Los guaraníes son una tribu milenaria de indígenas que habitan principalmente en Paraguay, aunque también se concentran en el sur de Brasil, norte de Argentina y Uruguay.
En la actualidad su población se encuentra grandemente diezmada y aislada a pequeñas reservas de tierra que no pueden abandonar y los lleva a sufrir grandes problemas de salud y hacinamiento.
Características y ubicación de los guaraníes.
Los guaraníes se autodenominan como avá, un término que en su idioma étnico cultural puede traducirse como “ser humano”.
Están ubicados en Paraguay principalmente, aunque también pueden ser encontrados al noreste de Argentina, distribuidos en algunas de las provincias de la Región del Litoral; al sur y suroeste de Brasil, más específicamente en los estados Río Grande del Sur, Santa Catarina, Paraná y Mato Grosso del Sur.
Además pueden estar asentados en el sureste de Bolivia, distribuidos en los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca y por ultimo al norte de Uruguay.
El nombre de guaraní puede tener dos posibles orígenes. La primera teoría que se maneja es que al llegar la cultura española a conquistar a América, los colonos escucharon como los indígenas repetían una y otra vez gritos de guerra con la frase guará-ny, la cual se traduce en “combatid-los”.
La segunda teoría que este nombre surgió a partir de la deformación fonética que sufrió la palabra “guariní”, esta significa “guerra” o “guerrear”. Este término era usado por los indígenas para indicar a los españoles que ellos eran guerreros.
Historia de los guaraníes.
Afirma el investigador argentino Dick Edgar Ibarra Grasso que los guaraníes se encontraban distribuidos en una zona circuncaribe lo que se puede estimar se refiere a la isla de Marajó, encontrada en la desembocadura del río Amazonas.
Además de esto, hay estudios donde se muestra la relación de la lengua guaraní con las lenguas usadas por la cultura chibcha, siendo tribus contemporáneas aunque esta últimas se ubicaba en la cultura colombiana.
Se cree que los guaraníes migraron hacia el sur al verse en la necesidad de conseguir tierras que fueran más adecuadas para el cultivo y la agricultura, además de las causas religiosas que los hacían personas nómadas.
Lo que si se debe tener en cuenta, es que esta población se relacionaba con los grupos indígenas asentados en las áreas de las selvas tropicales pertenecientes al alto Paraná, la cultura de Uruguay y en las fronteras meridionales que conforman la cultura de Brasil.
Según descubrimientos que se han hecho en varios sitios arqueológicos, se puede decir que este grupo social existía a partir del siglo V, es decir en el año 400 d. C., teniendo características que los diferencian claramente de otros grupos indígenas que pertenecían a la misma familia lingüística.
Por la evidencia arqueológica encontrada que conoce que las poblaciones anteriores a los guaraníes, ocupaban en primer lugar la parte este del Brasil, pero ya en el siglo XII a.C. estos migraron hasta el territorio donde todavía hoy en día pertenecen.
Antes de que los españoles llegaran a tierras americanas, los guaraníes habitaban en las grandes selvas ubicadas entre los ríos Paraná, Miranda, Tiete, Uruguay, y sus afluentes, además de ocupar grandes espacios de la zona sur de Brasil.
Durante este tiempo, existían 6 diferentes tipos de tribus que se ubicaban en regiones distintas, como por ejemplo, los Carios estaban localizados en toda la longitud del río Paraguay y la ciudad de Asunción; los Tapes, asentados en lo que hoy es Rio Grande do Sul y sus alrededores.
También estaba el grupo Paraná, consolidados en lo largo del rio que lleva el mismo nombre; los Itatim, actualmente llamados kaiowá estaban ubicados entre los ríos Miranda y Apa; y por ultimo los Guaira, conocidos hoy como ñandeva, eran pertenecientes a Paraguay nororiental además de estar distribuidos a lo largo de los ríos Amambai, Iguatemi y sus afluentes
Incluso el termino Paraguay, nombre del país donde se asentaron, es un vocablo que proviene de la lengua guaraní, siendo que paraguá-y se traduce en “agua que forma un océano”.
Pero los guaraníes se fueron dividiendo y formando diferentes tribus que variaban según la zona donde vivían. Este es el caso de los chandules, quienes en un principio estaban en las islas del delta del Paraná, pero que desaparecieron luego de que Juan de Garay llegara en 1580 a una segunda exploración y fundación de Buenos Aires.
Ulrico Schmidl, fue un cronista que en el año 1536 escribió y publico su obra más importante “Viaje al Río de la Plata”, donde narra cómo fue su viaje por el Paraná y su percepción de los indígenas a los que llamaba carios y caríes.
Parafraseando la información escribió como la expedición salió teniendo 400 hombres que usaban 8 pequeños navíos parchadines, en dirección aguas arriba del Paraná para llegar a aguas que se conocían con el nombre de Paraboe, sitio donde vivían los carios, teniendo estas raíces como padades y manteoch propie y mandeoch mandepore.
Afirma que los carios tenían comida suficiente como pescado y carne, además de criar unas ovejas tan grandes que se podían comparar con las mulas de los españoles, chanchos del monte, avestruces y otras salvajinas más gallinas y gansos.
Para ayudarlos a ubicarse y con la lengua, durante los dos días que permanecieron los españoles con ellos estuvieron acompañados de 2 carios cautivos. Pasado este tiempo fueron a otra nación conocida como Caríes a una distancia de 50 millas.
En esta nueva nación, encontraron que los carios tenían trigo turco, raíces como los anteriores, pescado, carne, ciervos, chanchos del monte, avestruces, ovejas de la tierra, conejillos, gallinas y gansos.
También contaban con miel, con la cual preparaban vino en abundancia y gran cantidad de algodón, con el que hacían su vestimenta.
La tierra de estos indígenas es muy amplia y ocupa unas 300 millas tanto de ancho como de largo y se les describe como hombres pequeños y gruesos con mucha capacidad para servir a otros.
Los hombres contaban con un agujero en el labio inferior donde insertaban un cristal amarillo al que llamaban parabol, siendo tan grueso como el canuto de una pluma. Andan desnudos sin ningún tipo de prenda que los cubra.
Entre su cultura se observa que los padres venden a las hijas, los maridos a las mujeres si no les gustan, también los hermanos pueden vender a sus hermanas, por lo que una mujer tiene el costo de una camisa o cualquier baratija.
Entre sus costumbres esta que comen carne humana cuando han peleado y tomado algún prisionero de guerra, bien sea hombre o mujer, lo ceban y hacen un banquete. En caso de ser una mujer joven y bonita la conservan aproximadamente por un año pero si no llena el gusto igual la matan y hacen una fiesta solemne como si de una boda se tratara. Si el prisionero es viejo lo hacen trabajar en labranza hasta morir.
Mestizaje español-guaraní.
Para el año 1512 la Monarquía Hispánica había decretado las leyes necesarias para regular el trato que se les daba a los indígenas, así como para abolir la esclavitud a través de las Leyes de Burgos.
Sin embargo, se considera que la bula del papa Pablo III Sublimis Deus durante el año de 1537 fue la que declaro finalmente los aborígenes como hombres con todos los efectos y capacidades de cristianos.
Esto trajo como consecuencia la diferenciación de las diferentes colonizaciones que se estaban llevan a cabo por pate de la cultura española, cultura portuguesa y la cultura francesa con respecto a la cultura inglesa, donde es mestizaje con los indígenas tuvo magnitudes agigantadas.
La iglesia católica buscaba que los indios se incorporaran a su civilización y a su religión, aun cuando esto significara a renunciar a sus creencias que formaban su identidad cultural.
Se tiene registro del mestizaje profundo que se vivía en este tiempo, entre los cuales el más antiguo hace referencia a la época en la que el conquistador, explorador y colonizador español de nombre Domingo Martínez de Irala fue hecho Gobernador del Río de la Plata y del Paraguay en el año 1544.
Desde su ocupación y nombramiento en el cargo no solo hizo vida con varias mujeres indígenas, sino que permitió que los demás agentes españoles también pudieran estar relacionados con varias mujeres.
Este hecho fue el usado por las autoridades religiosas para desprestigiar al gobernador ante la autoridad del rey, llegando a conocerse esta región de la Asunción como el “paraíso de Mahoma”.
Pero a pesar de estos intentos de calumnia, este modo de vida fue el ideal para concertar la paz entre las diferentes autoridades indígenas, quienes entregaban a sus hijas en matrimonio con los conquistadores con la esperanza de crear alianzas así como un equilibrio en las facciones de la primitiva Asunción.
Debido a este estilo de vida de Irala, como bien se puede esperar, surgió una gran cantidad de descendencia mestiza que se puede confirmar al leer su testamento escrito el día 13 de marzo del año 1556 donde hace un recuento de sus concubinas, hijos e hijas, haciéndose evidente su convivencia con 7 mujeres indígenas quienes le dieron en total 9 hijos, a los cuales reconoció y dio su apellido.
Los estudios genealógicos hechos por el investigador Narciso Binayán Carmona, se sabe que este conquistador español Domingo Martínez de Irala, dejo una gran y amplia descendencia que estaba mezclada con la raza guaraní.
Sus hijas se casaron con diferentes conquistadores, dando como fruto a hijos que se convirtieron en próceres e importantes personajes de nacionalidades argentinas o paraguaya como el caso de
Según el genealogista , el conquistador tuvo gran descendencia mestiza guaraní, cuyas hijas fueron entregadas en matrimonio a diferentes conquistadores, de cuya estirpe descienden muchos de los próceres de Mayo y grandes personajes argentinos y paraguayos como ser: Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan Francisco Seguí, Juan Francisco Tarragona, Remedios de Escalada de San Martín, el Che Guevara, entre otros.
Siglos XVI y XVII.
Durante estos siglos se ve como el contacto entre conquistadores y guaraníes cambia, pasando a tener un matiz más evangelista marcado por los misioneros católicos que buscan cambiar la religión de los aborígenes.
También se nota que el contacto se ha reducido a verse enmarcado por las expediciones que se organizan con el fin de buscar esclavos por parte de los conquistadores portugueses, teniendo a São Paulo como punto de salida principal.
Y es que la tierra que ocupaban los indígenas fue objeto constante de diferentes peleas entre el imperio español y el reino de Portugal, debido a que desde que se fundó por primera vez Brasil, Portugal había hecho grandes avances en dirección hacia el oeste buscando derrotar el Virreinato del Perú.
En este orden de ideas, los indígenas guaraníes fueron considerados como la más grande riqueza debido a que representaban una mano de obra barata.
Desde comienzos del siglo XVII, y durando más de siglo y medio, los misioneros jesuitas españoles se encargaron de la administración de diversos grupos de indígenas, construyendo y fundando decenas de misiones o reducciones, donde los aborígenes convertidos a la religión católica eran llevados para comenzar una vida “civilizada”.
Pero más allá de ser un lugar de refugio, las misiones jesuitas se convirtieron en un sistema económico hispanoamericano y autosuficiente, donde el indígena convertido estaba limitado a ser usado como mano de obra de servicio para colonizadores españoles y portugueses.
Debido a esta condición de mano de obra, se organizaron diferentes expediciones en búsqueda de indígenas, llamadas encomenderos españoles y bandeirantes portugueses.
La diferencia reside en que los encomenderos usaban a los guaraníes para su propio servicio, los bandeirantes solo llegaban para someterlos a la esclavitud, luego de atacar las misiones y llevárselos a las fuerza para privarlos de libertad.
Pero luego de que se descubrieron diversos yacimientos de oro ocurrió un cambio muy notorio, los guaraníes dejaron de ser una fuente de renta por lo que su presencia en el país desapareció de casi todos los registros históricos.
En el año 1750 fue firmado entre España y Portugal el Tratado de Madrid, el cual cambio significativamente las relaciones entre ambos países, pero también cambio las posesiones ultramarinas que tenían.
En España, con el acceso que tenía los reyes Borbones además de las reformas que habían hecho produjo que los jesuitas portugueses fueran expulsados por orden del Rey Carlos III en el año 1767.
Los territorios que eran habitadas por los indígenas se convirtieron en objeto de interés por parte de las comisiones que se formaron a partir del Tratado, estas tenían como objetivo establecer los límites de los territorios de América del Sur, especialmente entre las fronteras entre Brasil y Paraguay.
Estos reinos enviaron expediciones que debían explorar y definir en concreto las nuevas fronteras creadas. Como resultado de estas exploraciones se descubrieron diferentes grupos de indígenas guaraníes que se habían refugiado en la selva, con el fin de escapar de las políticas coloniales.
Siglo XIX en adelante.
Los siguientes encuentros que se conocen entre los guaraníes datan desde el siglo XIX en adelante, luego de que el Barón de Antonina organizara algunas expediciones.
Entre los años 1864 hasta 1870, se llevó a cabo entre la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, donde se busca reformular nuevamente las fronteras entre los territorios, trayendo además nuevas afirmaciones sobre presencia de indígenas en la región.
La mayoría de los territorios que se conquistaron con la guerra, los cuales estaban ocupados por guaraníes de los grupos kaiowá y ñandeva, fueron concedidos a la Compañía Matte Laranjeira.
Esta compañía usaba a los indígenas como mano de obra sin ocupar las tierras, pues su único interés era el de explotar la planta de mate para su comercialización. Tanto así, que para conservar el monopolio que había logrado para extraer esta planta se vio a favor de aislar a los guaraníes de diferentes posibles proyectos de colonización que habían iniciado en este tiempo.
Pero una vez el monopolio de la Compañía Matte Laranjeiras termino, aunado a la cantidad de colonos que llegaron a este espacio, especialmente provenientes desde los estados de São Paulo y Río Grande do Sul, se redujo aún más la tierra que los guaraníes podían disfrutar durante el siglo XX.
Durante la década de los años 20, se creó el Serviço de Proteçao aos Índios o SPI, un órgano federal creado por el gobierno de Brasil con el fin de proteger a los indígenas, aunque realmente no condujo a detener el proceso de expropiación de su tierra de ninguna manera.
De hecho, este órgano solo hizo más fácil el desplazamiento de los grupos aborígenes, por parte de la petición de los colonos. Debido a esto, se vieron confinados a permanecer en pequeñas áreas de reserva que ponen en peligro su supervivencia y bienestar por no contar con los suficientes recursos para su desarrollo. Muchas de estas áreas aún se mantienen hoy en día.
Durante los años 80 se observa una mayor organización social por parte de los indígenas, que buscan reivindicar sus derechos naturales sobre sus territorios propios por medio de los diferentes espacios políticos nacionales, naciendo así diferentes movimientos sociales que aún se siguen consolidando en el presente.
Guaraníes en la actualidad.
Tomando como base la información del apartado anterior, se debe conocer que hoy en día muchas comunidades guaraníes se encuentran en la lucha de sus territorios y derechos como pueblo originario.
Esto puede apreciarse en los esfuerzos que llevan a cabo los guaraníes localizados en la provincia de Misiones, en la República Argentina, donde los diferentes problemas amenazan con la desaparición del pueblo.
Las causas de estos conflictos residen en la falta de tierras, enfermedades mortales como la desnutrición y tuberculosis, ligado a la falta de ayuda que otorga el gobierno provincial y federal argentino.
Aproximadamente 7 mil guaraníes están agrupados en 76 aldeas, que deben utilizar recursos naturales en grandes extensiones de tierra, teniendo que moverse muchos kilómetros para cazar, pescar y recolectar frutos del monte.
Y es que además de la presión demográfica también se aprecia la explotación forestal, que ha hecho que las comunidades no cuenten con suficiente espacio para desarrollar su vitalidad, surgiendo problemas como la emergencia alimentaria y sanitaria, teniendo grandes consecuencias en algunas comunidades donde se aprecian niños con gran desnutrición y enfermedades asociadas a la alimentación.
Durante el año 2004, 38 de estas aldeas hicieron una marcha a la Plaza 9 de Julio, que se encuentra frente a la Casa de Gobierno provincial, en la ciudad de Posadas, para reclamar un trato más justo y una mayor ayuda por parte del gobierno.
Por su parte, en la región de Mato Grosso do Sul de Brasil los indígenas tienen un impacto negativo heredado de la colonización por parte de los terratenientes que les han arrebatados sus territorios ancestrales que eran usados para monocultivos como la soja y la caña de azúcar.
Sumado a esto se aprecia una violencia por parte de grupos agro-ganaderos, en busca de mantener su dominio en la disputa que conlleva el territorio, haciendo que las formas de organización, producción e identidad cultural de los indígenas se vea deformado.
De hecho, más allá de los daños sociales y culturales que este ambiente de tensión produce en las vidas de los guaraníes, se observa un daño en la integridad física y mental de los mismos, pues estudios revelan que las tribus de Brasil presentan un alto índice de suicidios en personas de edad entre 15 y 30 años, haciendo que las cifras se tripliquen en los últimos 20 años.
Y este clima no se vive solo por la injusticia social que representa el perder la tierra, sino por la clara impunidad que existe a la vista del asedio y asesinatos de los indígenas por parte de pistoleros que son contratados por terratenientes, para acabar con aquellos líderes que buscan recuperar sus derechos mediante “retomadas” o “reocupaciones”.
Según la variación lingüística los indígenas pertenecen a la familia tupí-guaraní, estando distribuidos en tres subgrupos, los guaraníes-kaiowa, losguaraníes-mbya y los guaraníes-ñandeva.
Estos grupos de personas están asentados en el sur de Brasil, en los estado Rio Grande do Sul – Mbya; Santa Catarina – Mbya; Paraná – Mbya y Ñandeva; San Paulo – Mbya y Ñandeva; Rio de Janeiro y Espíritu Santo – Mbya; y Mato Grosso do Sul – Kaiowa y Ñandeva), en el Paraguay Oriental (Kaiowa, Ñandeva, Mbya. También están asentados en el noreste de la República Argentina y norte de Uruguay.
Según los órganos denominados Fundação Nacional do Índio, FUNAI y Fundação Nacional de Saude, FUNASA junto con la ONG Instituto Sócio-Ambiental, ISA aseguran que solo en Brasil existen entre 50.000 y 55.000 individuos, ocupando el lugar de pueblo indígena más numeroso.
Guaraníes de Argentina.
Durante los años 2004 y 2005 se hizo La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas abreviada en ECPI, como una guía que complementara los datos obtenidos en el del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 de Argentina.
Esta arrojo como resultado que 21.807 personas habitantes de Argentina fueran reconocidas como descendientes en primera generación del pueblo ava guaraní. De estas personas 17.592 hacían vida en las provincias Jujuy y Salta.
Además 3.268 estaban asentados en la Ciudad de Buenos Aires, 418 en las provincias de Corrientes, Misiones, Entre Ríos y Santa Fe mientras que 529 estaban repartidas en lo que falta del país.
Muchas personas encuestadas se denominaron como integrantes del pueblo tupí guaraní por lo que se hizo una categoría diferente dejando como resultado que existen 16.365 personas en toda Argentina.
De todas estas, 6.444 eran de Jujuy y Salta, 8483 de la Ciudad de Buenos Aires; 195 entre Corrientes, Misiones, Entre Ríos y Santa Fe y por ultimo 1243 en el resto del país.
Guaraníes en Bolivia.
Durante el censo boliviano de 2001 81.197 personas de la población se reconoció a sí mismas como guaraní. Sin embargo, este número fue más bajo durante el censo realizado en el año 2012, siendo 58.990.
Este censo cubre los ava guaraníes, o también llamados chiriguanos, los chanés o izoceños y los simbas o guaraníes occidentales bolivianos.
Guaraníes de Brasil.
Los indígenas guaraníes que habitan en Brasil se concentran mayormente en el estado de Mato Grosso del Sur, aunque ha perdido la mayor parte de su tierra lo que ha conducido a que se vea un crecimiento en la tasa de suicidios como nunca antes se había visto en América de Sur.
Debido a esta perdida, el pueblo guaraní se mantiene hacinado en pequeños espacios de tierra a la vez que se mantienen rodeados de extensas plantaciones o haciendas destinadas a la ganadería.
Muchos también se ven obligados a acampar a un lado de carreteras y caminos, pues no tienen lugar a donde ir.
En el año 2003 Marcos Verón un líder guaraní que luchaba por la igualdad de su pueblo fue asesinado. Lo más cumbre es que sus asesinos aun hoy se encuentran en libertad.
Costumbres y tradiciones guaraníes.
Una de las costumbres más importantes en el pueblo guaraní era el culto a los muertos. Para ellos cuando una persona moría su espíritu no abandonaba la comunidad, lo que quiere decir que los antepasados y los héroes míticos estaban presentes siempre.
Pero más allá de la simbología, los guaraníes creían que los espíritus habitaban los adornos que los representaban y recordaban, por lo que existía una relación bastante estrecha entre el mundo de los vivos y los muertos.
Esta relación y vínculos se expresaba a través de la ayuda que ofrecen los muerto a los vivos, pues estos los proveen de alimentos, envían lluvias para las cocheches, los cuidan, estimulan y favorecen durante la guerra.
Como recompensa los vivo deben ofrecer ceremonias, regalos y vengar a los muertos para lo cual se hacía una fiesta anual de gran magnitud.
Organización social y política de los guaraníes.
La política que ejercían puede definirse como un conjunto de instituciones, jerarquía, funciones y pautas que se usaban para organizar y cumplir con las múltiples tareas que se le asignaba a cada quien.
Estas actividades podían ser asignadas también a toda una aldea o a varias aldeas que estaban en tiempo de alianza o al estar enfrentadas como enemigas.
El hombre guaraní adquiría una condición de jefe natural al llegar a convertirse en padre, pues este papel era ejecutado gracias a la voluntad de los dioses y los antepasados, quienes inspiraban constantemente al hombre y le enviaban palabras o almas que encarnarían en sus hijos futuros.
Como segunda cualidad de legitimización de poder en el ñande rú se consideraban su sabiduría y moderación. En cuanto a resolver asuntos locales se refería, este podía tomar decisiones por sí mismo, aunque debía tener una opinión de la gente consultando a todos los varones que conformaban la aldea.
Sin embargo, cuando se trataba de asuntos de mayor relevancia como por ejemplo, cuando se debía decidir una nueva migración en busca de mejores tierras o comenzar una exploración guerrera, el jefe debía reunir y consultar a todos sus parientes varones, que usualmente eran muchas personas.
Al no estar organizados en una nación-estado, los indígenas guaraníes no tenían ejércitos propiamente organizados, pues generalmente las aldeas se veían impulsadas a mudarse para conseguir nuevas tierras fértiles que fuera rica en animales y frutos.
Cuando una aldea era muy grandes se dividía y expandía, lo que llego a representar un problema en el control demográfico de la tierra, ocasionando continuos y periódicos enfrentamientos entre las tribus que querían controlar un espacio con mayor alimento.
Al momento en que los españoles llegaron, el dominio guaraní desaprecio rápidamente.
El primer contacto entre las culturas se dio cuando en 1533 Juan de Ayolas en su recorrido exploratorio del Paraná y estando en la búsqueda de las famosas riquezas de la cultura de Perú, repentinamente se topó con varios individuos en canoas mepene que cerraban su paso y exigían un tributo para poder continuar.
En respuesta a su petición el español respondió con una bandada de cañonazos y tiros, logrando dispersar a los indígenas para continuar con su viaje rio arriba.
Ayola luego recibió el apoyo y la colaboración por parte del cacique Arambaré, quien lo ayudo a asentarse en el margen oriental junto con su campamento español, sitio que luego se convirtió en la ciudad de Asunción.
Años más tarde, en 1552 el explorador Domingo Martínez de Irala junto con su comisión de expedición llegan a desembocar en el Alto Paraná, para desde allí eliminar a los indígena que saboteaban las comunicaciones mantenidas entre Asunción del Paraguay con Brasil y el Río de la Plata.
Para el año 1588, cuando Juan Torres de Vera y Aragón fundo San Juan de Vera y Aragón de las Siete Corrientes, los ataques guaraníes habían bajado considerablemente hasta considerarse escasos.
Gracias a esta situación resulto fácil para los españoles colonos el repartir entre los primeros ciudadanos de esta ciudad repartir las tierras para ser usadas en la cría de ganados, además de asignar en calidad de encomienda a la mayoría de tribus que se concentraban en esta tierra.
Estas encomiendas, una forma de disfrazar la esclavitud, daban poder a los españoles de atacar y capturar a los indios que quisiera. Luego surgió la figura de reducciones que consistían en pueblos formados por indios que estaban bajo la tutela de religiosos jesuitas, franciscanos y mercedarios con la tarea de evangelizarlos y civilizarlos.
De esta etapa colonizadora y conquistadora quedan evidencias en toda la geografía correntina. Están las misiones de San Carlos, Santo Tomé y la de Yapeyú, fundadas por jesuitas en el año de 1626, poblaciones muy grandes que llegaron a tener hasta 8 mil indígenas.
En estos pueblos funcionaba un astillero, una escuela de música y otra de primeras letras.
Los guerreros.
Podían existir varios motivos para comenzar una guerra con personas pertenecientes a otras tribus, fueran estas guaraníes o no.
Pero al momento de tener un prisionero de guerra, estos tenían trato especial; se les concedían comidas generosas, derecho a estar con una mujer además de recibir prestigio por ser guerrero.
Luego de varios meses en que el prisionero había vivido en un cómodo cautiverio y el hombre posea considerarse en la cumbre de su estado físico y anímico, era cuando era condenad a muerte.
Para su ejecución las personas se reunían en la plaza, donde celebraban ingiriendo bebidas alcohólicas a la vez que cantaban y bailaban mientras el prisionero era sujetado por una soga desde la cintura y las personas se burlaban y lo insultaban.
Finalmente un guerrero acababa con su vida dándole un mazazo en la cabeza, trayendo esta muerte gran prestigio tanto para el verdugo como para la víctima.
Desde este momento se le hacía al verdugo un tatuaje especial en la espalda y si deseaba podía tomar y usar el nombre de la víctima. Po su parte si el prisionero se había comportado con dignidad, su linaje siempre lo tendría en su memorias como un héroe y buscar la venganza.
El cuerpo era troceado y cocinado para que todos en la aldea, aun los niños, comieran y probaran su carne para así adoptar las fuerzas, el coraje y el poder del enemigo en su propia personalidad.
De esta forma llego a su fin Juan Díaz de Solís, recordado como el primer europeo que alguna vez vio el Río de la Plata.
Para sus combates usaban arco, flecha y macanas. Los arcos, como en la cultura amazónica, eran de gran tamaño llegando a medir hasta 2 metros de largo. Las flechas se fabricaban usando huesos de humanos.
Mitología y leyendas guaraní.
Una de las leyendas más importantes y antiguas de la mitología guaraní hace referencia a la vida de los hermanos gemelos Tupí y Guaraní, quienes a causa de las constantes peleas que tenían sus mujeres decidieron separarse.
Uno de los hermanos, Tupí, tomo la ruta hacia el norte mientras que el otro, Guaraní, se dirigió hacia el sur.
Debido a esto, muchos arqueólogos se inclinan a referirse a este pueblo como los Tupí –Guaraníes, siendo en realidad dos pueblos que están unidos por su idioma y rigiéndose bajo las mismas costumbres.
Se dice que los muchos hijos de estos hermanos se adentraron en la selva para vivir en ella. Los guaraníes usaron canoas y balsas para movilizarse por los ríos hasta encontrar un sitio ideal para asentarse.
Luego de encontrar un espacio bueno, hacían su aldea levantando sus casas y templos para luego practicar la agricultura. En el espacio de un corto tiempo la tierra dejaba de ser fructífera por lo que debían recoger sus cosas y comenzar nuevamente la búsqueda de tierras buenas para asentarse.
Pero la ocupación de nuevas tierras no siempre se hizo de manera pacífica. En ocasiones hacían frente a tribus fuertes y poderosas que los obligaban a seguir su camino. En otras oportunidades llegaron a vencer y conquistar por la fuerza a los grupos encontrados, quienes terminaban por adoptar las costumbres guaraníes.
Otra creencia de su mitología se refería a que toda persona al nacer y a lo largo de su vida contaba con dos almas. La primera de ellas era la divina, la cual sobrevivía después de la muerte y era la verdadera alma.
La segunda era un alma que era asignada y determinaba el temperamento y personalidad de cada quien. De este modo, si una persona obtenía un alma jaguar en su vida sería un ser violento, al tener un alma de mono su personalidad será inquieta y bromista.
Por ultimo si una persona obtenía un alma de una mariposa o un colibrí, su carácter seria bondadoso y tranquilo.
Religión de los guaraníes.
Como parte de la religión de los guaraníes, podemos observar una serie de rituales que son llevados a cabo bajo la premisa de tratarse de actividades que se practican en sociedad y poseen un rol determinante en cuanto a formas de organización y cohesión social se trata.
Entre los ritos que mayor importancia tienen, podemos mencionar los que poseen un corte agrario como el caso del avatikyry y ñemongarai, que constituyen la bendición del maíz y las nuevas plantas respectivamente.
Los que no se vinculan con el ejercicio agrario también son importantes, como los jeroky, que se hacen a fin de encontrar un equilibrio entre los diferentes elementos que constituyen el cosmos y el rito Meta Pepi, un ritual de iniciación hacia la hombría que hoy en día está casi abandonada por completo en países como Brasil.
La tierra, o como se conoce en idioma guaraní Yvy, amerita de un cuidado constante por lo que se consiente un manteniendo en el buen comportamiento con lo que se denomina la “justa manera de ser” Guaraní, o también llamado el Teko Porã.
En la mitología guaraní, la tierra y su cuidado fue concedido por el creador, que se denomina Ñande Ru Guasú o Nuestro Grande Padre. Esta es una deidad superior que luego de la creación opto por retirarse a lugares inaccesible para los humanos.
Los únicos que pueden entrar en estos espacios son los Paí, líderes político-religiosos de los grupos Guaraníes.
Los indígenas guaraníes usan la magia homeopática para lograr una influencia clara en la vegetación y diversos acontecimientos de la vida como la fertilidad. De esta magia surgen creencias como por ejemplo, el hecho de que si una mujer come un granito doble de mijo esto hará que tenga un nacimiento múltiple.
Los guaraníes practicaban el monoteísmo siendo su dios Tubá. Esta deidad se había encargado de crear todo lo que existe sobre la tierra.
Además de esta práctica, también eran animistas, es decir, creían que el mundo de los vivos se encontraba rodeado por diferentes espíritus, buenos o malos, que se presentaban a las personas en forma de humanos o animales.
Contaban con un chamán en cada tribu al cual se le atribuía un gran poder. Actualmente esta figura se mantienen y en las tribus del amazonas se considera al chaman como una persona que merecer respeto y poder.
Cuando una persona moría, su cadáver era puesto en una gran tinaja de barro junto con sus pertenencias personales para cerrarla con una tapa también de barro y luego enterrar la urna.
Poder de los chamanes o payé.
Al payé se le otorgaba un poder de origen mágico-religioso, siendo que su objetivo y cualidad principal era de redentor de los espíritus. Y es que gracias a los diferentes espíritus con los que contaba el payé podía realizar maniobras mágicas o hechizos malignos.
Al momento en el que un payé era llamado por un poder divino el cual lo impulsaba a dar comienzo a una carrera chamanística, este era tratado como un ser y un acontecimiento especial dentro de la comunidad.
El Payé era consultado en caso de que se necesitara curar una enfermedad, así como también dirigía toda clase de ceremonias mágico y religiosa además de consagrar el poder de los jefes de la tribu.
Los chamanes o hechiceros se desarrollaban y se especializaban de tal manera que existían unos hacedores de lluvia, adivinadores o con algún culto en el que se habían destacado y perfeccionado.
Era profetas que en el religión católica podrían ser considerados de estilo bíblico, tenían la creencia de un ser superior que lo había creado todo, pero que no era único, pues su religión se construía con una rica mitología que dejada leyendas sobre la creación.
Además se conocían historias sobre un tigre celeste que había devorado a la luna o al sol durante los eclipses.
Economía de los guaraníes.
La economía de los guaraníes se basa en la utilización de técnicas agrícolas que se basan en cultivos usando medianas y pequeñas parcelas que se consideran aptas para producir el alimento de consumo personal, que en muy pocas ocasiones son mayores a 3 hectáreas.
En caso de ser necesario, los terrenos se limpian usando el fuego para prepararlos para plantar las semillas y que así queden adecuados para ser usados durante muchos años, dependiendo claro del tipo de terreno que sea, así como también del tipo de planta que se cultive.
Luego de esto, los terrenos deben ser limpiados para dejarlos reposar hasta que estén aptos para ser usados nuevamente.
Estas tierras generalmente cuando están en condiciones ideales, se localizan a una distancia aproximada de un kilómetros lejos de la unidad de trabajo y producción que constituya a la familia.
Para obtener beneficios óptimos en cuando a coste y beneficio, así como a gestión de suelos y policultivos se refiere, las tierras tienen una taxonomía botánica refinada.
Los campos son trabajados por un grupo familiar en específico, donde cada miembro tiene una tarea determinada y en el caso de necesitar ayuda con actividades económicas y productivas de mayor peso, como por ejemplo la cosecha estacional o la preparación de nuevos campos piden ayuda a diferentes parientes relaciones y vecinos cercanos.
Luego de los trabajos de cooperación se sirve comida, y una vez finalizado el trabajo se celebra con una fiesta donde se sirven bebidas fermentadas a base de maíz como la chicha. Además de sirven banquetes, se canta y se danza.
Los cultivos que explotaron fueron la mandioca, los zapallos, la batata y el maíz. Siendo este último un cultivo común en los indígenas venezolanos, indígenas colombianos y diferentes etnias del Ecuador.
A pesar de trabajar la tierra, no se enfocaron en desarrollar técnicas de agricultura más avanzadas como las cultura nazca o cultura wari, por lo que se les considero agricultores incipientes.
Por otra parte, la pesca y la caza son actividades con una gran relevancia aunque no en el ámbito económico como se podía apreciar anteriormente, sino más bien su importancia reside en la formación personal, del recreo y del control del territorio.
Para la caza se usa el fusil, el arco y honda desplazándose a través de largas distancias, además de usar trampas especiales alrededor de las áreas de cultivo.
La pesca se practica por medio de la utilización del arpón y la caña de pescar individual, así como el uso de las redes y una raíz que se usa para aturdir a los peces. En el caso de la pesca grupal se usa el Timbóu
Idioma guaraníes.
Estos grupos indígenas usan la lengua guaraní mezclado con diferentes dialectos que forman parte de la familia Tupí-guaraní.
En la República del Paraguay no solo se tiene al idioma español como dialecto oficial, sino que también se considera en este mismo nivel al guaraní paraguayo; siendo este el mismo caso del guaraní correntino que es el idioma con-oficial que se mantienen en la provincia de Corrientes, en la República Argentina.
Una de las cosas más curiosas que se puede aprender de este idioma es que luego del latín, este es el más utilizado a la hora de categorizar las diferentes especies de la flora y la fauna que existen en las selvas.
De hecho, al ser el indígena un amplio conocedor de hábitat que ocupa, los naturalistas se vieron muy favorecidos y ayudados en su labor de nombramiento de la naturaleza.
Y es que el guaraní, luego del latín puede ser considerado el idioma que ha otorgado mayor número de palabras para las ciencias de la naturaleza. De la misma manera, el uso de americanismos o adaptación de las palabras guaraní al castellano ha hecho, según palabras del escritor rioplatense, Dr. Benjamín Solari que las personas hablen guaraní aun sin saber que lo hacen.
Por su parte, la lengua que ha resultado a partir de la mezcla del idioma avá ñe’é y el castellano, se conoce en Paraguay por el nombre de yopará o jehe’a/yejé’á, convirtiéndose en una tercera lengua.
Vestimenta guaraníes.
Normalmente usaban cola yuta, es decir, andaban desnudos. Solo las mujeres usaban un taparrabo que denominaban tanga dejando los senos al aire libre.
Luego de la llegada de los conquistadores, estos las obligaron a usar el tipoy, una prenda que era una especie de camisa que no tenía mangas y usaba dos aberturas en los lados para que los brazos pasaran.
Tanto hombres como mujeres se pintaban el cuerpo, especialmente en el tiempo de guerra tanto para galantear como para impresionar a los enemigos. Los hombres usaban plumas en diferentes partes como la cabeza, brazos y tobillos.
Había una figura que se denominaba Karaí, quienes en busca de la perfección de sus dones y su alma se sometían a vivir solos, mientras rezaban, hacían penitencia y practicaban el ayuno. Cuando los conquistadores llegaron, estas personas profetas fueron los que en calidad de chamanes se convirtieron en figuras políticas para lid erizar los movimientos de resistencia contra los invasores.
Aun en la actualidad las mujeres tienen la tradición de la confección de ponchos, mantas y tejidos que son elaborados en telares, especialmente en el noroeste y sur argentino.
Las fibras que se obtenían a partir de las hojas del cocotero se torcían usando los muslos desnudos, para así convertirlas en sogas, hilos y piolines. Igualmente las raíces de karaguata tenían diversos usos entre los que se incluían la confección de tejidos.
Las hojas del yvíra fueron usadas para elaborar bolsos, redes y hamacas. A partir del piri y de totoras pudieron fabricar cortinas, esteras, alfombras y otros enseres.
El algodón al igual que el tabaco no se cultivaba a gran escala, sin embargo, se contaba con el material suficiente para cubrir sus necesidades, por lo que pudieron hacer hamaca, cordones, mantas, bolsos, cintas, vestiduras, cuerdas para transportar bultos o cruzar ríos.
Curiosamente las hamacas se hacían con un entramado en el tejido, usando diversas fibras además de usar borlas en los costados para su adorno.
Los dibujos que se usaban en cerámicas, vestidos, mantas, binchas, cesterías y demás eran de diseño simple y simétrico teniendo gran preferencia por el color rojo y negro, usando además en muchas oportunidades el color blanco o crema para resaltar los colores.
Viviendas guaraníes.
Los guaraníes se caracterizaban por su sedentarismo, por lo que eran capaces de llegar a construir casas comunitarias de gran tamaño usando troncos y hojas, donde llegaban a habitar varias familias emparentadas.
Una aldea se formaba al construir entre 4 y 8 casas grandes que se rodeaban luego con un empalizada.
Los grupos de guaraníes que habitaban en el norte solían vivir en unas casa de menor tamaño y con forma cilíndrica, mientras que las paredes se recubrían con barro y paja.
Esta formas de vivienda hace suponer que vivían en aldeas conformadas por varias familias que eran regidas o lid erizadas por un cacique.
Alimentación de los guaraníes.
Hijos del maíz se pueden considerar a la mayoría de las tribus indígenas que habitaban no solo en Latinoamérica, sino en América en general aun cuando se encontraban a grandes distancias como la cultura mexicana o la cultura de Guatemala.
Se dedicaban a la siembra de maíz, yuca, batata y papa, todos cultivos que dan con cierta facilidad además de que no toman mucho tiempo para poderse aprovechar, lo cual resultaba conveniente por el tipo de vida nómada que los guaraníes tenían.
Artesanías guaraníes.
Al igual que muchas culturas que han habitado y aun hoy en día habitan las tierras de Mesoamérica, el alto Perú, Bolivia y Paraguay los guaraníes solían usar la arcilla para realizar diferentes utensilios que usaban en su vida cotidiana.
Debido a su vida sedentaria nunca llegaron a especializarse mucho en la realización de las artesanías pues con los continuos viajes solo llevaban lo que podían cargar en sus espaldas.
Como se dijo, las artesanías encontradas se limitan a utensilios de la vida diaria y destinados principalmente a la alimentación como el caso de los platos, budares, vasijas para trasportar alimento y bebida.
Por ser personas con constantes enfrentamientos bélicos, se dedicaron con un poco más de énfasis a la creación de diversas armas para su protección y enfrentamiento con otras tribus.
Usaban arcos de gran tamaño que podían llegar a medir hasta 2 metros de largos, usando materiales como la madera y la piel de animales. Por otra parte las flechas que se usaban en los combates eran hechas a partir de los huesos de los prisioneros de guerra que habían atrapado y matado.
Este uso de los huesos tenía una particularidad, pues se creía que al usar los huesos de un enemigo caído, podía hacer que los nuevos enemigos fueran derrotados más fácilmente, pues se consideraba esta flecha como un símbolo de fuerza y poder sobre otras personas.
Giselle
Muy buen trabajo quisiera saber de dónde sacó toda esta información, es decir, que biografía utilizó para realizar este hermoso trabajo.