuyuch
- Indigena Topa Atao
Casado con Mama Palla Tocto Coca
- XIII Inca Atahualpa 1501-1533
- XIV Inca Tupac Hualpa 1533
Casado con Mama Runta Amaru Inca
- XV Inca o I Inca de Vilcabamba Manco Inca Yupanqui 1510-1544
- Coya Beatriz Yupanqui
- Coya Ccori Ocllo
Casado con Nsc
- Coya Leonor Tocto Chimbo † 1546
- Coya Chimpu Ocllo †
Casado con Mama Runtu
- Juana de Azarpay Inca †
Casado con nn (487) NN †
- Magdalena Sissa Ocllo †
Gobierno de Huayna Cápac
Su padre, Túpac Yupanqui, estando convaleciente en Chinchero, eligió como su heredero al más pequeño de sus hijos. Esta decisión molestó a algunas panacas cuzqueñas cuyas esperanzas estaban en que se eligiera a Cápac Guari vástago de la concubina Chuqui Ocllo. Debido a la participación a tiempo de su tío por parte de madre Huamán Achachi, el complot no tuvo éxito y fue reconocido como Inca con el nombre de Huayna Cápac.
Con un comienzo tan convulso se inició el mandato del nuevo Inca, que fundamentalmente dedicó todos sus empeños a afianzar los espacios ganados por su padre y contener las rebeliones de provincias insurrectas. Para tal fin, decidió controlar política y religiosamente el Imperio, removiendo a Apo Chalco Yupanqui, el actual Villac Umo (sumo sacerdote).
Fue la primera oportunidad en tiempos imperiales que todos los poderes residían en una sola persona. No obstante, finalizando su existencia designa a un familiar suyo, Cusi Túpac Yupanqui, como el entrante Sacerdote Mayor del Sol (al parecer éste es el Villac Umo que inviste a Manco Inca y que lo apoyaría en sus peleas de reconquista como habilidoso guerrero).
Este Emperador siempre se mantuvo cerca del Cuzco en sus años iniciales de mandato, siguiendo lo solicitado de su madre. Ya que las movilizaciones se hacían caminando, una excursión podría tener una duración de varios años, por ello mandó a su tío Huamán Achachi para que hiciera la travesía del Chinchaysuyu hasta Quito.
Sus expediciones tendían a destinarse usualmente al norte. Sucedía que, el fuerte obstáculo selvático (habitantes y la misma naturaleza) les impedía el paso hacia el este, a la par que por el sur y por el oeste ya cualquier espacio ya estaba revelado. De tal manera que, la única vía posible era el norte, prácticamente virgen y a su vez región muy insegura por la gran beligerancia de sus pobladores. Las confrontaciones en el norte se mantuvieron durante muchos años y, así, tras intrincadas y sangrientas batallas, las tribus del norte pasaron a formar parte del Tahuantinsuyu.
Primeras Campañas
Comenzó sus misiones incursionando al dominio de los chachapoyas, que se habían levantado ante el poder central al momento del fallecimiento de Túpac Inca. El Inca se hallaba en el funeral de su progenitora al enterarse del alzamiento y ordenó marchar inmediatamente a la zona. Aprovechó la oportunidad para andar aquellos pueblos como los Soras y los Lucanas, tradicionalmente relacionados con comienzo del Imperio, donde tuvo buena recepción. Luego visita Jauja, donde aplicó la ley con sabiduría, obteniendo gran reconocimiento a pesar de su juventud. Tras estar en Yauyos, reposa en Cajamarca y se alista para la larga batalla.
Los chachapoyas resultan favorecidos en las primeras escaramuzas quienes ponen en retroceso en varias oportunidades a la ejercito del imperio. No obstante, la practica inca de restaurar sus tropas dio buen resultado, dado que la nueva camada de personal lozano acabó por abatir a los cansados pero valientes chachapoyas, quienes brindaron paz sin condiciones.
De vuelta al Cuzco se ocupa de viajar la punta sur del Imperio (Tucumán Argentino y las regiones del Contisuyo), para luego retornar a la capital desde donde emprende una rauda operación a Cajamarca. Alcanza el área de selva de los Bracamoros, a pesar de que fue rechazado por los locales y por las circunstancias del suelo y del clima de la zona.
Repuesto de su enfrentamiento con los bracamoros, se movió al sector de los paltas, que habían asesinado a los emisarios que envió su padre. En conocimiento de la llegada del Inca, remitieron observadores encubiertos como leñadores, aun así, el engaño fue develado y los infiltrados obtuvieron rigurosas condenas; algunos asesinados otros cuantos, con narices y orejas sesgadas, así como con ojos extraídos. Ante tal panorama los paltas optaron por rendirse.
Tras previa estancia en su nativa Tumibamba (Cuenca) al fin arribó a Quito, donde se casaría con la princesa Paccha Duchicela, llamada Shyri XVI. Después de ello emprendería la travesía de retorno al Cuzco, autorizando previamente el inicio de las edificaciones de tipo palaciego que se levantarían en Quito. En estas operaciones se tomaron las regiones de los dialectos preincaicos del valle del Marañón. Acudió frecuentemente al templo de Pachacámac y en variadas ocasiones eran con la intención de averiguar el destino que les esperaría en una posible campaña, como la desarrollada por la orilla norte hasta Tumbes.
Rebeliones en Quito y anexión de los Pastos
Al presentarse al templo, obtuvo provechosos presagios sobre su actual campaña y la siguiente, y por ello se trasladó a Tumbes, atravesando la región que era del Gran Chimú. Esto le llevo varios años, ya que a su paso iba elaborando canales y apuntalando tierras para sembradíos. Arribado a la zona norte, se le dio parte de la insurgencia del cacique Tumbala, de la Isla Puná, y procedió a dirigirse allí.
El cacique solicitó ayuda de los poblados vecinos, pero estando todos bajo el dominio al Inca, escogió una alternativa habilidosa. Aparentó quietud frente al Inca y al retirarse su ejército en balsas, arremetió a mitad de camino y en la lucha fueron abatidos muchos Orejones (nobleza incaica). Huayna Capac, al enterarse, se enfureció y él mismo encabezó la arremetida contra los punaeños, derrotándolos tras despiadada lucha.
Campaña al Collasuyo
Más adelante, mandó a su tío Huaman Achachi a inspeccionar las nuevas zonas tomadas del norte, a la par que él se encaminó al Collasuyo. Traspasando el Collao, alcanzó la zona de los charcas y desde allí, a través del Paso del Huasco, arribó a Chile. Llegado allí, separó a los gobernadores dispuestos por su padre y colocó en su lugar a los sucesores de los viejos jefes de la zona, obteniendo la bendición de toda la región.
Posteriormente se desplazó a Chile Central, dominando de modo definitivo a los valles desde el río Aconcagua al río Cachapoal. Al fin comenzó su retorno al Cuzco por Coquimbo, Copiapó, Atacama y de nuevo el Collasuyo. No obstante, encontrándose en Cochabamba, le llegaron alarmantes novedades del Chinchaysuyo.
Los cayambis y los caranguis habían procurado ignorar el dominio imperial y se sublevaron contra el Inca. Huayna Capac reunió tropas en la zona de los collas y marchó con ellas a la capital para realizar un alistamiento final. Tras lo cual designó generales a Auqui Toma (Hanan Cuzco) y a Michi (Hurin Cuzco).
Recorrido a la costa sur del continente
Huayna Cápac transitó toda las regiones incorporadas, particularmente Quillota, Aconcagua y Mapocho. En la cuenca de Chile ungió como Curaca (su representante) a los dirigentes nativos Michimalonco y Tangalonco, colocando en plano secundario al gobernante inca Quilicanta. Posiblemente este Inca estableció de forma definitiva la extracción del impuesto en oro de Marga Marga, que tenían que remitir cada año al Cuzco los curacas de Aconcagua, y la segmentación de la autoridad política de la cuenca en dos partes: valle superior e inferior, estando este último subalterno al primero.
Alistados para las operaciones al límite norte del Tahuantinsuyo, en el año 1513 se encaminó con lo mejor de su ejército, teniendo como colaboradores a dos de sus vástagos: Ninan Cuyuchi, un habilidoso batallador, y un juvenil, pero con experiencia Atahualpa. En el Cuzco aguardaron Huascar y los menores Manco Inca y Paullu Inca.
Arribados a su nativa y remota Tumibamba, se erigió el palacio Mullu Cancha, en el cual se colocaría una escultura dorada de su madre Mama Ocllo, que estaría bajo cuidado de la tribu de los cañaris. Igualmente se edificó la Casa del Sol y la de Ticci Viracocha Pachacama. Al final llegaría a Quito, sitio desde el cual mandaría emisarios para decretar el sojuzgamiento en paz de los sublevados, recibiendo una contestación adversa.
En reunión con su Alto Mando, decide propulsar una campaña en la zona de los Pastos (Pats Awá o «gente escorpión»), al sur de la actual Colombia, para el efecto se nombran capitanes del Collasuyo, quienes declaraban ser los más capacitados para el combate en territorios como esos.
Al parecer, la aseveración resultó verdadera, ya que el triunfo fue extremadamente sencillo. Al llegar la noche se preparó una festividad entre la tropa ganadora y fue en esa oportunidad que el auténtico ejército de los Pastos irrumpió sobre los crédulos incas, despedazándolos casi en su totalidad. Aquellos pocos que se mantuvieron a salvo se fueron retirando hasta que la patrulla de los Orejones, que se había mantenido atrasada. pudo proteger el repliegue. Se comenta que actuaron con lucidez tanto Ninan Cuyochi como Atahualpa.
Sabedor de los eventos, Huayna Capac optó por mandar en esta oportunidad a la mayor parte de su tropa, la cual controló sin problema alguno la situación y ocasionó grandes bajas entre los Pastos, sin quedar mujer o niño a salvo. Ya que era temporada de lluvias, se retiraron todos a Tumibamba previendo dejar tropas y comisionados en la zona.
Habiendo solicitado refuerzos, se propuso la arremetida a la zona de los caranguis. La capitulación del primer fuerte se alcanzó con abundantes aprietos. Tras lo cual, el objetivo se orientó al refugio más importante de los caranguis, en el mismísimo centro de sus dominios, el cual era resguardado tanto por los locales como por otavalos y cayambis, que les daban auxilio. Ciertamente para eludir mayores apoyos a estos, Huayna Capac mandó que sus máfs importantes dirigentes circulen por los alrededores difundiendo la noticia de que el Inca actuaria en represalia contra el pueblo que ayudara de cualquier manera a los asediados.
Indicios de Decadencia
Habiéndose dispuesto todo, se emprendió el primer asalto al fuerte. Un rotundo revés estremecería las bases más sólidas del mismísimo Imperio. Ocurrió, por primera ocasión en la historia, el derrumbamiento del Inca. Su litera, portada por los Orejones, fue asaltada por los cayambis y los cusqueños flaquearon causando que el Inca se golpeara fuertemente contra el suelo. La confusión fue general y el único en salvarse fue Huayna Capac al ser resguardado por 3 de sus más leales capitanes. Al final, los Orejones igualmente auxiliarían y pudieron poner sobreseguro al Inca.
Lo ocurrido posteriormente a estos eventos es destacable ya que el Inca exteriorizó su ira hacia sus capitanes y sus generosos Orejones mediante algunas medidas, como rebajarles las porciones de comida o no convidarlos a los festines en el campamento. Estos, al sentirse humillados en público, se llevaron la efigie del Sol al Cuzco, siendo alcanzados por emisarios del Inca, a los cuales capturaron. Un último mensajero retornó con esta respuesta: «díganle al Inca que su poco interés y el hambre que nos consume nos hicieron dejar al Cuzco».
Al final, Huayna Capac se acerca el mismo a los Orejones y les reprende su conducta. Los Orejones, no obstante, siguen su marcha y, Huayna Capac en actitud inusitada, solicita que se quite la escultura de su madre, que se encontraba en el templo, para que la coloquen delante de los desleales. Tras esto, una indígena cañari se muestra en el camino y, mostrándose como embrujada por el espectro de la Coya, les persuade de permanecer.
Los Orejones responden al Inca: «Deseamos más ser súbditos sin vuestro favor que no vástagos desobedientes». El Inca acudió a este artificio para obtener tiempo para preparar un festín para halagar a sus capitanes. El embate contra el fuerte se retomaría con la cooperación de los Orejones, quienes tan bien combatieron que pudieron alcanzar 4 de las 5 murallas del mismo. A pesar de ello, el fracaso del hermano del Inca, Auqui Toma, forzó a una reconsideración de la situación. Ahora el mismo Huayna Capac dirigiría las acciones.
Batalla Final
Con la decisión de terminar esa guerra, se coloca al frente de una división. La otra sería dirigida por el general Michi, del Hurin Cuzco (uno de los Orejones), y la postrer estaba constituida por los militares del Chinchaysuyo. Las dos últimas atacarían por los lados, de modo sorpresivo, a la par que la división primordial, comandada por el mismo Inca, estaría encargada de sobrellevar el mayor peso en la batalla.
La contienda tardaría algunos días y, al pasar cierto tiempo, el Inca ordenaría la retirada. Su escuadrón lo seguiría y serian perseguidos por los caranguis, que dejaron el fuerte con la intención de abatir a los incas de manera definitiva. Fue en ese momento que las tropas que atacarían lateralmente al fuerte dejaron sus guaridas y las tres divisiones embistieron con tal fuerza que se apoderaron de la fortaleza en su totalidad. La venganza fue como acostumbraba el Inca, muy dura.
No obstante, y de manera súbita el emperador sería presa de una exótica enfermedad, probablemente viruela. Según el historiador Garcilaso de la Vega, el Inca pronosticó el arribo de extraños viajeros que arribarían vía marítima. Ciertamente el Inca se enteró de las naves que habían sido vistas por el litoral y que falleció alrededor de 1525 desconociendo la identidad de los navegantes.
Igualmente, no dejo claro quién iba a ser su heredero. El escogido, de alguna manera, vino a ser Ninan Cuyochi, un descendiente bastardo con gran habilidad para las armas, pero que asimismo fallecería como su padre. Ante lo grave de la situación, surgió el nombre del vástago de la segunda Coya (de la primera no tuvo hijos), Huascar Inca, quien sería el encargado de dirigir al Imperio los siguientes años, y también la figura de Atahualpa que comandaba al norte del imperio. Proseguirá una contienda civil entre ambos con el desenlace del triunfo de Atahualpa sobre su hermano.
El nombre de Huayna Capac se puede colocar como uno de los grandes mandatarios del Imperio, a la par de su padre y de su abuelo, entretanto su hijo Huascar Inca significaría la decadencia. A pesar de ello, no deja de ser cierto que el Tahuantinsuyo ya había comenzado a resquebrajarse en los tiempos previos al mandato del joven Inca.
Territorios Conquistados
Huayna Cápac fue el postrer gran inca y comenzó su gestión fortaleciendo todos los espacios conquistados por su padre, y extinguiendo las revueltas. En su gestión comprobó que el imperio ingresaba en su ocaso. Se vio en la necesidad de enfrentar a muchas rebeliones sucedidas en Chile, el Tucumán y la zona de Chachapoyas, las que fueron derrotadas.
Sucedió igualmente en su gobierno una gran rebelión de los indígenas en Quito, y fue a enfrentarla en persona comandando unos doscientos mil indígenas. Pudo dominar la sublevación, tras lo cual accedió a la región de Pasto y tras varios enfrentamientos con esos indios fieros, estableció el límite norte del imperio en el río Acasmayo, en cuyas orillas clavo estacas de oro para indicar así el confín del Tahuantinsuyo.
Obras
El emperador Huayna Capac colocó particular interés en potenciar la comparecencia inca en el sector norte por lo que hizo engrandecer a Tumibamba y Quito. Envió mitimaes cusqueños (emisarios en funciones) de alta posición y sustento un gran ejército en la zona con sus leales generales Quis Quis, Calcuchímac y Rumiñahui. Igualmente extendió el cápac ñan o red de vías, y se ocupó en mantener con buenas provisiones todas las colcas y tambos (albergues y almacenes) del imperio.
Los relatos le reconocen la implementación del sistema de pinacuna o piñas, transformando en “esclavos” a ciertas agrupaciones sublevadas para remitirlos a severas labores en los cocales de la selva de zonas elevadas.
Su obra de construcción magnánima fue el Amarucancha o Amaro Cancha, palacio inca construido en el Cuzco. Construyó también edificaciones resaltantes como el palacio Mullu Cancha, la Casa del Sol y la de Ticci Viracocha Pachacama.
Palacio de Huayna Capac Arquitectura
El Amarucancha o Amaro Cancha (en quechua: amaru kancha, «Casa de la gran serpiente»), es el apelativo con el que se reconoce a los vestigios de un añejo palacio inca construido en el Cuzco, situado frente a la plaza de Armas (antigua Plaza Aucaypata). Varios cronistas señalan a este como el palacio del inca Huayna Cápac.
Asimismo, sería el lugar utilizado para guardar las serpientes que los curacas o caciques brindaban al Inca como ofrenda, o bien como residencia de una serpiente enorme y agresiva que un mandatario inca habría transportado de su invasión del Antisuyo, aquella zona de selva al este del Cuzco.