Descubre todo sobre Manuela Cañizares, una heroína pionera de la emancipación del actual Ecuador, en su casa se reunió el grupo de patriotas, que el 10 de agosto de 1809, destituyo al poderío colonial español e instalo una Junta de Gobierno Autónoma.
¿Quién fue Manuela Cañizares?
Manuela Cañizares y Álvarez nació en la ciudad de Quito el 27 de agosto de 1769, siendo considerada una gran heroína, convirtiéndose de vital importancia para la causa de la Independencia del territorio ecuatoriano. En su hogar se realizó la reunión de los patriotas que estaban de acuerdo con un movimiento emancipador, que a tempranas horas del 10 de agosto de 1809, se rebelaron contra las autoridades españolas para instalar una Junta de Gobierno Autónoma. (Ver artículo: Quito)
Su labor no estuvo limitada a solo recibir a los patriotas en su hogar en la noche previa a la revuelta, sino también colaboró de forma activa en la reunión, tuvo un papel alentador, y algunos testigos revelan que ella obligó a los patriotas que se encontraban en su sala a que se decidieran a dar el golpe revolucionario apenas amaneciera el siguiente día, cuando varios hombres reunidos se planteaban la duda de realizar o no el movimiento.
Biografía
Para muchos no existe duda que el Primer Grito de Independencia del Ecuador fue dado por la propia Manuela Cañizares, mujer de Quito, que no solo se limitó a ser anfitriona de las reuniones del movimiento revolucionario sino que se convirtió en prócer de la Independencia.
Su nombre completo era Manuela Cañizares y Álvarez, nacida el 27 de agosto de 1769. Existen muchísimas historias sobre esta mujer quiteña, no solamente como la creadora de la Independencia, sino que también resaltaron su personalidad que se consideraba como una heroína, patriota y ejemplar de la mujer para las próximas generaciones.
El 9 de agosto de 1809, en la ciudad de Quito, se reunieron a avanzadas horas de la noche, un grupo de patriotas en la casa de manuela Cañizares. La anfitriona los recibe y atiende de buena forma, con una gran angustia causaba por el tema que iban a tratar. Esta casa se encontraba a tan solo 20 m del Palacio de Carondelet, y en el momento de la discusión donde los patriotas expresaban sus deseos de libertad, El Conde Ruiz de Castila, presidente de la Real Audiencia de Quito se va a dormir.
A mediados de las 10 de la noche el Marqués de Selva Alegre se dispone a hablar para entrar en conciencia en la sala acerca del bajón y pobreza que estaba pasando el territorio quiteño. En ese momento se empezaron a plantear las ideas golpistas. Se asignaron las personas que conformaran la Junta Soberana, que tenía la misión de derrocar al Conde.
Hubo una amplia discusión acerca de este tema y se generaron muchos desacuerdos entre los patriotas que se hallaban en esa casa, haciendo que muchos se prepararan para irse y proponían discutir ese tema otro día más calmadamente.
En ese instante apareció Manuela Cañizares y con valentía y patriotismo les critico llamándolos cobardes, quienes habían nacido en la servidumbre y les preguntaba con voz fuerte a que le temían, haciéndolos entrar en razón y que no existía tiempo que desaprovechar. De esta manera, esta mujer quiteña de 34 años de edad, mantuvo en la reunión a los asustados que se disponían a salir de la casa, determinando así con una actitud de espartana, la necesidad de volver a la reunión y dar el Primer Grito de Independencia.
Debido a ese determinado carácter la llevo a comparaciones con grandes figuras femeninas como Juana de Arco. Además Manuela Cañizales tiene en común otras características con esta gran heroína francesa, como por ejemplo sus inicios humildes y el poder de liderazgo que las representó en sus participaciones en cada una de sus correspondientes enfrentamientos para proteger a su nación.
Manuela Cañizares, tuvo gran acamo por gran parte del pueblo del Ecuador, a quien empezaron a apodar la Nueva Judith, haciéndole hasta coplas muy rememoradas por su gente, una de las más famosas las extrajo Juan León Mera y versa de esta manera:
“Nueva Judith mujer, fuerte,
que aunque acero no manejas,
dar mandobles no dejas
por dar al contrario muerte.
La patria quiere su suerte
a las espadas fiar;
pero también esperar
de una mujer mucho puede
para que Holofernes quede
tendido y sin respirar”
Varios historiadores de la época la describían como una importante heroína para la Independencia del Ecuador, que alentó a un grupo de hombres para decidirse y lleno de animo a los más asustados. Uno de los escritos más halagadores fue el “Resumen de la Historia del Ecuador” realizado por el Dr. Pedro Fermín Cevallos.
Los escritos de Celiano Monge fueron de gran ayuda para conocer más a fondo la historia de Manuela Cañizares, que la describió como una mujer muy fuerte de carácter, fue pretendida por varios caballeros de la nobleza, pero únicamente se entregó a Manuel Rodríguez de Quiroga, hombre a quien admiraba y confiaba, y por esta razón la ayudo a pronunciarse en la causa Independentista. Se consideraba una mujer hermosa, además su gran carácter, gracia y su forma de vestir le dieron un gran respeto ante los políticos de esa época.
Según muchos testigos se afirma que su origen era humilde, debido a que sus padres Miguel Cañizares e Isabel Álvarez, eran blancos pero eran de clase media, con pocos recursos económicos.
Manuela Cañizares se educó de igual forma que cualquier mujer de este periodo colonial. Aprendió a leer, escribir, matemáticas básicas y se dedicó a conocer el arte de la artesanía y la costura.
Su situación de soltería no le fue impedimento para compartir su casa con el Dr. Manuel Rodríguez de Quiroga. Se dice que él fue quien le suministro su espíritu libertador, contándole los detalles que se planeaban para derrocar a las autoridades españolas.
Algunas obras escritas de esa época, narran que Manuela Cañizares desprendía unos grandes ánimos de valentía y una cultura muy desarrollada para sus tiempos, en la que no era común ver a una mujer interesada en conocimientos culturales. Este aspecto fue el principal atributo que la ayudó a relacionarse con la flor y nata de la intelectualidad criolla, escenario que le dio la oportunidad de desarrollar sus ideas libertarias, para luego ser la protagonista del Primer Grito de la Independencia.
En el momento en el que se cumplieron los 100 años del 10 de agosto de 1809, Zoila Ugarte de Landívar realizó una obra que causó mucha controversia en la época, en la que preguntaba quién era la mujer que se encontraba entre los Próceres de Agosto, y haciendo referencia a sus características para luego halagar el espíritu patriota de Manuela Cañizares, a quien describió como el alma de la insurrección de 1809, la mártir de sus convicciones republicanas.
Manuela Cañizares no fue asesinada como gran parte de sus colegas en la lucha, más bien ella tuvo la suerte de huir. A mediados del año 1810, el Fiscal Aréchaga había solicitado la detención de Manuela por ser una de las participes del movimiento revolucionario.
Su aprehensión no ocurrió gracias a que fue defendida por una de las Marquesas, que la traslado lejos de la ciudad, a una casa de campo. En ese lugar se quedó oculta hasta 1812. Sin embargo, en la ciudad persiguieron ferozmente a todo el que tuviera relación con ella.
Manuela Cañizares volvió a su ciudad en 1813, donde falleció un año después. La enterraron en el cementerio de Tejar, hecho que se encontraba entre sus deseos antes de morir. Su tumba desapareció al pasar el tiempo, pero se sigue recordando y alzando su figura gracias a uno de los más reconocidos colegios femeninos, llamado el colegio Manuela Cañizares.
Inicios
Manuela Cañizares era una quiteña nacida el 27 de agosto de 1769, en la ciudad que se consideraba como la capital de la Real Audiencia homónima. Su padre era Miguel Bermúdez Cañizares, quien había realizado sus estudios de derecho oriundo de Popayán, y su madre era Doña Isabel Álvarez y Cañizares, quien era una dama de clase alta pero se encontraba con pocos recursos económicos. Sus hermanos eran Mariano Cañizares, José Cañizares y María Cañizares, a quienes recordó en su testamento antes de morir.
Aunque pertenecía a una familia de alto nombre por el lado de su madre, la unión no consentida de sus padres y gracias a que su padre no se encargaba de ella, se vio obligada a pasar su vida de forma independiente, en la que batallar por su supervivencia era su prioridad. Se conoce que en 1797, se alojaba solitariamente en una casa cedida del barrio de la Cruz de Piedra, lugar donde fue inspiración de un retrato realizado por el artista Antonio Andrade, haciendo notar que ya era una mujer distinguida en la ciudad de Quito.
En el año de 1805, compró una hacienda que se ubicaba en Cotocollao, actual Ponceano, que pertenecía a Gregoria Salazar. La hacienda fue comprada por 800 pesos, que luego fue alquilada por Pedro Calderón, quien pagaba 151 pesos por año.
En el momento que se alojó en la casa parroquial que quedaba cerca de la Iglesia de El sagrario, Manuela Cañizares ya era reconocida por todo el territorio quiteño, gracias a ser una dama ilustrada que realizaba reuniones para conversar de política, literatura, ciencia, artes, entre otros temas culturales.
Muchas personas de las clases altas de Quito visitaban esta casa en repetidas ocasiones, que fue apodada bajo el nombre de la casa del Sagrario. En estas reuniones que se realizaban en el hogar de Manuela Cañizares, llego a conocer a Manuel Rodríguez de Quiroga, íntimo amigo por el que sintió enorme admiración y confianza, siendo este el que la intuyo a apoyar la causa Independentista.
¿Qué hizo?
Tuvo un papel muy importante para que se lograra la decisión de que se iniciara la emancipación independentista de Quito, el 10 de agosto de 1809.
A principios de 1809, las reuniones sociales que se realizaban en la casa de Manuela Cañizares empezaron a convertirse en reuniones políticas, pero seguían con la misma cubierta de reuniones sociales, que finalizaron la noche del 9 de agosto, para que a tempranas horas del siguiente día, La Junta Soberana reemplazara de forma pacífica al gobierno de la Junta de Cadiz que se encontraba al mando del Conde Ruiz de Castilla.
De este modo fueron elegidas todas las funciones del primer gobierno criollo independiente, que influenció de inmediato a las demás jurisdicciones de la Corona que se encontraban en toda América Latina, que en 1810 dieron inicio a organizarse de manera autónoma.
La cautelosa y eficaz acción que realizó Manuela Cañizares en su hogar ese 9 de agosto, tuvo su momento de mayor impacto cuando cerró la gran puerta, luego de amenazar a los hombres que conspiraban diciéndoles que iban a tomar el palacio presidencial, aprisionar a todas las autoridades, además de realizar acciones de formar enérgica y riesgosa contra la fuerza pública pero amistosamente. Se rumora que si Manuela no hubiera hecho eso, la independencia de Quito hubiera tardado unos años más.
Otros grandes historiadores se refieren a Manuela Cañizares como una gran mujer con fortaleza, prócer de la independencia ecuatoriana, y que actuó en unos tiempos que no era común la acción política de una mujer. Gano la admiración de sus conocidos, quienes la protegían, esa valiente mujer luego se convirtió en una mujer callada, viviendo escondida de las autoridades españolas en varias partes del país. (Ver artículo: Nacimiento de la República del Ecuador)
La casa que era propiedad de manuela Cañizares pasó a ser de forma oficial la casa de la independencia ecuatoriana, siendo su anfitriona consagrada por las sucesivas generaciones desde entonces, como la heroína de la independencia ecuatoriana. Fue obligada a pasar su vida independiente en la que enfrentaba día a día una batalla por sobrevivir, convirtiendo esta en su principal prioridad, sin importar que pertenecía a una familia acomodada por el lado de su madre, que la perjudico el día que se unió con su padre.
Para 1797, Manuela Cañizares se encontraba viviendo en una casa alquilada en el barrio de la Cruz de Piedra, lugar donde fue conocida como una mujer que se hacía notar entre la sociedad de ese entonces, siendo pintada por el artista Antonio Andrade. 8 años más tarde termino mudándose a la hacienda de Gregoria Salazar que se hallaba en Cotocollao, casa que le costó 800 pesos, para luego alquilarla por 151 anual.
Manuela al momento de mudarse a la casa parroquial que se encontraba a poca distancia de la Iglesia de El Sagrario, se le otorgo el término de saloniere, que significaba para los franceses, una dama de alto ilustre que realizaba reuniones para dialogar sobre diversos temas como política, literatura, ciencias, entre otros temas interesantes. Durante estas reuniones conoció a su íntimo amigo Manuel Rodríguez de Quiroga, con quien tuvo una gran conexión y confianza.
Esta mujer era comúnmente visitada por hombres y mujeres de alta clase en el territorio quiteño, para que esta casa llegara a ser conocida como la casa del Sagrario y de su amable anfitriona. Fue conocida también por sus buenos valores, siendo la mayor parte del tiempo original, nada parecida a otras mujeres de la época, además de mantener una alta cultura en todo momento, características que la alzaron como una mujer luchadora y tenaz.
Manuela Cañizares fue una figura de renombre gracias a su valentía que nadie podía discutir. Su vida se puede resumir en su lucha patriótica y por su dedicación a amar al pueblo quiteño, que la llevo a ser una insaciable luchadora.
Se conoce que los últimos días antes de su muerte, los dedicó a la venta de encajes hechos por ella, a prestar dinero con intereses y a alquilar trajes que los pobladores usaban para ir a sus celebraciones o reuniones. Además, tenía una finca que usaba para criar ganado.
Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito
La Primera Junta de Gobierno Autónomo de Quito se dio en lo que correspondía a la Provincia de Quito, y consistió en un gobierno ejecutivo que se originó luego de que Napoleón invadiera España, y esta última se debilitara, concentrando todas sus fuerzas en su nación. De este modo se comenzó un proceso revolucionario que se extendió hasta 1812. Esta idea revolucionaria se dio el 9 de agosto de 1809 en la casa de Manuela Cañizares, para terminar de concretarla a la mañana siguiente luego de derrocar al Conde de Ruiz de Castilla, quien presidia la Real Audiencia de Quito.
A este suceso histórico se le da el nombre en todo el territorio ecuatoriano y en los demás países cercanos como el Primer Grito de Independencia Hispanoamericano, ya que se proclamó el comienzo del proceso emancipador de América Latina. Además, a los que estuvieron presentes en aquella reunión se les conoce como los patriotas del 10 de agosto de 1809. De los cuales, 32 patriotas que participaron en esa sonada, fueron perseguidos, encarcelados y ejecutados por órdenes de Ruiz de Castilla en el Motín del 2 de agosto de 1810.
Este movimiento revolucionario fue guiado por un grupo de personas de alto nivel intelectual, por doctores, marqueses y criollos que residían en Quito. Fue instalada bajo el poder administrativo de quiteños y no de españoles peninsulares. Estos acontecimientos se ampliaron hasta 1812, siendo de gran impacto en el resto de Latinoamérica, convirtiéndose en el germen de la independencia.
Últimos años y muerte
Manuela Cañizares realizó un testamento el 27 de agosto de 1814, escrito durante sus atormentados últimos días, encerrada en una casa de campo, soltera, sin hijos, sobreviviendo gracias a su trabajo de encajes y por alquilar trajes que eran usados para celebraciones, además de mantener la finca de Cotocollao, donde hacia la cría de ganado.
Según investigaciones se presume que Manuela Cañizares falleció unos pocos meses después de escribir su testamento, el 15 de diciembre de 1814, que puede asegurarse con las escrituras de la compra-venta de su hacienda, que paso a ser propiedad de Josefa Cáceres en 1815, quien pagó 1950 pesos por ella. Con respecto a su fallecimiento, José Dolores Monsalve expresa que se dio mientras se encontraba en el convento de Santa Clara de Quito, pero otros historiadores dicen que falleció oculta en el Valle de los Chillos.
Frases y obras
No se conocieron muchas frases célebres de Manuela Cañizares pero existe una que es recordada por todo buen patriota del territorio ecuatoriano, que fue la frase que se considera el Primer Grito de la Independencia, expresando un sentimiento revolucionario y lleno de patriotismo. Esta frase cita de esta manera:
“Cobardes…! Hombres nacidos para la servidumbre… de qué tenéis miedo…? !No hay tiempo que perder…!”
Casa
Esta casa es mayormente conocida como la Casa de Manuela Cañizares, que anteriormente era popularmente llamada la casa parroquial de El Sagrario, hasta que un grupo de patriotas que habitaban en la ciudad de Quito en el acto que se realizó en 1809. Para mayor comprensión, El Sagrario es la iglesia principal de la parroquia eclesiástica homónima, que constituía al Centro Histórico de Quito, ya que la Catedral Metropolitana es templo más importante de toda esta área ecuatoriana.
Historia
Según estudios de varios historiadores, la primera distribución de solares realizada por el Cabildo de Quito en 1534 le asignó al Cura Juan Rodríguez todo el territorio del extremo suroeste de la Plaza Grande hasta la quebrada de Sanguña, ósea, la mitad oeste de la Catedral, la iglesia de El Sagrario, en la que se hallaba la casa que tiempo después paso a ser propiedad de Manuela Cañizares.
Con el pasar de los años, el cura Rodríguez negoció la elaboración de la Catedral en toda la parte Sur de la Plaza, además de la capilla por atrás, y con el uso reservado de la casa parroquial para la curia. Por esta razón, se presume que esta casa fue propiedad de la Iglesia Católica desde la creación de la propia ciudad. Este apodo que recibió la casa se debió a la fuerza que tuvo la parroquia El Sagrario el 4 de noviembre de 1694.
Las partes mejor valoradas de la casa, que eran las que veían al exterior, se alquilaron a principios de los años 1800 por Manuela Cañizares, en donde monto su negocio de saloniere, término que se usaba en Francia para las mujeres de gran ilustre y de renombre que brindaba un espacio para beber, comer y discutir gran variedad de temas relevantes de la época como política, literatura, filosofía y ciencias.
En el periodo que albergo Cañizares esta propiedad es cuando esta casa tuvo su momento más relevante en su historia, debido a que en su seno hubo una reunión la noche del 9 de agosto de 1809 para realizar todos los preparativos necesarios con la intención de derrocar al presidente de la Real Academia de Quito, el conde de Ruiz de Castilla.
Durante la reunión fueron aflorando algunas dudas en varios hombres, cosa que los hizo ir preparándose para su partida, con la intención de posponer el golpe de Estado para otra ocasión, pero en ese momento salió Manuela Cañizares con su famosa frase para detenerlos y hacerlos entrar en razón: “Cobardes…! Hombres nacidos para la servidumbre… de qué tenéis miedo…? !No hay tiempo que perder…!” frase que se le conoció como el Primer Grito de Independencia Hispanoamericana.
A principios de la era republicana, según algunos documentos de la época, el 4 de mayo de 1833, el presidente de ese entonces Juan José Flores busco poner a la venta las casas del antiguo Colegio de San Luis, que fueron propiedad del Estado, luego de la exclusión de los jesuitas. En estos documentos se encontraba la casa que estaba al lado de la Iglesia de El Sagrario.
Por su condición de casa parroquial de El Sagrario, este contiene en su interior documentos de gran importancia, como textos de nacimientos, bautismos y defusión de varios hombres importantes para la historia de Quito, debido a que casi todos eran parte de esta parroquia eclesiástica.
Arquitectura
La arquitectura de esta casa es de estilo colonial que comprende una planta baja y un piso, comprendiendo una fachada de un género neoclásico, que se puede suponer que de las primeras edificaciones de la ciudad por su rigidez en el diseño. Contiene soportes de roca en la planta baja, con el borde de la entrada construida también de rocas para destacarse de las demás puertas. (Ver artículo: Arte neoclásico)
En el piso de arriba, se pueden apreciar vanos de forma rectangular que están paralelos a las puertas del piso de abajo, tiene balcones que se encuentran protegidos con barrotes de hierro encima de repisas de roca, decorados con telas laterales de columnas dobles. La cornisa no es de mayor complicación, que sigue y apoya el techo de tejas estilo español con alero que resalta con destino al exterior.
Una parte de la edificación, que se localiza al Norte, contiene una fachada lateral con dirección a la placeta de entrada a la iglesia de El Sagrario, además se puede apreciar una ventana con balcón la planta alta, mientras que en la planta baja solo se ve una ventana de escasas dimensiones que sustituye una puerta.
Vestimenta
Manuela Cañizares nació en un hogar humilde sin muchos lujos a pesar de que tuviera una familia acomodada por parte de la madre. Con mucho esfuerzo Manuela fue adquiriendo su propio dinero y pudo darse ciertos gustos, comprándose prendas de calidad y accesorios que le daba un toque de elegancia a su presencia. Era una mujer que se vestía de buena forma para una mujer soltera de la época sin haber adquirido dinero de sus familiares