Descubre todo sobre los Comechingones, con este nombre se hace referencia a dos tribus autóctonas de la República Argentina habitantes de las sierras centrales de ese país.
Origen de los Comechingones
La antigüedad de este pueblo en la serranías argentinas es muy remoto. Los Comechingones habitaban las montañas que se encuentran en las provincias de Córdoba y de San Luis.
Eran poblados pequeños, organizados, donde eran gobernados por un cacique. De estos centros poblados, los más destacados eran los que componen el Departamento de Ischilín, el valle de Punilla, el valle de Calamuchita, el valle de Río Primero y el valle de Río Cuarto. El valle de Río Primero fue el lugar donde en 1573 se realizó la fundación de la ciudad de Córdoba.
En las sierras cordobesas también se han hallado restos arqueológicos precerámicos, que se han relacionado a estas comunidades. Dichos restos arqueológicos tienen una antigüedad de aproximadamente cinco mil años.
Se hallaron elementos como puntas de lanzas elaboradas en piedras que se cree sean de la época paleolítica y algunos de estos elementos fueron encontrados por los españoles durante la conquista, y mencionados en algunos de sus documentos con la denominación de “medias picas”.
Los Comechingones que habitaban la sierra oeste de lo que hoy se conoce como Córdoba, vivían en condiciones diferentes a otros pueblos de la región. Para la llegada de los conquistadores en el siglo XVI, se encontraban organizados como pueblos agricultores.
Los Henia habitaban la zona norte y los Kamiare al sur de la región. Ambos pueblos conformaban principalmente a los Comechingones, junto a otros en menor número.
Al referirnos a la palabra Comechingón se habla sobre las características del terreno, de acuerdo a la apreciación de las etnias circundantes.
También se dice que el término fue utilizado por la tribu de Sanavirones en forma de mofa, ya que comparaban a los indígenas que hacían vida en las cuevas de la región, con unos roedores denominados vizcacha que solían vivir entre las rocas.
Los comechingones se diferenciaban de los indígenas de otras regiones, por ejemplo de los incas, por su aspecto físico, ya que esta población indígena, se caracterizaba por ser caucásicos, barbudos y de estaturas superiores a 1,70 mts.
Significado
El origen de la palabra Comechingón tiene diferentes historias. Una de ellas es que etimológicamente tiene su origen de “comi” que significa sierra, luego el término “chin” que se interpreta como pueblo, y finalmente “gon”, que es el plural de la palabra pueblo, es decir significa “pueblos de las serranías”.
Para otros intérpretes esta expresión connota amplitud y abundancia al tener el sufijo “gon”, por este motivo le agregan “el valle de las sierras de abundantes pueblos”
Otra historia relata que la comunidad indígena de los Sanavirones, utilizaban el término Comechingón para hacer referencia aquellos indígenas vecinos, que vivían alejados de los poblados del valle, y que habitaban en comunidades dentro de las cuevas circundantes a las sierras. Por esta razón, para los Sanavirones, el término Comechingón es sinónimo de citar a los que moran en las cuevas.
La última historia señala que Comechingón tiende a ser como un grito de guerra. Esta palabra tendría otro significado como por ejemplo: matar, morir.
Se cree que originalmente este grito de guerra era utilizado por algunos indígenas para ordenar el ataque, en un momento de defensa de su población. Se dice que por usar el término reiterativamente se quedó como el nombre de la tribu. Al parecer las tres historias son muy utilizadas para dar significado al término Comechingón.
Comechingones puede ser el plural de la palabra pronunciada por los indígenas Sanavirones, “Kamichingan”, con la cual se referían a estos aborígenes y que los españoles escucharon durante su expedición en el año 1544.
Por esta razón se dice que el nombramiento a este pueblo fue realizado por los conquistadores europeos durante su paso por Santiago del Estero, quienes hicieron una interpretación de la palabra pronunciada por los indígenas.
Algunos expertos en la materia, han establecido al término Comechingón como una palabra compuesta por distintas lenguas, lo que hace referencia a la composición étnica de la zona, la cual era muy diversa.
Como se puede observar hubo mucha diversidad con relación a este término, que en líneas generales se refiere a las serranías pobladas de la región y a los habitantes de las cuevas que allí se encontraban.
Por último Jerónimo de Vivar, español de la época de la conquista, escribió en 1558 una crónica en la que refería que el término Comechingón era un grito de guerra de los indígenas que significaba “Muerte a ellos”, es decir muerte a los invasores.
Características
Los aborígenes que poblaron las sierras de Córdoba en la región que compone la actual República de Argentina, tenían determinadas características, las cuales han sido estudiadas por los investigadores Alberto Rex González, José Imbelloni y Antonio Serrano, quienes publicaron una obra escrita denominada: “Comechingones y los primeros españoles en Calamuchita”, de donde se extrajo algunas de las características junto a las de otras publicaciones.
Aspectos Físicos
Algunos investigadores de las étnias de la región han determinado que uno de los aspectos que caracterizó a esta población indígena era su aspecto físico ya que provenían de linajes pámpidos y patagónicos.
Entre las características físicas de estos aborígenes estaban: “cara ancha, cabeza alta, nariz mesorrina, paladar amplio, mayor pilosidad y pigmentación que otros indios” (Signorile- Benso 2006: 31). Por lo que se supone que estas poblaciones indígenas eran pertenecientes a la entidad biológica andina.
También entre sus rasgos físicos los antropólogos han establecido que esta población era de aspecto caucásico, algunos de ellos de ojos claros de color verde, fornidos, espigados y de mayor talla con respecto a otras etnias.
Vestimenta
Debido a las condiciones climáticas de las sierras, los Comechingones utilizaban vestimentas que los cubrían bien. Describen los investigadores que era común el uso de poncho, chiripá y ojotas. Sin embargo cuando habían épocas de temperatura más bajas, se colocaban vestimentas de lana como una túnica a media pierna cosidas por los laterales y se protegían con prendas de cuero de animales de la zona.
La lana de los camélidos era trabajada para los tejidos. Los indígenas domesticaron estos animales en cantidad. Se evidencia el trabajo de la lana en materiales hallados en la región, como por ejemplo, morteros, algunos de barro.
Estos tejidos eran realizados en forma minuciosa con tramados pequeños y se utilizaban además de vestimenta, como mantas o cobertores, también prendas con aberturas y adornos como varillas y piedras. En ocasiones se cubrían la cabeza con una especie de gorro hasta las orejas o también una cinta tejida que pasaban sobre su frente y alrededor de toda la cabeza conocidas con el nombre de vinchas.
Se han encontrado algunas estatuillas o figuras de barro que muestran el uso de adornos en las vestimentas.
Otros aspectos
Los Comechingones eran caracterizados por utilizar una larga cabellera negra y grandes barbas pobladas. Llama la atención que aun en la pubertad estos indígenas varones ya llevaban barbas.
Se cree que elaboraron herramientas con piedras, como las puntas de las flechas, hachas y los morteros. También elaboraban collares y distintos ornamentos para las vestiduras.
Se procuraban sus alimentos con la caza de algunos animales pero principalmente por el desarrollo de la agricultura para lo cual utilizaban diversos implementos elaborados con huesos y piedras.
También se caracterizaron por estar dispersos en el territorio y por ser etnias hospitalarias que permitieron el acercamiento de otras poblaciones.
Ubicación de los Comechingones
Estos pueblos que conformaban los Comechingones, habitaban las zonas montañosas de las regiones compartidas por las provincias de Córdoba y de San Luis.
A pesar de ser denominados con el mismo término, eran poblados independientes, cada uno de ellos tenía su propia estructura social y costumbres intrínsecas.
Se conoce que habitaron principalmente las localidades de Quilino y Ongamira pertenecientes al Departamento de Ischilín. El Valle de Calamuchita fue uno de los lugares donde se evidenció la presencia de estos indígenas en mayor número. También habitaron las zonas del el Valle de Punilla , el Valle de Río Cuarto y el Valle de Río Primero.
Algunos lugares donde se ha establecido la presencia de estas etnias indígenas desde épocas prehispánicas han sido, de acuerdo a los investigadores, yacimientos de Ongamira y Observatorio, yacimiento de Ayampitín en Pampa de Olaen, la gruta de intihuasi, en San Luis, Ongamira, entre otros.
Es importante mencionar que estas culturas indígenas tenían influencias de distintas culturas de la patagonia y de las pampas, la cultura incaica no llegó hasta estas etnias y la cultura amazónica fue muy poca, lo que hizo que estos pueblos fueran diferentes y se distinguieran de otras etnias. Sería interesante que leyeras todo sobre los pueblos originarios de Argentina.
Costumbres
Los pueblos que conformaron a los Comechingones tenían costumbres para subsistir, se valían de la agricultura, la recolección de frutos, la ganadería y la caza.
Estos pueblos ocuparon grandes extensiones territoriales aunque no eran de gran densidad demográfica.
Acostumbraban aplicar técnicas de cultivo sobre todo de la soja, maíz, porotos, quinoa. Eran recolectores de frutos como el del algarrobo y el del chañar.
Procesaban los granos en morteros originados dentro de las rocas y conanas, de esta manera preparaban la molienda de la quinoa y del maíz.
Otras costumbres de los Comechingones era la religiosa, donde hacían rituales, y veneraban al dios del sol. Realizaban danzas ceremoniales y tenían cierto fervor por las aves como en el caso de las águilas o del cóndor. Éstas estaban asociadas a lo mítico.
Los sacerdotes o chamanes acostumbraban utilizar hierbas alucinantes durante los rituales para recibir los mensajes de los dioses y dar las instrucciones a su pueblo. Estas hierbas eran molidas o procesadas también en morteros y al ser inhaladas por el chamán lo transformaba y le daban el poder para llevar a cabo el ritual.
Los Comechingones solían dejar registro de sus actividades a través de pinturas y grabados en su mayoría dentro de las cuevas donde residían.
Este pueblo dejó la mayor cantidad de pictografías y grabados que ningún otro pueblo dejó en estas regiones. Se dice que dejaron más de 1000 obras de arte rupestre en cuevas y cavernas de la región.
En estas obras dejaron reflejadas sus costumbres y formas de vida. La cría de animales, los rituales, la agricultura, sus vestimentas y muchas otras cosas.
Tenían por costumbre enterrar a sus muertos en posición fetal y rodeados de cuero de animales y a los niños en unos recipientes elaborados en barro.
Otra de sus costumbres eran las celebraciones, por ejemplo la de la pubertad, las niñas al tener su primer periodo menstrual recibían un festejo, así también lo hacían en los casamientos, en la muerte de sus habitantes y en el nacimiento de las criaturas.
Al igual que otras comunidades indígenas, en estas celebraciones bebían preparados fermentados que formaban alcohol, por lo cual terminaban embriagados.
Alimentación
La fuente alimenticia de estos nativos argentinos habitantes de las serranías de Córdoba, no era muy diferente de las que consumían los otros grupos indígenas. Claro está tomando en consideración las condiciones climáticas de la región, variaba el tipo de alimentos cultivados.
En cuanto a los camélidos criados por estas etnias, servían de alimento por el consumo de su leche y de su carne.
Otro de los alimentos que comúnmente ingerían eran los huevos de las aves, la carne de estas que les proporcionaba variedad en la alimentación. Sobre todo porque eran sumamente abundantes en la región y esto era aprovechado por los Comechingones.
Eran pueblos sedentarios, el medio donde se desenvolvían les proporcionaba gran parte de su alimentación, por tanto el esfuerzo por adquirir su sustento era menor que el de otras tribus ubicadas en otras regiones.
La presencia de mamíferos salvajes, aves, liebres, serpientes y muchos animales en la zona, hacían posible la alimentación de estas etnias. Muchos de estos animales atravesaban las sierras en grupos de gran número, por lo que les resultaba favorecedor para la caza de los mismos. Te invitamos a leer sobre la Comida típica de Argentina.
Ejemplo de estos eran los venados, los cerdos salvajes, pumas y otras fieras. Las aves eran abundantes en esas áreas.
En el caso particular de los ñandúes, no solo eran consumidos en su alimentación, sino que sus partes eran utilizadas, como por ejemplo, los huesos para herramientas, el cuero para las bolsas donde recogían las frutas y otros cultivos, los tendones para las costuras de sus implementos, es decir, hacían uso de todo el animal cazado.
Para el cultivo de sus alimentos, se apoyaban en sistemas de riego elaborado por ellos aprovechando las pendientes de la región. Cultivaban pequeños lotes de terreno para controlar las cosechas.
Diversos productos se daban en la zona, como por ejemplo las papas, los zapallos, el maní, la quinoa, que eran cuidadosamente recolectados y en algunos casos almacenados para su subsistencia. Puedes leer todo sobre las semillas de quinoa.
Los frutos también formaban parte de su alimentación. Estos generalmente se encontraban de manera salvaje en las tierras habitadas por estos indígenas, así como en zonas aledañas.
Los frutos eran aprovechados por estos habitantes de las serranías, algunos de estos fueron los higos, tala, algarrobas, duraznos entre otros.
Con el algarrobo negro solían preparar una bebida alcohólica llamada aloja, que consumían con frecuencia en las celebraciones y con el algarrobo blanco una bebida no fermentada, más bien refrescante, que tomaban cuando tenían la oportunidad de obtener este fruto, esta bebida fue denominada añapa.
También con el uso de los morteros procesaban los granos y las chauchas para formar unas harinas con las que elaboraban platos, como por ejemplo el patay que era una clase de pan algo dulce.
El dulce lo obtenían de las frutas, pero también de la miel, que era posible consumir por los panales de abejas que se daban de forma natural en esas áreas.
Viviendas
Los Comechingones vivían en unas chozas construidas muy cerca del suelo, estaban ubicadas sobre concavidades de las montañas, lo que hacía que estas viviendas quedaran por debajo del nivel del terreno.
Al estar semi subterráneas podían mantener ese espacio cálido para combatir las temperaturas bajas de las sierras. Las viviendas les daban protección de las condiciones del clima y de los animales que hacían vida en la región.
Algunas de estas viviendas eran de gran tamaño, por lo que varios grupos familiares la compartían.
En la actualidad es posible observar algunas de estas viviendas en la región. Estas casas tenían un piedras como un soporte del techo de paja, ramas y troncos de árboles.
En ellas se aseguraban de contar con mejores temperaturas en las épocas de calor y de resguardo del frío en las temperaturas bajas.
A la entrada de las mismas tenían una pequeña pendiente o rampa hacia el interior de la cueva y dentro se encontraba el fuego con el que cocinaban y que también le daba calor al lugar.
Las concavidades de estas montañas fueron refugio de los aborígenes y la causa de su nombre, ya que las etnias Sanavirones les comparaban con roedores que se escondían entre las piedras montañosas.
Éstas viviendas construidas de piedra semi sumergidas en las sierras o cavadas en tierra y cubiertas con madera de paja podían estar unas cercanas a otras o aisladas.
Los materiales fueron cuidadosamente elegidos ya que era necesaria que protegieran su estadía. Algunos restos arqueológicos indican que los habitantes de estas viviendas se mudaban a otras con frecuencia, de acuerdo a las condiciones climáticas y a la estación del año. Por ejemplo, aquellas viviendas más profundas eran dejadas en épocas de calor para establecerse en otras en la superficie.
Lengua
Los Comechingones tenían dos grupos étnicos que aportaban su lingüística: los Henia y los Kamiare. Los Henia estaban ubicados al norte de la región y los Kamiare al sur. La división entre un pueblo y otro era la sierra de los gigantes.
De acuerdo a los investigadores, las diferencias de estos grupos no sólo era por el lenguaje, sino también por diversos aspectos de su cultura.
Por ejemplo los Kamiare desconocían el trabajo de la cerámica moldeada inmersa en cestos, pero que era común en la región de los henia.
En cuanto a los gentilicios de los Comechingones, se mantienen actualmente como apellidos, por ejemplo: Sauletas, Pascos, Nodolmas, Auletas, etc.
El estudio etimológico de los nombres propios de esa región se determinó que quedan algunos como Olahen, Tohaen, Camicosquin, que se ubican en la zona del valle de Punilla.
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De la lengua de estos indígenas se conocen pocas palabras, que se saben que en realidad existieron, otras que se tienen dudas sobre su existencia y otras que han sido interpretadas de manera errónea.
Esta lengua indígena extinguida, no se ha podido clasificar. Los henia y kamiare se pueden reconocer por sus dialectos de las regiones habitadas, al norte y al sur de las sierras.
Se dice que su dialecto pudo ser afín con el michilingue y el indamú o relacionado con el sanavirón y el diaguita. Algunos expertos afirman que del Comechingón surgieron variedades como el main, mundema, yuya y umba. Te invitamos a leer sobre los Diaguita.
Se considera al Comechingón como una lengua con gran cantidad de vocablos por tanto es más rica que otras y también más precisa. Sin embargo se han mantenido solo algunas de ellas.
Se dice que la forma de entonar las palabras de los Cordobeses está vinculada con la lengua comechingona.
Algunas palabras de los henia y de los kamiare son las siguientes:
Palabras de los Henia
- Henen, henin, hen, pitin –significa Pueblo
- Naguan, acan nave – significa cacique
- Lemin –significa pescado
- Butos – significa casa
- Tica – significa mojón
- San – significa agua o río
- Chi – significa pezón
- Eara – significa peñasco
Palabras de los Kamiare
- Luimin – significa pescado
- Nave, navira – significa cacique
Religión
La religión formaba parte de la cultura del pueblo Comechingón. Para ellos su creencia principal estaba basada en la adoración a un dios que se relacionaba con la luz solar. El sol era la energía principal de esta etnia, es decir, el sol era el elemento mágico del cual ellos recibían beneficios.
También era común en ellos, la práctica de las danzas y de la magia durante las ceremonias, se cree que estos rituales eran costumbres amazónicas adoptadas por este pueblo. En algunos pictogramas de Cerro Colorado se puede visualizar representaciones de dichos actos.
En sus rituales, el sacerdote o chamán solía utilizar hierbas o frutos, se cree que el cebil que es un árbol de la localidad, la que le ocasionaba efectos narcotizantes. Durante este acto era absorbida dicha hierba para obtener la fuerza y sabiduría para realizar los rituales y encaminar a su pueblo.
El efecto alucinógeno de las hierbas hacía que el chamán obtuviera el poder de recibir instrucciones de sus dioses y de llevar a cabo las actividades de los rituales sin temor alguno.
En la zona se han realizado hallazgos de piedras que se cree eran utilizadas para moler las hierbas y los frutos para conseguir estos efectos, el cual también era ofrecido a algunos miembros de la tribu.
Los comechingones también rendían culto a las aves, las relacionaban a lo mítico ya que le daban verdadera importancia al hecho de que tenían la capacidad de volar. La fuerza de las águilas o de los códores era venerada por esta etnia.
El pueblo Comechingón realizaban ceremonias para diferentes eventos en la vida de la comunidad. El recibimiento de algún nuevo miembro de la comunidad cuando alguna mujer daba a luz, era motivo para una reunión llevada a cabo como un ritual.
La primera menstruación de las jóvenes de la tribu, era un acto conocido por todos y ceremonial. Así mismo, el fallecimiento de alguna persona del pueblo, era llevado al lugar de los rituales para su despedida.
Las uniones o bodas eran festejadas como actos ceremoniales y durante estos festejos era permitido el uso de bebidas fermentadas alcohólicas que le causaran la embriaguez.
En los funerales de los adultos de la tribu, se acostumbraba realizar un ritual y colocar el cadáver en posición fetal o acurrucado y envolverlo en pieles de animales.
En cuanto a los funerales de los niños el ritual se realizaba colocando el cadáver dentro de una vasija o recipiente elaborado en barro, el cual era usado como urna.
Los Comechingones eran un pueblo religioso y su cultura era autóctona, se dice que no tuvo la influencia incaica y escasamente la amazónica.
Rituales y Creencias
Para los Comechingones las deidades a las que le rendían culto eran varias, no obstante las principales para ellos eran el sol y la luna. Estos elementos eran como los dioses creadores de todo aquellos que ellos conocían, y que les proporcionaba no solo la luz, sino seguridad ante las fieras y animales salvajes, porque por su luz podían ver, y también la alimentación.
Este pueblo era agradecido con el Dios del Sol porque de él recibían el calor, que en algunas épocas del año era, si se quiere, más necesario por las cualidades climáticas de la región.
Durante la el día con la iluminación del dios solar, era posible cultivar y recolectar frutos que les permitía alimentarse, de ahí el agradecimiento con esta deidad.
Estos indígenas también le rendían culto a deidades de los pueblos del noroeste, como lo era el yastay, el chiqui o el uturuncu. Cuando les tocaba realizar luchas o guerras, solían hacerlas en horas de la noche, en donde la luna estuviese presente, para que les acompañase y les fortaleciera para ganar los combates.
Es por esta razón que se dice que la luna era muy preciada por los indígenas, les agradecían su luz y su constante presencia cada noche.
La luz de la luna era considerada protectora de su pueblo y algunos rituales eran celebrados en la noche para que la luna estuviese presente en él.
Los comechingones tenían un espacio pequeño dentro de las mismas cuevas, que se destinaba a la purificación del cuerpo, consistía en un pequeño sauna o baño de vapor donde se relajaban y se purificaban.
Sus santuarios estaban ubicados en lugares abiertos donde se sentían cómodos con el ambiente como por ejemplo en grutas, en lugares altos de las montañas, en ríos o manantiales, se cree que los espacios para sus ceremonias eran lugares que les ofrecía la energía y belleza de la naturaleza. En esos lugares se realizaba la congregación de los indígenas para desarrollar los rituales o ceremonias.
El cerro Charalqueta, ubicado en Ongamira, que fue un lugar donde los rituales eran ofrendas y reverencias al dios de la alegría, el dios de la esperanza y de las sonrisas.
Era un sitio para elogiar a la felicidad y tenerla presente. Sin embargo cuando los indígenas se vieron imposibilitados de huir de los conquistadores y sin poder evitar ser capturados por estos, muchos tomaron la decisión de quitarse la vida, siendo aquel acto un suicidio masivo.
De este modo el cerro que alguna vez fue el de la alegría, las sonrisas, la esperanza y la felicidad, se convirtió en el cerro del dios Colchiqui, que representaba a la tristeza, el sufrimiento, el dolor y la fatalidad, pasando a ser un lugar para nada apreciado.
También en las serranías de los Comechingones, en Merlo, San Luis, se ubica un lugar que fue utilizado como ceremonial, actualmente arqueológico, mítico y religioso de esta etnia.
Está compuesto de un montón de piedras colocadas en dirección norte a sudeste, con una entrada marcada, una vez se cruza el lugar hay piedras ubicadas en el talud en forma de escalones junto con otras piedras de menor tamaño.
Al final se ve el altar que es una piedra pulida en la superficie de arriba, en forma de cubo y con un hundimiento en uno de los costados, más arriba, sobre el talud una gran piedra.
Algunos investigadores han concluido que este lugar sagrado era para el encuentro del ser humano real con el ser divino de sus creencias, por lo que era mítico. Un lugar de respeto por ser el sitio para las ceremonias y los rituales.
En las pinturas rupestres dejaron figuras que advierten cómo eran los rituales mágicos y las ceremonias. Algunas de estos pictogramas pueden ser vistos en el Cerro Colorado. En ellas se puede apreciar al chamán hechicero, quien aspiraba las hierbas alucinógenas, y realizaba los ritos ceremoniales.
Existen referencia de lugares ceremoniales en la localidad de Quilino que se encuentra ubicada al noroeste de Córdoba, donde se supone se realizaban rituales mágicos.
Arte
La principal manifestación artística del pueblo Comechingón fue la del arte rupestre. Sus obras pictográficas dejaron un registro de las actividades que comúnmente realizaban en estas comunidades indígenas.
En el Territorio de la República Argentina, el arte rupestre que se ha hallado con mayor presencia fue el realizado por el pueblo Comechingón. En estas obras se nota la mística, la habilidad y dedicación que los artistas indígenas le dieron a estas pinturas. Se puede observar la sensibilidad hacia el medio ambiente, los animales y a su propia cultura, al dejar un reflejo de estos elementos en cada obra hallada.
Estos dibujos están realizados en numerosas cuevas, grutas, piedras a lo largo de la sierra de Córdoba. También es posible ver grabados elaborados minuciosamente, con detalles, lo cual expresa dedicación y entrega al arte.
Se cree que estas obras de arte son tan numerosas que superan las mil pictografías y grabados. No todas ellas están a la vista, muchas se encuentran en lugares recónditos, tal es el caso de obras encontradas en las sierras de Viarava y Charava, también otras en Inti-Huasi o conocida como Casa del Sol, en la nombrada Casa de Piedra ubicada en el departamento de Tulumba, otras en las montañas de Veladero, en Bola y en la Máscara, que se encuentra en el departamento de Sobremonte.
En Río Seco se encuentran otras obras pictóricas de los Comechingones, tal es el caso del Cerro Colorado y otros hallados en el cerro La Quebrada de la misma localidad.
Las Piedras Pintadas de la etnia Comechingón se encuentran en el departamento de San Javier. Existen otras Pictografías y Piedras Pintadas en las orillas del arroyo de Luapampa en las adyacencias de Pichanas.
En el departamento de Río Cuarto también se encuentran obras de arte rupestre que se relacionan con el pueblo Comechingón.
Los Comechingones no desarrollaron su arte en las cerámicas, solo escasas piezas artísticas decoradas con formas geométricas, más es destacable el hecho de que trabajaron el tejido de vestimentas, mantas, bolsos y otras piezas de las que se servían para el desempeño de su vida cotidiana.
También era importante la elaboración de piezas en piedra y huesos como puntas de flechas, hachas y instrumentos de trabajo como es el caso de los morteros y conanas para moler los granos. Elaboraban collares y adornos de las vestimentas con huesos.
Se han localizado estatuillas realizadas por esta comunidad, elaboradas toscamente, con formas humanas de hombres y mujeres, donde se destacan los brazos y piernas, y curiosamente los genitales.
En estas estatuillas se puede determinar el sexo de la figura representada además en ellas se destacan los glúteos, lo que ha hecho que se interprete como un rasgo común de los indígenas comechingones, de los henia y de los kamiare, no obstante, algunos especialistas se inclinan a pensar que dichas representaciones tienen que ver, más bien, con un elemento simbólico.
Este elemento simbólico que destaca los genitales de hombres y mujeres, así como de las nalgas de estos, serían utilizadas en rituales para practicas de magia relacionadas con cultos a la fertilidad de los miembros de su tribu.
Organización Social
La organización social del pueblo Comechingón estaba fundamentada en la familia. El núcleo familiar permitía mantener unida a la etnia.
En cada casa de estos grupos convivían varios matrimonios unidos por parentescos. Estas familias tenían asignadas tierras para trabajarlas en comunidad. Las tierras eran sembradas para alimentar a la población de la etnia.
También se dedicaban al pastoreo y cría de camélidos para uso de su lana y para consumo de la comunidad. Realizaban zanjas donde acumulaban el agua que les servía para hidratarse y para el riego de los cultivos.
La población habitaba asentamientos donde se agrupaban hasta cuarenta viviendas. Estaban organizados, guiados por un cacique que tenía mayor jerarquía que el resto de los habitantes. Este cacique era nombrado en ese cargo por herencia, aunque si la población crecía demasiado, se separaba y conformaba otra con un cacique propio, pero siempre manteniendo vínculos con sus originales.
Estos pueblos desarrollaban sus áreas de cultivo, logrando ocupar gran parte de los valles serranos, siendo poseedores de grandes extensiones de tierra, aunque su población no era tan numerosa como otras tribus.
El ordenamiento de la etnia se basaba en el de la familia, pues en sus viviendas compartían y hasta era posible purificar sus cuerpos con baños de vapor que compartían. Tenían el compromiso del cuidado de de las tierras, de los cultivos, del pastoreo y de la familia.
Economía
Los indígenas Comechingones se dedicaron a la agricultura para el cultivo de sus alimentos. Durante el desarrollo de las siembras y cosechas aplicaban el riego artificial y la recolección de frutos silvestres. En la sierra cordobesa recogían algarrobas con los que elaboraban bebidas y el chañar.
También se dedicaban a la caza de animales para alimentarse, como por ejemplo, ciervos, liebres, vizcachas, iguanas, diferentes aves y el ñandú.
Practicaban la pesca en los arroyos y ríos de la zona. El área de cultivo estaba delimitada por piedras a las que llamaban pica, o las demarcaban con cercas de espinillos.
Los Comechingones cultivaban porotos, maní, maíz, quinoa, papas, y otros que eran cuidados por las familias. Para cultivar de manera próspera tenían un sistema de riegos artificial, a través de zanjas donde almacenaban el agua, formaban pequeñas represas cercanas a los arroyos. Puedes leer todo sobre cómo sembrar maíz.
Otro elemento que formaba parte de la economía de esta etnia, era la cría de animales, como, aves y camélidos que constituían el mayor número. Esto lo dejaron reflejado en los pictogramas de las cuevas de regiones de Córdoba. De las alpacas y las llamas también obtenían la lana para elaborar los tejidos.
Cultura
La cultura del pueblo comechingón, tuvo una evolución con algunas influencias de otras culturas que aportaron por ejemplo: la siembra de la tierra, el sedentarismo, el pastoreo de llamas, el hilado de la lana y los tejidos, las vestiduras de lana, la cerámica negra lisa y con algunos grabados. Te invitamos a ver el artículo sobre la cultura de Argentina.
También hicieron uso de objetos de metal, aunque no desarrollaron trabajos en metalurgia propia.
Una característica importante de la cultura de los Comechingones es que no recibieron influencias de la cultura incaica, y muy poca influencia de la cultura amazónica.
Los Comechingones representan un territorio de culturas y personas que han mantenido los elementos, costumbres y tradiciones de una cultura, que tiempo atrás formaba parte de los pueblos originarios de noroeste argentino.
Las pinturas rupestres halladas en las sierras de Córdoba, dan referencia del grado cultural de los Comechingones. Puedes leer todo sobre el folklore argentino.
Según informes realizados por investigadores de estas etnias, como Gardner y Vignatti, hacen referencia a que se pueden diferenciar tres zonas serranas, la sierra de Comechingones, hacia el suroeste, colindando con la provincia de San Luis; las sierras de Guasapampa y de Cuniputo, que forma parte de la Sierra Chica, hacia el noroeste, cercana de la provincia de La Rioja, y por último hacia el norte, las Sierras del Norte, con extensiones hacia Santiago del Estero.
De esta cultura se desarrollaron estudios avanzados, realizados con rayos infrarrojos, donde se pudieron reproducir aproximadamente 30.000 dibujos ubicados en 200 cuevas o abrigos.
Los expertos en la materia pudieron analizar las obras mediante la observación, llegando a las siguientes conclusiones:
- Los indígenas de las sierras de Córdoba, de las Sierras del Norte, y zona de Cerro Colorado, se llevaban por normas regulares generalizadas de la localidad para ejecutar las pinturas rupestres, realizadas de acuerdo a una ideología de carácter mágico-religioso y no con para ornamentar o decorar como se creía comúnmente.
- Dichas normas tenían relación con la forma de vivir de los indígenas y los elementos comunes de la vida diaria los cuales solían reproducir: por ejemplo, de las relaciones entre los diferentes miembros de las etnias, es decir el trato con el ser humano, destacando los detalles individuales, de cada uno desde distintas perspectiva y de sus vestimentas.
Se nota también que los mamíferos generalmente eran reflejados de perfil, los artrópodos y reptiles son ubicados en lo que sería el suelo; las aves eran vistas en vuelo (las rapaces) y las de tierra, de perfil.
Por último, puede decirse sobre los trabajos de arte rupestre localizados en las cuevas, y de las estatuillas de barro, que fueron realizadas de un admirable naturalismo.
Organización Política
Los Comechingones al igual que otras etnias precolombinas localizadas en los que es hoy día territorio argentino, en el siglo XVI se encontraban organizados en jefaturas y de acuerdo a la posesión de bienes económicos y del poder que estos le otorgaban, en señoríos.
Los indígenas de esta etnia, en tiempos remotos, hacia el 1100 d.C, tenían territorios habitados por comunidades productoras, lo cual les proveía de moderados excedentes alimentarios.
Las comunidades Comechingonas buscaron su asentamiento en las áreas más fértiles y más cálidas de la región, es decir, se ubicaron principalmente en el fondo de los valles.
En aquellos lugares establecieron los cultivos, mientras que la cría de los camélidos implicaba realizar el pastoreo hacia zonas más elevadas. Hay que destacar que aunque este pueblo constituyó su propio sistema agrícola, se mantuvieron, de manera paralela, como cazadores y recolectores de frutales y otros productos salvajes. Te invitamos a leer sobre el surgimiento de la agricultura.
Esto hizo que los Comechingones se fragmentaran políticamente y se dividieran entre pueblos de la llanura y de las montañas. A la llegada de los Españoles, durante el siglo XV, fueron invadidos por los Sanavirones, quienes se convirtieron en sus eternos enemigos.
Esta fragmentación política compuesta por señoríos y caciques, fue beneficiosa para los invasores de la etnia enemiga y de los españoles, quienes presionaron para lograr el objetivo de la conquista de los pueblos de la región, y de apoderarse de los bienes que estos poseían.
Artesanías
Los Comechingones tenían gran habilidad para elaborar prendas tejidas con lanas, las cuales teñían con vivos colores. La lana, obtenida de llamas y de alpacas, era hilada y organizada para el proceso de tejido.
Se puede observar en sus prendas teñidas que conocían ampliamente esta técnica, la cual era realizada con componentes extraídos de diferentes vegetales que les proporcionaba los colores deseados.
En cuanto a la alfarería, la cerámica fue su principal desarrollo. Elaboraban vasijas y otros implementos como hachas, herramientas para trabajar el cuero y la madera, puntas de flechas, morteros y también cuchillos. Sin embargo hay que destacar que este oficio no era el más destacado de la etnia.
Las vasijas eran elaboradas en cerámica negra, simples con algunos grabados con formas geométricas, las cuales eran utilizadas para los trabajos en el hogar, para la recolección y otras actividades.
Hierros
Según algunas publicaciones encontradas en la web, se cree que Los comechingones sorprendieron a los españoles por ser blancos y utilizar cuchillos de hierro. Estas publicaciones afirman que los varones portaban puñales de hierro.
Música
Existen registros de que los Comechingones elaboraron un instrumento de viento, realizado en cerámica o barro. Este instrumento de origen ancestral puede producir un sonido suave que asemeja al que produce el viento en las montañas. Puedes leer sobre la música de Argentina.
Este instrumento es denominado El Pucuy, el cual tiene un tamaño de unos 12 a 15 centímetros, que se toca mediante el soplo de viento transversal y deslizamiento de un dedo, que le proporciona la melodía.
Este artículo, de reciente descubrimiento, se cree que se utilizaba durante los actos ceremoniales o durante los rituales de la tribu. Se cree que originalmente era una vasija común que se realizaba para beber, que fue modificada.
Sin embargo la pieza posee un agujero que se adapta a la boca y a la mano lo que, después de analizarlo, se pudo determinar que se trataba de un instrumento musical y no de un vaso de cerámica. Una vez soplado el instrumento es posible escuchar el sonido producido por la pieza.
Para utilizarlo, se toma con la mano izquierda, colocando el agujero hacia la parte delantera y se coloca un dedo para taparlo al principio. La otra mano tapa parcialmente el orificio o abertura superior.
Se debe soplar por la parte más ancha de la abertura y desde ahí sale el sonido que hace música con el instrumento. Para lograr las distintas melodías es necesario deslizar el dedo en la abertura principal y también del agujero delantero.
Si se le coloca agua dentro es posible variar la melodía, la cual es muy agradable e interesante.
Los Comechingones dejaron además la tonada cordobesa, también conocida como el cantito. Esta se caracteriza por extender su sonido en las vocales, rasgo que también se puede escuchar en el acento del castellano, que en la actualidad es hablado por los habitantes de Córdoba y de San Luis, principalmente de las zonas montañosas.
Un ejemplo de esta tonada o cantito fue tomado de la web, la cual explica fielmente como es el caso:
Una tonada o cantito, lleva una extensión que se puede explicar de la siguiente forma:
Fonológicamente una persona que habla de hispana puede pronunciar la palabra tráemelo, separando la palabra en las siguientes sílabas: tráe-me-lo, es decir se separa en 3 sílabas. Para una persona de la localidad de Córdoba (Argentina), que tiene en su pronunciación el “cantito”, se convierte en cuatro sílabas, así: tra-é-me-lo, alargando la pronunciación de la e.
Conquista Europea
Cuando los europeos hicieron su llegada a tierras americanas, trajeron consigo gran cantidad de enfermedades, como la viruela, el sarampión, y otros virus, con los cuales gran parte de la población pereció por no estar familiarizado con tales epidemias, es decir no eran inmunes a estos.
Ante ese escenario fue, en gran medida, beneficioso para los españoles, a quienes se les facilitó su tarea de la conquista.
Por otra parte, la similitud de los aspectos físicos de los Comechingones con los europeos hicieron que fueran confundidos con éstos y pasaran a ser del grupo de la población denominada criolla.
Para inicios del siglo XIX muchas familias de esta etnia vivían en zonas apartadas de las sierras. Para esos tiempos ya muchas familias que se reconocían originarias de los henia y de los kamiare, ya se habían mezclado con sanavirones y con grupos de españoles.
El cacique principal de esta etnia indígena, fue Olayón, quien demostró un gran carácter y bravura. Este líder, vivió en la localidad de Cruz del Eje en Córdoba, por los años 1590 – 1620.
Fue un luchador implacable contra las amenazas a su pueblo y las injusticias de los conquistadores. Olayón combatió contra el capitán Tristán de Allende, en un duelo a muerte, logrando su objetivo, sin embargo no logró sobrevivir a aquel combate.
https://www.youtube.com/watch?v=vykPCYLljig
Actualidad
Se tiene conocimiento de que la etnia Comechingona, fue objeto de una Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) para los años 2004-2005, fue considerada una encuesta complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.
Esta encuesta dio como resultado que se reconocen y/o descienden en primera generación del pueblo comechingón 5.119 personas en la Provincia de Córdoba. De estas personas censadas se determinó que ninguno habita en comunidades indígenas.
También se pudo determinar que en la actualidad se reconocen como pueblo Comechingón a 10.863, ninguno viviendo en comunidades.
Leyendas
Cuenta la leyenda que en tiempos lejanos, en la época en que los españoles pasaron por tierras de las sierras Cordobesas y del Valle de Calamuchita, vieron la belleza de la localidad y desearon quedarse con todo lo que ahí había, sin tomar en cuenta a sus verdaderos dueños, los indígenas.
Para entonces, la conquista de los territorios americanos ya había empezado. Un día soleado pero con mucha brisa, los Comechingones, trabajaban la tierra, con esmero y cuidado, con la idea clara de preservar sus cultivos del implacable viento que se acercaba.
A lo lejos pudieron observar una nube de polvo y gran cantidad de bestias que caminaban en dirección a sus posesiones. Les dio mucho miedo, jamás habían presenciado algo así.
Cuando estaban más o menos cerca, pudieron ver que se trataba de hombres blancos, con extrañas vestiduras, sobre animales, aunque no eran las llamas que estaban acostumbrados a ver. Esos animales tenían pelos en lugar de lana y su forma era distinta a la de sus animales.
Cuando observaban se daban cuenta de más y más detalles, estos hombres tenían grandes cargas de armas y sus gestos eran poco amigables.
Aunque sintieron miedo, tomaron valor y siguiendo las ordenes del cacique Ipachi Naguan, se enfrentaron y lucharon contra los invasores blancos.
Estas luchas fueron extensas, duraron mucho tiempo, tanto que se fueron agotando por el hambre y el cansancio. El cacique pidió el consejo de los ancianos y de los sabios de su pueblo, y éstos le dijeron que lo mejor era dar descanso a sus hombres, porque de continuar se agotarían aún más y todo se perdería.
El cacique entonces tomó la determinación de llevar a sus hombres hasta un bosque de algarrobo, no estaba cerca, tenían que caminar, pero a pesar del cansancio, estos hombres siguieron a su líder.
Los hombres Comechingones se encontraban tristes, porque no veían posibilidad alguna de vencer a estos extraños, quienes tenían armas que ellos nunca habían conocido.
El cacique Ipachi Niaguan, entendía el temor de su pueblo, pero nunca dejaría que se rindieran de buenas a primera, por lo que una vez llegados al bosque, el cual era frondoso, logró esconder y proteger momentáneamente a sus hombres de los ataques de aquellos invasores.
Pero el hambre, el miedo y la inseguridad aún existían. El cacique pidió con gran vehemencia y fervor a sus dioses que no los dejara desprotegidos, en particular a sus mujeres y a los niños.
Sin embargo el tiempo transcurría y las cosas seguían igual, veían todo perdido, y sentían el temor de la muerte que se les aproximaba. No podían creer que sus dioses no hicieran nada por ellos.
De pronto y sin explicación alguna, las ramas de los árboles de algarrobo comenzaron a sacudirse, se podía pensar que los dioses estaban furiosos, pero por otro lado comenzaron a caer gran cantidad de frutas, que al tocar el suelo se rompían y se podían ver sus semillas.
Con estas frutas se pudieron alimentar, tomar energías. Los Comechingones eran respetuosos con los frutos de la tierra, tomaron los frutos comiéndolos como el más delicioso de los alimentos que jamás habían comido. Se sintieron fuertes y reconfortados como nunca antes.
Una vez descansados, se reunieron como una gran familia, rieron, cantaron, se relajaron, logrando así tomar confianza de nuevo y con esperanzas y fortalecidos, volvieron a la lucha, batallaron hasta lograr salir victoriosos.
En esa contienda vencieron a los españoles. El fruto de los árboles de algarrobo había sido su salvación en aquella ocasión.
Malena
Excelente archivo, detallado, entendible, completo! Me encanto, como docente me sirvio muchisimo!