La cultura wari es una antigua civilización que forma parte del patrimonio cultural del Perú. Una sociedad con gran poder y fuerza, que junto a la cultura moche es considerada como las dos sociedades imperiales de la época.
Historia de la cultura wari.
La historia de la cultura wari es bastante extensa y puede ser dividida en varios periodos para estudiar y comprender mejor la forma de vida de los pobladores.
Esta civilización se caracterizó por ser una cultura política y social principalmente, surgiendo aproximadamente entre los años 550 d. C. y el 900 d. C., aunque esto no está totalmente asentado pues existen muchas discrepancias entre las fechas que usan diferentes investigadores.
La arqueóloga e investigadora Dorothy Menzel, quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la cultura wari, ha dividido su historia en seis etapas para que sea más fácil de seguirla y conocerla, las etapas son: 1A, 1B, 2A, 2B, 3 y 4.
La etapa 1A.
En esta primera etapa es cuando surge la ciudad capital que se denominó Wari y posteriormente seria el nombre otorgado a la cultura. Durante este tiempo es claramente visible una fuerte influencia por parte de la mitología tiahuanacota, que se ha deducido gracias a las vasijas que se encontraron en Qonchopata, actual Ayacucho.
En estas vasijas se pueden apreciar plasmada en ellas, constantemente el tema de la Portada del Sol de Tiwanaku, grandes construcciones de la cultura Tiahuanaco, cuya influencia también se ve reflejada en el templete semisubterráneo que se encontró en la ciudad de Wari.
Se evidencias dos tipos de estilos alfareros que son propios de los wari y típicos de este periodo en especial, que se denominan «qonchopata» y «chakipampa A».
La etapa 1B.
Este periodo muestra un cambio radical en la forma como se estructura la sociedad y la política de wari. La ciudad es testigo de un crecimiento acelerado gracias a la migración que se presenta desde las zonas rurales.
Mientras tanto, en el área política el estado se fortalecido y se expande para desarrollar diferentes centros provinciales como el caso de Honqo pampa y Willcawaín ubicados en el callejón de Huaylas, además de Wiracochapampa y Marcahuamachuco en La Libertad y Pikillaqta en el Cuzco.
Diferentes encuentros arqueológicos muestras como la cultura wari tuvo un fuerte posicionamiento en la costa central y sur, así como en el valle de la Santa.
De la misma forma son fundados los sitios Wariwilca, Jincamoco y Waywaka, que estaban conectados unos a otras mediantes redes viales.
En el norte de la ciudad se puede ver que los estilos arquitectónicos se adaptaron a los estilos locales, dejando algunos conceptos igual y tomando otros como suyos.
En cuanto a alfarería se refiere se aprecian los estilos que han sido denominados como Robles moqo», «Chakipampa B» y «Pacheco», siendo este último vinculado con un sitio de gran importancia arqueológica en la zona de Nazca.
Las etapas 2A y 2B.
Algunas evidencias apuntan que durante la etapa 2A hubo una gran reestructuración de la política así como una última expansión que logro concentrar o centralizar aún más el poder en la ciudad de Wari.
Esta situación trae consigo, la mayor extensión que alcanzo el imperio así como su más alto índice demográfico, donde pueden nacer nuevas urbes periféricas tales como Jargampata y Azángaro en San Miguel y Huanta respectivamente.
En el estilo alfarero predominante se pueden apreciar las técnicas «viñaque», «atarque» y «pachacamac», surgiendo a su vez los sitios costeños de Socos y Conoche, ubicados en los actuales valle del río Chillón y Topará, respectivamente.
Durante la época 2B, la cultura wari llego a la ciudad de Cajamarca, consolidándose en el área de en la serranía de La Libertad y Moquegua, para seguir avanzando hasta Sicuani.
Para la religión, el sitio ceremonial Pachacamac extiende su prestigio ganado durante el tiempo 2A y durante este tiempo su influencia estilística llega a propagarse hasta la zona de Ica y Huancayo.
Etapas 3 y 4.
Estos dos periodos de tiempo se caracterizan por presentar la temida decadencia de la cultura wari. Durante el tiempo 3 inicia la bajada de la ciudad, aunque el sitio Pachacamac conserva y mantiene el prestigio religioso de otros tiempos, así como surge Huarmey siendo este un sitio influenciado por la arquitectura wari.
En la etapa 4 comienza un fenómeno climático, que posiblemente sea el responsable del colapso del Estado panandino wari, pues se mantendría durante un periodo considerable de tiempo, y este cambio es el desecamiento de la sierra.
Cultura Wari como imperio: años 700 a 1200 d. C.
En vasijas rotas wari, se pudo constatar la presencia del Dios de las Varas, representación similar a las divinidades talladas en la «Puerta del Sol» de la ciudad de Tiwanaku. De igual manera, estas imágenes se encuentran en grandes urnas ayacuchanas cuyo estilo se conoce por el nombre de conchopata, nombre adoptado del lugar donde fueron encontradas por primera vez.
La cultura Tiahuanaco y Nazca jugaron un papel predominante en la formación tanto la cultura como la religión de esta civilización.
Por su parte, en Ayacucho existió la cultura huarpa que tuvo grandes y relevantes contactos económicos con los pobladores de Nazca, contacto que ayudo a producir un desarrollo y avance considerable de la producción artesanal y cultural.
Cuando los huarpas abandonron sus pueblos, se concentraron en la ciudad Wari y en otras ciudades cercanas, teniendo estos nuevos ciudadanos una larga tradición militar como consecuencia de las continuas luchas por los recursos en las montañas.
Bajo estas condiciones se hace posible el tránsito de los huarpa a wari, alrededor de los años 560 a 600. En estos años se diseñó una cerámica ceremonial que se conoce por el nombre de «robles moqo», cuya área es más grande e incluye las regiones de Ayacucho, Ica, Nazca, el valle del Santa y por la sierra hasta el Callejón de Huaylas.
En esta ciudad se podía ver la producción de una fina cerámica policroma, bellos tejidos también policromos, así como esculturas hechas de turquesa, joyas y demás artesanías.
Expansión wari.
Estando dentro de las 3 grandes épocas de la cultura wari, la segunda época alrededor de los siglos VII a X, es cuando esta cultura disfruta de su máximo apogeo y se puede representar en su estilo de cerámica y con sus variedades locales Viñaque, Atarco, Pachacamac, osqopo, entre otros.
Este es el periodo de tiempo dentro del imperio Wari que su expansión llega a Lambayeque y Cajamarca por la vía norte, y alcanza hasta Moquegua y Cusco en dirección hacia el sur.
Es a partir de cusco hasta llegar a Chile y el este de Bolivia donde se extiende Tiahuanaco.
Los wari se enfrentaron y luego conquistaron a los pueblos que estaban cerca mediante el uso de un ejército que tenía por armas principales las hachas de piedra, porras de metal, arcos y flechas. Esta civilización fue la responsable de introducir un concepto innovador a la vida urbana que tenía que ver con el modelo de gran centro urbano amurallado.
Durante la tercera época se presenta el periodo de declinación y descomposición tanto militar como económica que afecto a los wari, haciendo que la ciudad quedara abandonada así como la pérdida del control en otras antiguas colonias.
Luego del siglo XI, los pueblos que habían sido dominados por el imperio wari continúan su camino hacia el desarrollo pero de manera independiente, por lo que Ayacucho se encuentra a la puerta de una etapa de subdesarrollo donde se abandona el patrón de vida urbana y se vuelve a una población rural aldeana, parecida a la fases más tempranas de Huarpa.
Las diversas regiones que había ganado el imperio comenzaron a independizarse de la capital, tras lo cual esta quedo totalmente abandonada y termina siendo saqueada.
Tras la desaparición del poder imperial, las grandes ciudades fueron también saqueadas y muchas de las regiones volvieron a vivir como aldeas poco desarrolladas, como se había hecho a principio de los tiempos.
Pero a pesar de todo esto, otras regiones se vieron embarcadas en un florecimiento regional por lo que fueron posible fundarse los reinos y señoríos del periodo intermedio Tardío, donde destacan Lambayeque, Chimu, Cajamarca, Chancay, el señorío chincha o el proto señorío inca.
Los enfrentamientos que se hacían entre estos grupos mencionados lejos de acabarse, se mantuvieron la formación de ejecitos, batallas e intentos de conquistas hasta el fin del imperio inca.
Presencia wari en el litoral.
Las costas donde se concentran actualmente las regiones Ica y Arequipa, tienen evidencias de contactos hechos con culturas de las serranías contiguas, desde antes de que aparecieran los wari.
Durante el apogeo que gozaron los wari, su presencia en la zona es indiscutible aunque la evidencia muestra como luego del declinamiento del imperio, las civilizaciones locales hicieron un cambio en sus patrones culturales a la vez que reorientaron sus contactos con miras a otros centros costeros.
Aunque en la costa sur está muy marcada la presencia de la cultura wari, no es el mismo panorama cuando se quiere vincular a esta cultura con las civilizaciones que se encuentran más a la costa central y al norte, que corresponden a los departamentos de Lima, Áncash, La Libertad y Lambayeque.
A pesar de que en la década de los 90 y primeros años de los 2000, se descubrieron nuevas evidencias que demuestran la incursión de los wari en la costa de lo que hoy pertenece a la región lima, muchos investigadores aun debate sobre esta teoría.
Se sabe que en la costa central de lo que hoy se considera Perú, fue donde vio la luz la cultura Lima, mientras que en la costa norte existía la cultura Mochica. Durante los periodos 1B, 2A y 2B de Wari se pueden ver la intervención de esta civilización aunque los centros urbanos no presenten las características arquitectónicas de los wari.
De igual forma, en la costa norte no hay presencia de estilos alfareros wari, aunque si se han encontrado diversidad de cerámicas wari que estaban dentro de las tumbas noche como una ofrenda.
Kauffmann Doig, antropólogo, arqueólogo e historiador peruano, afirma que la presencia de los wari dentro del territorio mochica fue un motivo de aceleración en el proceso de decadencia de su civilización, puesto que los mochicas ya se enfrentaban a un proceso de declinación.
Una de las pruebas de esta afirmación se aprecia en la cerámica moche, la cual a partir de esta etapa deja de presentar bipolaridad para adoptar los típicos patrones wari en colores rojo, negro y blanco.
Por otro lado, el rostro del dios de agua perteneciente a los moche asumió características tiahuanacoides, que fueron traídas hasta el norte por los wari.
Aunque se sabe que no se construyó ningún centro administrativos, estas regiones se pudieron controlar mediantes el centro provincial de Wiracochapampa en la provincia de Sánchez Carrión en las serranías de La Libertad.
Por otro lado, la arquitectura wari nunca se impuso en la región moche, pero existen evidencia que demuestran que durante la etapa V de la historia moche, que precisamente coincide con la expansión wari, su estilo arquitectónico tuvo cambios como los demuestran los restos arqueológicos de «Pampa Grande» y «Galindo».
En la región Lambayeque, la situación se hace más complicada, pues además de la repercusión que tenía la cultura moche y wari, también se veía la cultura Cajamarca y otras formas locales, aunque hay evidencias que demuestran la presencia wari hasta aproximadamente el año 850 d. C.
Durante este año florece la zona que se llama cultura Lambayeque, la misma que Shimada denomina «Sicán». Curiosamente esta cultura tiene una religión que se basa en la presencia de un dios llamado «Naylamp», donde no se aprecian rasgos ni influencias tiahuanacoides.
Un poco más a la vía sur, en la ciudad de Pachacamac, siendo este un centro religioso wari importante, tomo su relevancia en el año 2 de Wari. Según el investigador John Rowe, Pachacamac probablemente nació siendo primero una colonia con vínculos wari.
Pero a pesar de todo, hasta el momento no se han encontrado en el sitio Pachacamac, ningún vestigio de la arquitectura wari.
Muchos autores afirman que Pachacamac se hace independiente de Wari, aunque otros suponen que la influencia wari se refleja en la representación de un ser mitológico denominado «El grifo de Pachacamac», el cual tiene ornitomorfas.
Las investigaciones realizadas por Menze, los orígenes de este ser pueden verse en Qonchopata, aunque otros autores vinculan la iconografía que se aprecia con Tiwanaku.
Aun cuando los wari desaparecieron, el oráculo de Pachacamac se mantiene vigente y llega a prevalecer en tiempo inca, y es de este sitio que quedan los más evidentes restos arqueológicos.
La incursión wari también se puede reflejar en el sitio de Cajamarquilla, donde hay pruebas de que fue ocupado antes, teoría de la que se basan algunos autores para decir que estaba desocupado a la llegada de los wari y utilizado nuevamente por esta civilización.
Durante el mes de agosto del año 2008, se encontró un fardo funerario wari que estaba dentro de la huaca Pucllana, poniéndole por nombre «La Dama de la Máscara». Este descubrimiento sirve como base para demostrar que la cultura wari domino a la cultura lima cuando se encontraba en su periodo de decadencia.
Incursión wari en la selva.
La hoja de coca, su producción y consumo, representa el interés que tenía los wari de conquistar esta zona. Hoy, se muestran evidencias de como la cultura wari ingreso a este territorio por la cuenca del río Apurímac.
Esta incursión tenía el fin de manejar las áreas de cultivos de cocales, los cuales se manejaron desde los sitios de «Vista Alegre» y «Palestina», ambos han sido investigados por S. Raymond.
«Vista Alegre» y «Palestina», constituyeron dos centros que se construyeron bajo los parámetros de la arquitectura clásica de wari, teniendo una extensión total de entre 15 y 30 hectáreas, estando a la vez articuladas con otros centros administrativos de menor tamaño en la cuenca del río Apurímac.
Entre ellos hay una distancia de 20 kilómetros, pero aunque sus restos no están en el mejor estado de conservación, la cerámica que se encontró aquí es similar a la encontrada en Jargampata y Wari.
Por otro lado, las construcciones en forma cuadrangular y sus edificios con forma ortogonal son clásicos ejemplos del estilo arquitectónico de los wari.
La colonización de la selva por la cultura wari, represento un arduo trabajo, ya que se trata de una zona de difícil acceso, haciéndose notoria una administración eficiente y un poder muy centralizado.
Pero los wari no estaban interesados solo en la hoja de coca, se cree que también se veían interesados en los cultivos de algodón, plumas, aves exóticas, monos, plantas alucinógenas y patas de tapir.
Esta conclusión se llega, al observar que estos elementos se encuentran presentes dentro del arte y la cultura de la ciudad de Wari.
Características y ubicación de la cultura wari.
La cultura wari fue una sociedad andina que vio su auge en la parte central de los Andes, más o menos a partir del siglo VII hasta el XIII d. C. Se expandió en varias direcciones hasta llegar por el norte lo que hoy en día es el departamento peruano de Lambayeque.
Por el lado norte llego hasta Moquegua, mientras que por el sur llego a la selva del departamento del Cusco.
La más grande ciudad que se conoce de la cultura wari, está ubicada en lo que hoy corresponde a la actual ciudad de Ayacucho a unos 15 kilómetros por la parte noroeste. Esta fue el centro imperial y llegaba a abarcar tanto la mayor parte de la sierra como la costa del actual territorio del Perú.
El imperio wari se caracterizó por tener varios centros arquitectónicos distintivos ubicados en sus diversas provincias, como el caso de Cajamarquilla o Piquillacta. Su más grande asentamiento religioso se llama Pachacamac, curioso que este sea el dios creador de la cultura nazca.
Al igual que el imperio Inca, estas dos civilizaciones se consideran las únicas dos sociedades imperiales que existieron en el hemisferio sur de la tierra. Desarrollaban principalmente la actividad militar, por lo que llegaron a combatir a todo lo largo y ancho del territorio peruano y llegando a conquistar diferentes señoríos de la época.
Economía de la cultura wari.
La sociedad wari en general, no tuvo posesión ni manejo tanto de la moneda como el mercado, pues el estado monopolizaba todos los procesos de abastecimiento, producción y distribución de los principales recursos.
La cultura wari utilizo varias formas de producción, tributación e intercambio y a través del establecimiento de varios centros administrativos provinciales se logró un control total de la economía.
La ciudad de Wari tenía una economía que se basaba en la explotación imperial, lo que se traduce en que sus ingresos provenían de la explotación de las colonias que conquistaba a través de la guerra.
Los tributos obtenidos de las colonias y otros factores de dominación fueron los medios que permitieron que esta gran ciudad se mantuviera a flote.
El manejo político se diferenció totalmente, tanto en el campo nacional como internacional, pues se debe tener en cuenta que los wari debían convivir con una entidad política y religiosa tan compleja como ellos, los Tiahuanaco en el sur.
Cultura wari organización política y social.
Esta civilización se vio gobernada por una clase dominante constituida por la nobleza guerrera, estando el poder centralizado en las Ciudades Cabeza de Región. En la pirámide de la base social se encontraban una gran masa de agricultores y pastores.
Muchos investigadores sugieren que las ciudades de Wari y Tiwanaku, eran parte de un estado dual siendo Wari una ciudad de control político y militar, a la vez que Tiwanaku representaba un espacio religioso ceremonial.
Pero esta hipótesis no tiene fundamentos que la respalden, son solo especulaciones, aunque lo que no se puede poner en duda es que ambos imperios gozaban de conexiones teniendo rivalidades tanto económicas como políticas.
A pesar de que Wari contaba con un fuerte desarrollo urbano, dentro de los límites del territorio tenía una actitud dirigida a un carácter aldeano y campesino.
Cultura wari religión.
La cultura Tiahuanaco, que llego a desarrollarse aproximadamente entre los años 550 y 900 en el altiplano, tuvo una importante influencia en la cultura wari, especialmente en los ámbitos religiosos y culturales.
En varios trabajos de cerámica se puede apreciar como las divinidades se representaban con rasgos antropomorfos y zoomorfos, existiendo una clara similitud con el dios de los báculos, Wiracocha, de los tiahuanacos.
Esta deidad que aparece tallada en la conocida Puerta del Sol, ubicada en el complejo de Kalasasaya de la actual Bolivia, puede ser reconocida en culturas posteriores tiahuanacas.
Manifestaciones culturales de la cultura wari.
Al igual que todas las grandes culturales prehispánicas, como la cultura maya, Chibcha, Chavin, Paracas y demás civilizaciones de Latinoamérica, la cultura wari contaba con una serie de manifestaciones que hacia posible comprender los gustos y estilos de la sociedad.
Entre las técnicas usadas para manifestar sus tradiciones se pueden observar un basto conocimiento tanto de los materiales como de utensilios necesarios para la realización de las representaciones artísticas.
Arquitectura cultura wari: ciudades importantes.
Dentro de la ciudad de Wari existen edificaciones monumentales que pueden identificarse como edificios públicos de diferentes índoles como mausoleos, templos y residencias. Las más conocidas son las que se encuentran en el sector llamado Uspa Qoto, Capillayoq, en el sector llamado Cheqowasi.
Se ha visto la existencia de unas cajas de piedra que sorprenden por estar tan bien labradas, y que se dice son una especie de mausoleo con diversidad de cámaras subterráneas. Estas debieron usarse para la preservación de los cuerpos de influyentes e importantes dignatarios de la sociedad.
Justo al pie de los muros que sirven para delimitar los edificios se puede apreciar una gran red de canales que se usaba para llevar el agua a toda la ciudad.
Esta ciudad tiene una extensión aproximada de 120 hectáreas si se estudia su parte más densa, donde se cree que vivieron varios miles de familias. Las construcciones se hacen con piedras rusticas, viéndose murallas muy altas que se elaboraron con piedra y barro; las terrazas y plataformas también se construyeron con estos mismos materiales.
Ciudad de Wari.
La ciudad de Wari fue considerada la capital de aquel estado imperial que llevaba el mismo nombre. Esta se encuentra ubicada a unos 15 kilómetros de lo que hoy se conoce como Ayacucho.
La mayor expansión de la ciudad se vio realizado durante la época 2, llegando a ocupar el núcleo urbano un aproximado de 2000 hectáreas. De este territorio quedan hoy en días varios vestigios arqueológicos como por ejemplo varias callejuelas con templos amurallados, patios ocultos, tumbas reales y edificios de viviendas de varios pisos, que actualmente se llaman complejo arqueológico Wari.
Se puede observar que la mayoría de los edificios se cubrían con yeso blanco, razón por la que la ciudad realmente brillaba al contacto con el sol de las montañas. Muchos arqueólogos creen que esta ciudad llego a contar con un aproximado de 70.000 habitantes en su mejor momento.
Mientras la ciudad crecía, también se consolido su importancia como ciudad sede del poder político. En un principio la ciudad no fue más que un centro administrativo que tenía función política y religiosa.
Según lo que los arqueólogos han descubierto, se cree que la cultura wari comenzó a declinar alrededor del año 1000 d.C, aunque no se conoce en realidad cual fue la razón de su declive así como no se sabe porque fue abandonada completamente.
Cuando se evidencio la poca productividad de la tierra, se comenzaron a realizar grandes obras que conseguían canalizar y drenar el líquido, además de crearse terrazas agrícolas que sirvieron para expandir considerablemente la superficie que se cultivaba.
Los andenes se construían en las laderas de los cerros y se ubicaban en las cercanías de diferentes complejos urbanos, ya fueran primarios o secundarios pues de esta forma se conseguía suplir la necesidad de comida del pueblo.
Sectores de la ciudad.
Para un mejor estudio de la ciudad Wari, los investigadores han dividido la zona central donde se ubicó el asentamiento en un total de 12 sectores, abarcando un total de 18 kilómetros cuadrados.
Estos sectores son:
Monqachayoc.
En esta parte de la ciudad se pueden ver galerías subterráneas que tienen techos hechos con grandes bloques de piedra de una pieza, a la vez que las paredes están recubiertas con lajas alargadas como si se tratara de un enchape.
Existen unos tubos labrados en piedra que se cree fue usado para el continuo abastecimiento de agua hacia la ciudad.
Estas cámaras se usaban con fines funerarios, conclusión a la que se llega debido a la presencia de mausoleos, galerías subterráneas, un patio hundido y fosas.
Entre estas cosas, el mayor hallazgo del sector se trata de un mausoleo, el cual fue construido con piedras que se labraron con mucho cuidado y se conforma de compartimiento que llega a un espacio central.
Este mausoleo está a 8 metros de profundidad y está dentro de una estructura arquitectónica que hace la forma de la letra “D”.
Lo que se lamenta es que ninguna de las tumbas que se han abierto hasta este momento se encontraba intacta o en buen estado siquiera.
Vegachayuq Mogo.
Esta es un área ceremonial de mucha importancia para la ciudad de Wari. A mediados del mes de marzo en el año 2015, se hizo el hallazgo de una estructura arquitectónica especial que no tiene precedente alguno en la zona.
Este descubrimiento, hace suponer a los investigadores de que este sector tal vez se trataba de una probable capital de la cultura huarpa.
Capillapata.
En este sector se puede apreciar unos grandes muchos dobles que miden entre 8 y 12 metros de altura.
Su forma es muy particular pues mientras que en la base tienen un ancho de 3 metros, en la parte superior miden entre 0,80 y 1,20 metros, y alcanzan los 400 metros de largo. Estos muros son los que forman grandes cercados a manera de murallas, o como también se les conoce “canchones”.
Turquesayoc.
Este sector recibe su nombre debido a la importante presencia de restos de turquesa en diversas formas y con diferentes usos, como cuentas abalorios y collares o dentro de pequeñas esculturas.
También por la alta concentración de este producto en este sector, es que existe la teoría de que este sector era donde estaban los talleres que se dedicaban al procesamiento y trabajo con el material.
La Casa de Blas.
En esta área se encuentran desperdigados por todo el lugar gran cantidad de restos de diversos artefactos líticos como puntas de proyectil, punzones y pedernales. El principal material con el que se hacían era la obsidiana, el pedernal y la pelvis de cuy.
Canterón y Ushpa Qoto.
Canterón recibe este nombre como resultado de la teoría que se forma de que el lugar era usado como cantera.
En Ushpa Qoto se pueden apreciar una forma de distribución bastante particular que se refiere a diversos edificios, todos cerca de una plaza común.
Tiene tres grandes murallas que se alinean paralelamente, además de edificaciones semicirculares y ambientes subterráneos.
Robles Moqo.
En este sector se pueden encontrar diversos tiestos de cerámica así como pedazos de artefactos líticos.
Un estilo artístico de la cerámica que es común en la cultura wari, lleva el nombre de Robles Moqo; su origen se debe a que los fragmentos de la cerámica fueron hallados por un guía local cuyo apellido era Robles.
Campanayoq y Trankaqasa.
En Campanayoq se pueden apreciar recintos en forma circular y trapezoidal, pero actualmente se encuentran en muy mal estado, algunos incluso totalmente destrozado y solo se pueden estudiar los cimientos.
En Trankaqasa hay 16 petroglifos grabados en piedra. En este sector se labraron surcos usando las superficies planas y luego se pulieron un poco, además se representan líneas concéntricas, volutas, serpientes, círculos y figuras geométricas.
Ushpa, Gálvezchayoq y Churucana.
En Ushpa se encontraron diferentes figuras humanas moldeadas que apuntan a creer que estas se referían a áreas específicas de servicios, talleres y almacenes.
En Gálvezchayoq existe una cavidad circular que mide un total de 11 metros de diámetro y tienen una profundidad total de 10 metros que ha sido cavada con intención, pues en el interior se pueden apreciar dos túneles excavados con mucho cuidado y se han orientado uno hacia el norte y otro hacia el sur.
Por ultimo en Churucana existen muros parecidos a los que se pueden encontrar en Capillapata, estos forman recintos tanto en forma trapezoidal como rectangular.
Pikillaqta.
Pikillaqta, también es llamada Piquillacta o Piki Llaqta, representa un yacimiento arqueológico que está ubicado en el actual distrito de Lucre, provincia de Quispicanchi, departamento del Cuzco a una distancia de 30 kilómetros al sureste de la ciudad del Cuzco y a una altura de 3.250 metros sobre el nivel del mar.
Este complejo está en la cuenca del río Lucre con una extensión aproximada de unas 50 hectáreas.
Piquillacta, es una antigua palabra del idioma quechua que se conforma por el termino piki, siendo esta una especie de pulga y el termino llaqta, significa pueblo. Cuando se une se traduce “pueblo de pulgas”.
Sin embargo en el idioma quechua, piki puede referirse a una alusión metafórica de una cosa diminuta, por lo que este nombre podría traducirse en «pueblo pulga» o «pueblo pequeño».
Estudios arqueológicos.
El investigador Luis A. Pardo, fue la primera persona que elaboro un plano detallado de la ciudad de Piquillacta en el año 1937.
Por su parte el investigador Emilio Harth-Terré, hizo un reconocimiento de la superficie, llegando a la conclusión de que se trataba de un centro administrativo parte del imperio incaico.
John Rowe, fue quien primero señalo la presencia de la cultura wari tomando como base de su afirmación la similitud que tiene la arquitectura con la encontrada en la ciudad de wari de Ayacucho.
Los estudios de William Sanders en la década de 1960 y Gordon F. McEwan en la década de 1980, reafirman lo señalado por Rowe y evidencia una densa población humana, además el encontrar figurillas de turquesa de medida entre 25 a 45 milímetros y cerámica hechas al mejor estilo Tiahuanaco-wari, corroboran el origen wari de Piquillacta.
Restos arquitectónicos.
Los vestigios que se encontraron en esta ciudad sugieren el hecho de que el urbanismo conto con una planificación detallada y cuidadosa que se rigió bajo el concepto wari clásico, además de presentar un plan geométrico en total armonía, llegando casi a la perfección.
Se pueden observar las formas básicas de rectángulos y cuadrado de los edificios, canchas y plazas, además de las construcciones hechas de piedra sin tallado y barro con argamasa. La ciudad está ordenada en conjuntos que a su vez se separan por calles rectas que están rodeadas de muros que miden hasta 12 metros de altura otorgando una apariencia de fortificación.
La ciudad cuenta con 700 edificios, 200 canchas y 508 almacenes o como también se le llamaba, colcas que algunos consideran viviendas.
La mayoría de las paredes que tienen las viviendas están recubiertas de yeso, incluso algunas tienen pinturas con motivos antropomorfos, bien trazados. Muchas de las edificaciones tenían 2 y hasta 3 pisos.
Todas estas características hacen creer que sus habitantes contaban con un muy buen desarrollo, calculándose que llego a albergar una población de 10.000 personas.
Un sector sobresale como un sector amurallado y que se encuentra en el lado noroeste, cuenta con 508 recintos circulares casi idénticos entre si y una medida de 4 metros cuadrados cada uno contando con una sola entrada.
Estas construcciones se creen que sirvieron de graneros o colcas, aunque otras hipótesis hacen creer que eran en realidad viviendas para guarniciones militares o trabajadores temporales.
Centro administrativo wari.
Se supone que la ciudad de Piquillacta, llego a ver su apogeo durante los años 700 y 800 d. C., revelándose que durante esta época había mucha actividad en la ciudad y albergaba muchos artesanos y trabajadores considerados el motor de la urbe.
El conjunto residencial se abastecía gracias a unos sistemas de canales que llevaban agua subterránea.
Como las otras ciudades o centros administrativos que tenía la cultura wari ubicados en puntos clave, Piquillacta contaba con una doble función siendo un espacio como centro ceremonial a la vez residencial, donde Vivian gobernantes, sacerdotes y trabajadores al servicio de la elite que tenían varias especialidades.
Se considera a Piquillacta como una factible frontera sur de la ocupación wari, ante los Andes Centrales del Perú al igual que Choquepuquio, esta última en la misma área del Cuzco.
La ciudad ocupaba un lugar estratégico pues estaba a una altura que podía dominar tres valle, por el sur estaba el valle medio alto del Vilcanota, por el lado noreste estaba el valle medio bajo del Vilcanota y por último en dirección noroeste se encontraba el valle de Quispicanchis, siendo los dos últimos grandes productores de maíz.
También se cree que esta urbe fue usada como un sitio de almacenamiento para los productos agrícolas y posterior redistribución, siguiendo un modelo similar al que luego se apegó el imperio incaico.
No existe una pista clara o un relato que explique el cuándo, el cómo o incluso por qué la urbe tan rica y activa fue de pronto abandonada, pues dentro de la estructuración de la ciudad no se presentan huellas que apunte a la influencia inca.
Wiracochapampa.
También llamada Huiracochapampa o Viracochapampa, en idioma Runa Simi es Wiraqucha panpa, actualmente constituye uno de los complejo arquitectónico del antiguo Perú. Se encuentra ubicado exactamente a 3,5 km al norte de la ciudad de Huamachuco, en el distrito de Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión, departamento de La Libertad.
Cuenta con una altura de 3.070 metros sobre el nivel del mar y es considerado una de los tantos centros administrativos con los que contaba la cultura wari, aunque tuvo una corta duración.
Su nombre Huiracochapampa, viene de una palabra compuesta del idioma quechua, el vocablo Huiracocha se traduce en la máxima divinidad tahuantinsuyana, mientras que el vocablo pampa, significa llanura.
Esto quiere decir que el nombre de la ciudad era «llanura de Huiracocha». El termino Huiracocha podría ser una alusión a los colonos españoles quienes recibían este nombre de los incas.
Restos arquitectónicos.
Se cree que la ciudad presenta la típica construcción wari, estando en un ámbito cuadrangular que mide 583 por 566 metros, siendo que aproximadamente el 30% de su superficie se vio ocupada por edificios con diversas etapas de construcción.
Está conformada por 8 grandes grupos de construcciones que están hechas de piedra sin labrar y con argamasa de arcilla roja, distribuidas alrededor de una plaza. Este conjunto está protegido por una muralla de planta cuadrada, donde algunos de los muros tienen una altura de hasta 5 metros, pero la mayoría están destruidos.
Los muros se hicieron con usando dos paredes paralelas que después se rellenaban. La parte de arriba tiene voladizos que se cree fueron usados para sostener los techos.
El ingreso podía hacerse por el norte o por el sur, donde se llegaba a una calle que medía 565 metros de largo y 5 metros de ancho dividiendo todo el conjunto amurallado con una línea recta de extremo a extremo.
Esta ciudad se considera un centro ritualista, siendo la sede de la clase social de gobierno y sacerdotes que traían a sus servidores y trabajadores, pero sin llegar a ser una ciudad con el concepto occidental, pues la mayoría de la gente tenía como vivienda los campos aledaños.
Centro administrativo de los wari.
Por mucho tiempo se creyó que la ciudad tenía un origen inca, siendo que el viajero de nacionalidad francesa llamado Charles Wiener identifico, en el año de 1870, uno de los edificios como el Palacio del Inca, aunque aseguro que podía ser una casa de las escogidas.
Más tarde, en el año 1945, el estudioso Theodore D. McCown hizo una descripción del conjunto y lo ubico también con un origen inca al compararlo con el complejo Piquillacta, cerca del Cuzco.
Fueron estudios posteriores que afirmaron que Wiracochapampa se trata en realidad de una filiación de las culturas Tiahuanaco y wari, perteneciente a la época del Horizonte Medio, tratándose de centros administrativos y religiosos que dejo de ejercer funciones a la vez que se produjo el colapso de la sociedad.
La presencia wari en la región de la sierra libertina, tenía un objetivo estratégico para poder controlar el acceso de los recursos naturales y las personas gracias a su posición intermedia en donde se podían manejar el valle de Cajamarca, que estaba en dirección norte y los valles costeños.
Wiracochapampa, se señala como un centro de gran importancia wari al ser visto como la frontera norte del imperio, a pesar de existir otros centros en la misma zona como Huamachuco y Cajamarca, aunque estos eran más pequeños.
Los wari permanecieron y dejaron fuertes huellas en esta ciudad, aunque su estadía fue breve y lo más seguro es que hayan decidido abandonarla luego de no lograr la dominación estatal que se pretendía en la región luego de pelear con los lugareños, siendo el resultado de los edificios a medio hacer que hay en la ciudad.
Otra teoría señala que esta ciudad fue abandonada debido al desplazamiento que se produjo por el señorío de Cajamarca, importante estado que se encontraba al inicio de su expansión, siendo su influencia muy fuerte en la costa en la ciudad de Lambayeque.
Cerca de Wiracochapampa, se encuentran las grandes construcciones pertenecientes a Marcahuamachuco, importante centro wari que vino a reemplazar a dicha ciudad.
Durante el siglo XV la ciudad de Marcahuamachuco fue conquistada por los incas, convirtiéndose en un relevante centro de la dominación de esta cultura en la región. Incluso al llegar los españoles la encontraron en su mayor magnitud y apogeo, teniendo una extensa población, aunque la fundación española de Huamachuco se tradujo en el fin de su importancia.
Castillo de Huarmey.
Durante el mes de septiembre del año 2012, varios arqueólogos en la zona se dispusieron a excavar los escombros que podían verse en la parte más alta de una pirámide escalonada.
En el momento en que se está haciendo la limpieza de los pozos de los huaqueros, se pudo notar que en el fondo había una capa de piedra pequeñas denominadas ripio, la cual tenía un grosor aproximado de 100 centímetros.
Cuando se retiró esta tapa, se presume que pesaba alrededor de 33 toneladas, se encontraron en la parte de abajo 6 esqueletos humanos que sirvieron como ofrendas humanas.
Pero a pesar de este gran descubrimiento, el mejor momento de la exploración llego al encontrar una cámara funeraria que tenía un rico ajuar y es la primera tumba de la cultura Wari que ha sido encontrada de manera intacta.
Esta cámara funeraria tiene las siguientes dimensiones 4.5 m de largo, 3.5 de ancho y 1.5 de profundidad. En su interior estaban guardadas57 fardos que contenían osamentas en posición sentada.
Estando en el lado norte se encontraban tres pequeña tumbas que contenían los cuerpos de 3 mujeres pertenecientes a la nobleza wari, teniendo joyas y abalorios que confirmaban esta suposición, aunque la mujer que estaba en el medio gozaba de un mayor nivel social que las otras dos, y se cree que eran las esposas principales del difunto.
Las otras osamentas, 57 para ser precisos, eran otros cuerpos de mujeres que también pertenecían a la nobleza y se presume eran esposas secundarias o miembros de la corte que habían sido enterradas conjuntamente.
En esta tumba se encontraron también otros objetos como orejeras hechas en oro, plata y otras aleaciones metálicas, además de recipientes de cerámica, objetos hechos de piedra tallada, cuchillos ceremoniales, un quero de piedra de Huamanga, agujas, ovillos de colores, entre otros.
Cuando se terminó el inventario de lo que contenía la cámara, se contabilizaron un total de 1200 objetos, estando todos en buen estado de conservación y que presentaban el inconfundible estilo Wari.
El Señor de Wari.
Este corresponde a un hallazgo arqueológico que salió a la luz pública en febrero del año 2011. Situado en Espíritu Pampa, distrito de Vilcabamba, provincia de La Convención, departamento del Cuzco, fue encontrado un complejo funerario completo.
En la tumba principal de este complejo, que pertenecía a un gran dignatario del imperio Wari, se pudieron encontrar un pectoral, una máscara de plata, 223 cuentas del mismo metal, 17 piezas de oro y más de 100 piezas de cerámica.
Este hallazgo del Señor Wari de Vilcabamba, es tan importante como el hallazgo de la tumba del Señor de Sipán de la cultura moche.
Cerámica de la cultura wari.
En el principio de la civilización, constituyendo una primera fase de su historia, la alfarería wari se hacía de gran tamaño para ser enterradas como parte de las ofrendas, teniendo una clara influencia Tiahuanaco.
Sin embargo, con el tipo su cerámica pasa de ser grandes vasijas votivas a transformarse en trabajos más pequeños y prácticos.
Las formas que presentaban sus vasijas más típicas eran: Botellas que tenían cuello y cuerpo en forma ovoide con la base plana; Cántaros con un cuello en forma cilíndrica; Cántaros con un cuello particular en forma de efigie; Botellas con pico; Botellas con dos picos cónicos; Botellas que contaban con un pico y del otro lado una asa cintada; y por último, Botellas con doble cámara.
Los motivos que se dibujaban en la cerámica son principalmente de tipo biomorfos, incluyendo elementos de significado simbólico que se hacían con pincel. Destacan especialmente los dibujos que representaban seres míticos con cabeza felina.
Textilería de la cultura wari.
Los wari fueron capaces de producir diversas expresiones artísticas, con claras influencias Nazca y Tiahuanaco, estando sobretodo presente en los trabajos con cerámica y en los tapices.
Los tapices wari fueron y aun hoy, son tomados como los más bellos del mundo gracias a características como la belleza estética y las imágenes que reflejaban. Fueron hechos a partir de algodón y lana provenientes de camélidos como vicuñas.
Usando la religión como una técnica de dominación ideológica, los tapices tuvieron un papel fundamental, pues las representaciones iconográficas que se veían en ellos hacían viajar a los dioses por todo el territorio conquistado.
Los ponchos eran piezas frecuentes de la vestimenta usada en ceremonias religiosas, con colores brillantes, técnicas de bordados y una muy compleja iconografía que deja a todos aturdidos.
Si bien en principio los textiles de esta civilización presentan un estilo pobre, esta situación va cambiando a medida que el imperio crecía y se expandía.
Los diseños más utilizados son figuras de aves, serpientes y felinos, existiendo una predisposición por el rojo brillante para el fondo, que se unía con otros tonos como el azul brillante, el amarillo dorado, el blanco y el azulino. Las figuras se contorneaban usando negro y en menor medida el blanco.
Entre las prendas hechas, estaban las túnicas, gorros, vinchas y bolsa de tela. Las túnicas eran grandes, adornadas con diseños geométricos que se repiten, eran hechas urdimbre de algodón y trama de fibra de camélido.
Los gorros eran parecidos a los bonetes de cuatro puntas con un tamaño pequeño y una textura aterciopelada. Las vinchas se hacían con la técnica de la tapicería.
Las bolsas tenían motivos de animales felinos, camélidos, rostros humanos y de animales.
Metalurgia en la cultura wari.
Mediante las técnicas de vaciado, forjado, laminado, martillado y repujado, se han encontrado restos de diversos trabajos en metalurgia que pertenecieron a los wari, que usaban oro, cobre y bronce.
Muchos investigadores creen que según las técnicas que utilizaban los Wari, los trabajos metalúrgicos tenían antecedentes tahuanacotas, pero otros creen que la metalurgia de los wari tiene su verdadero origen en Waywaka, siendo este último un sitio arqueológico ubicado en Andahuaylas que fue investigado por Grossman, en donde se descubrieron piezas de metal muy antiguas.
En Conchopata, se encontraron parte de los trabajos metalúrgicos que tiene más complejidad en la cultura wari, siendo descubiertos por Denise Pozzi-Escot y estudiados por Ríos.
Este era un taller metalúrgico que se dedicaba a trabajar el oro y el cobre, produciendo como principal objeto los «tupus» o «topos», siendo muy abundante en el sitio de Conchopata, pero muy similares a los encontrados en Huamachuco, Jargampata y Azángaro.
Debido al descubrimiento de Tupus en otros sitios, es que se presume que Conchopata más que un simple taller se trata de un centro productivo con un rendimiento a gran escala de los artefactos.
Escultura cultura wari.
La principal manifestación de la escultura wari viene representada por los monolitos, con una clara influencia tiahuanacota, pero de igual manera presentando diferencias importantes.
Los monolitos wari no están dispuestos en posiciones severas como el caso de los que se encontraron en el Collao, además a diferencia de los monolitos de Tiwanaku, estos no tienen cetros o armas y son muy robustos.
La similitud entre la escultura de ambas civilizaciones radica en los lagrimones que se pueden apreciar en los ojos, que están presentes en los monolitos dePonce y Bennet.
Los Wari están dispuestos en un pedestal para guardarlas en una antigua hacienda ubicada en Huacaurara hasta que se hacía su traslado a la ciudad de Ayacucho, sitio donde actualmente se conservan.
JEANNETE SILVA
MARAVILLOSO ME IMPRESIONA, ESTUVE EN CONCHOPATA EN FEBRERO DEL 2006 SE HAN DESCUBIERTO MUCHAS COSAS DESDE ESA FECHA, REALMENTE FASCINANTE.
CUANDO ME JUBILE EN UNOS DIEZ AÑOS MAS, ME IRÉ A VIVIR A AYACUCHO.
ME RETIENE EN SANTIAGO DE CHILE, MIS HIJOS QUE AUN NO TERMINAN LA UNIVERSIDAD, LUEGO ME ESPERA EL RESTO DE MI VIDA SOLO PARA CONOCER, Y RECORRER TODAS LAS PROVINCIAS DEL DEPARTAMENTO DE AYACUCHO Y CONOCER A ESA GENTE TAN BELLA Y SUFRIDA.